De todas formas, Madero aclaró que la medida será limitada, ya que sólo la mitad de los clubes de la máxima categoría del fútbol argentino aceptarán el ingreso de visitantes en su estadio por cuestiones de capacidad y economía.
De hecho, entre los que optaron por el "No" se encuentran los cinco clubes denominados "grandes" -River, Boca, San Lorenzo, Independiente y Racing-, quienes suelen completar con sus propios socios las butacas disponibles.
Así termina una prohibición impuesta para frenar los sucesos de violencia en los estadios del fútbol argentino, que contabilizan 90 muertos en la última década, pero que bajó considerablemente en las últimas tres temporadas.
Pese a la prohibición, los clubes -principalmente del interior- se las ingeniaron para vender entradas "neutrales" cuando enfrentaban a los rivales de mayor convocatoria.
Hasta el momento, en forma "legal", sólo los torneos de verano, la Copa Argentina y las copas internacionales permitieron el ingreso de ambas parcialidades.
Según detalló Madero en una entrevista con la agencia internacional AFP, las entradas serán vendidas por la propia Superliga y no más por los clubes, y sólo se ofrecerán a quienes soliciten, gratis, su tarjeta de identificación que, al igual que en el Mundial de Rusia, se llamará Fan ID y será validada por el Ministerio de Seguridad de la Nación.
"El Fan ID es la herramienta para terminar con la inseguridad en el fútbol. En Rusia fue la primera vez que se utilizó y funcionó de manera excelente", explicó Madero.
Tapia lo había anunciado
"Después del Mundial vamos a tener público visitante en la Superliga", reflejaba una nota de La Nación de diciembre de 2017.
"La iniciativa que queríamos concretar era que la vuelta de los visitantes sea en este semestre (por el primero de 2018), pero no se pudo. Estamos formando una comisión de miembros de la Justicia y de Seguridad para poder generar el regreso de los visitantes", había dicho Claudio Tapia en declaraciones a Radio Mitre.
Malas experiencias
Si bien ya se realizaron algunas pruebas piloto, lo cierto es que las experiencias hasta el momento tuvieron varios altibajos. Por ejemplo, en Banfield, hubo más gente de Boca de lo esperado y, entre avalanchas, varias personas tuvieron que escaparse de las tribunas para no terminar aplastadas.
O, por caso, en Racing, la gente de Lanús saqueó varios comercios en Avellaneda, chocó con los hinchas locales y hasta rompió los baños del estadio.
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