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María Valdemarín y un repaso por sus dos décadas dentro de la maratón

La maratonista local le gana al tiempo y se supera constantemente dentro de la actividad que practica hace veintidós años. "Correr una maratón es la mejor manera de probarme a mí misma", expresó la deportista

“La sensación de poder correr una maratón es la mejor manera de probarme a mí misma”, dijo María Susana Valdemarín, quien tiene 52 años y es maratonista desde hace 22.

En llano y en montaña, superarse constantemente es el objetivo que la mantiene pujante al día de hoy.

En diálogo con Puntal Villa María, dejó la huella de la carga de emociones, los estados, la euforia y la emoción: “Empecé a correr a los 30 años aproximadamente, fue un antes y un después en mi vida. Nunca más la dejé”.

-¿Qué significa correr una maratón?

-Es una forma de vida, una experiencia maravillosa llena de vivencias, de todo tipo. Esas que alimentan el corazón y llenan el alma.

Sobre las sensaciones que tiene el cuerpo en competencia, Valdemarín expresó: “Correr una carrera es lo más parecido a la vida misma. Al terminar una carrera, las lágrimas y la emoción se combinan, no sólo es llegar a la cima, sino a tu superación”.

-¿Qué le dio el deporte en tantos años?

-Conocí muchísimos lugares que sin correr ni lo hubiera podido hacer por el terreno mismo. Hice muchos amigos y aprendí un montón. Me hice aún más fuerte.

¿Qué diferencia hay en la competencia de montaña?

-En la montaña te encuentras cara a cara con una experiencia de vida en la que sucede todo lo que es la vida misma. La sensación de poder correr una maratón es la mejor manera de probarme a mí misma, que puedo ser fuerte para atravesar cualquier cosa que se nos presente en la vida.

-Un lema como objetivo de vida

-Mi lema siempre ha sido: “Insistir, persistir y nunca desistir”. Eso lo practico mucho durante todos los entrenamientos y en mi vida también porque para mí la maratón es lo más parecido a la vida misma. Voy a seguir por este camino todo lo que más pueda, porque soy muy feliz haciéndolo, practicándolo, mi corazón siempre está en la montaña, pero tengo muchas carreras de calle”.

-¿Podría describir la sensación de cruzar una bandera de llegada?

-Ser maratonista amateur es algo muy lindo, cruzar el arco después de 42 km y 195 metros es la combinación de dolor y felicidad.

Ser maratonista ha sido una de las experiencias más intensas de vida como corredora, ya que terminar una maratón requiere de mucho trabajo, acompañado de bastante entrenamiento, demasiado carácter, dedicación y fuerza de voluntad por sobre todas las cosas.

-¿Cómo reacciona el cuerpo y la cabeza mientras transcurren los kilómetros u obstáculos?

-Una vez que vamos transcurriendo la maratón hay que armarse de paciencia porque hay que soportar diferentes dificultades y emociones que van surgiendo en tantos kilómetros.

Es importante el acompañamiento de un entrenador o de amigos que te hacen el aguante durante tanto tiempo. Es indescriptible la emoción que se siente una vez que cruzás la meta. Es una alegría inmensa.

-¿Qué mensaje le da a aquella persona que tiene ganas de sumarse?

- Lo importante es hacer deportes. Invito a que se preparen mucho y traten algún día de hacer una maratón porque como mencioné es una sensación única.