Uno de ellos es don Carmelo Faraone. Para los que lo conocieron, un puro fútbol. Un exquisito compañero de bar para hablar de esto que tanto nos gusta y con innumerables anécdotas. Estuve en algún vestuario en el club en el que dirigía y he puesto el grabador entre otros colegas, mas nunca un mano a mano de esos que me gustan.
Esencialmente, Carmelo Faraone fue director técnico. Cuando todo nos llegaba por diarios y revistas, supimos de él, allá por 1966, cuando colaboraba con Faldutti y Zubeldía en la selección que iría al Mundial de Inglaterra. Fueron despedidos y reemplazados por Juan Carlos Lorenzo para ese evento. Por entonces, Faraone hacía sus primeras armas en Deportivo Español, en un octogonal que llevó al club “gallego” a la Primera División, después de haber sido entrenado las primeras 18 fechas por el Vasco Ángel Zubieta. Allí brillaba un trío que se hizo famoso: Ruzdki, Veglio y Valledor.
Faraone dirigió luego a Quilmes (trabajó en los inicios del Pato Fillol), Comunicaciones de Guatemala, la seleccción de ese país un par de partidos, Unión de Santa Fe, San Lorenzo (hizo debutar a la Chancha Rinaldi poniéndole él el apodo), Boca, Gimnasia, Ferro, All Boys y la selección argentina. Además de ser el técnico campeón del equipo nacional en el Mundial Seniors de 1987.
Fue muy querido por todos. El Bambino Veira siempre cuenta que fue Carmelo el que lo impulsó a ser técnico: “Estando en Ferro, me mandaba a seguir a los rivales. ‘Lo ves bien el fútbol, Bambino, ¿por qué no le hablás al profe D’Amico para hacer el curso?’. Y así empecé”.
Su historia con Boca fue muy especial. Las páginas boquenses lo citan con mucho respeto en cuanto a su labor allí en los comienzos de los ochenta. Este es un comentario de la página Imborrable Boca del año 2009: “Carmelo Faraone llegó a Boca para dirigir el Metropolitano 1982, tras la partida de Vladislao Cap luego de un pobre desempeño en el Campeonato Nacional de ese año.
Proclive a innovaciones tácticas y de carácter con mecha corta, Faraone se topó con un Boca bastante empobrecido técnicamente luego del boom Maradona en 1981.
Pese a eso, se las rebuscó para dar forma a un equipo combativo que pegó un tercer puesto en el Metro, detrás de Estudiantes e Independiente (a los que les ganó). En la Libertadores, a la que no se priorizó, hizo agua ya que quedó eliminado en primera fase en un grupo compartido con River y Jorge Wilsterman y The Strongest de Bolivia. Aquí el tema del recambio fue clave. Y volvemos a lo mismo: algunos jugadores del plantel asustaban a la hinchada y agrandaban rivales.
Siguió hasta 1983 pero los tiempos se acortaron en forma veloz. Eliminado por Argentinos Juniors en octavos de final del Nacional, en el Metro la cosa no mejoró y aguantó casi una rueda: una derrota 0-1 con Unión el 18 de septiembre de 1983 puso fin a su ciclo.
En total dirigió 69 partidos oficiales. Ganó 29, empató 24 y perdió 16. Se convirtieron 102 goles y se sufrieron 72 conquistas en arco propio. De carácter explosivo y temperamental en exceso, vivía los partidos casi al borde de infarto y cualquier fallo o jugada polémica le hacían saltar la térmica y entrar al campo de juego a protestar y pelear con quien se cruzara delante. Quedan en el recuerdo numerosos enfrentamientos con árbitros (piña a Bava), rivales y jugadores de Boca (Marito Zanabria y Gallego Vázquez por ejemplo)”.
Una anécdota sensacional es de cuando dirigía a Quilmes. Se fue de la cancha creyendo que su equipo había perdido y no era así. Juan Pablo Méndez de Olé lo contaba así en febrero del 2016: “El 26 de marzo de 1970 jugaron River y Quilmes en en Monumental. Carmelo les ordenó a sus futbolistas que trataran de aguantar en el arranque, pero el Millonario fue arrasador y se puso 3 a 0 en el primer tiempo con goles de Daniel Onega, Oscar Mas y Néstor Scotta. Faraone seguía el partido desde la boca del túnel y sobre el final de la etapa Oscar Mas clavó una volea enorme al ángulo. Faraone, varios años después, lo recordaba: "No quise ver más. Si estábamos 4 a 0 abajo, ¿qué nos esperaba para el segundo? En el vestuario traté de levantarles el ánimo a los jugadores. Ya que no podíamos dar vuelta ese resultado, debíamos tener la pelota. Así salimos en el segundo tiempo". ¿Y qué pasó? Quilmes descontó con gol de Carlos Della Savia. El Cervecero se envalentonó y fue para adelante. El siguiente descuento fue de Miguel Cottón, de penal. "Ya no estábamos para el papelón", siguió el relato Faraone cuando contó lo que había pasado. Cerca del final del juego Félix Leeb puso el tercero del visitante.
Ahí fue cuando Faraone estalló. "Salté a la cancha, agité un puño. Era un resultado digno. Perdíamos 4 a 0 y nos poníamos 4 a 3. Apenas el juez pitó el final, me fui volando porque había quedado en ir al cine con mi señora. Ella me esperaba en el estacionamiento. Salí sin hablar con nadie, ni una palabra del partido. Al dejar el cine compré la sexta: 'Hazaña de Quilmes' era el título de tapa. Entré a leer y vi que habíamos empatado 3 a 3. “‘¿Cómo?’, le pregunté a mi mujer. ‘¿No nos habían hecho cuatro?’. Me contestó: ‘No. El segundo de Mas lo anularon’. Había sido una hazaña y yo me enteré más de dos horas más tarde”.
Faraone dirigió a la selección mayor en 1967. Dos partidos en agosto. Derrotas ante Chile y México en el Nacional de Santiago y en el Azteca. Contra Chile puso a Marín; Manera, Bertolotti, Rogel y Nelson López; Viberti y Pachamé; Pardo, Doval, Wehbe y Carone. Fue 0-1 y luego cayó ante los mexicanos 1-2, gol de Gennoni para los nuestros.
Su imagen ganadora se vio en la Copa Pelé (Mundial Seniors). La primera edición en 1987 de la que participaron Alemania Federal, Argentina, Brasil, Italia y Uruguay (cinco selecciones en total). Cada uno de los equipos estaba compuesto por jugadores ya retirados. Y Argentina salió campeón derrotando en la final a Brasil uno a cero, en el Pacaembú el 18 de febrero. El gol lo marcó Darío Luis Felman. Formó con Buttice; Squeo, Piris, Mouzo y Cortez; Brindisi (Rocchia), Berta y Babington (Albrecht); Pedro González, Felman (Ceballos) y Oscar Mas. Estuvieron en el plantel también Carlos Rodríguez, Bottaniz, Zywicka, Larrosa, Veglio, Outes y Oscar Ortiz.
Carmelo Faraone nació el 15 de julio de 1930 y falleció el 19 de mayo de 1993.
Esas figuras entrañables del balompié, con quienes -como manifestaba- me hubiera gustado tener un mano a mano para aprender y entretenerme. Eso es lo que logran esos tipos que llevan el fútbol en el alma. Y Carmelo lo llevaba.
Osvaldo Alfredo Wehbe Comentá esta nota Noticias Relacionadas