Según la entidad bursátil, se cosecharían finalmente 46,5 millones de toneladas de maíz, cuando dos meses atrás la estimación era de casi 57 millones. Es decir, el spiroplasma, la enfermedad que transmite la chicharrita a las plantas de maíz, se llevó ya 10 millones de toneladas.
El economista y analista agropecuario, David Miazzo, hizo un cálculo en el que tradujo ese volumen de granos en dólares: la cifra es escalofriante porque implica que el país se perdió casi 2 mil millones de dólares por la masiva presencia de la plaga.
Para dimensionarlo, Miazzo además explicó que esa caída productiva equivale a “300 mil fletes menos que se van a necesitar para mover el maíz”, lo que implica menos combustible consumido, menos viandas en la ruta, algunos repuestos, menos cubiertas y, en definitiva, menor actividad económica para muchas localidades del interior productivo.
Luego agregó: “Es 5 veces las 2 millones de toneladas que muele la industria de bioetanol de maíz en un año”. Es decir que la chicharrita “comió” 5 veces lo que consumen las principales plantas etanoleras como ACABio, Bio4, ProMaíz, Diaser, Maíz Energía y Vicentin. El año pasado usaron, entre todas, 2,018 millones de toneladas de maíz.
Ventaja para importar
El Gobierno bajará aranceles a la importación de insumos agropecuarios: serían gravámenes aduaneros para los fertilizantes y una reducción en los porcentajes para herbicidas. Los fertilizantes pasarán a tener un arancel del 0%, incluyendo a la urea, el nitrato de amonio y la mezcla de ambos, que tenían un arancel del 5,4%, 6% y 3,6% respectivamente. Para la importación de herbicidas a base de glifosato, atrazina y 2-4D pasan del 35% al 12,6%.L a atrazina primaria descenderá del 24% al 10,8% y los herbicidas a base de 2-4D en sal bajan del 35% al 12,6%.