Terreno, entorno y orientaciones. Las tres primeras condicionantes que todo profesional de la arquitectura analiza al momento de encarar un proyecto.
De ahí en más, un sinnúmero: requerimientos del cliente, condiciones climáticas del lugar, normativa vigente, situación del suelo… y muchas más.
Pero, si desde el inicio la geometría del lote es irregular, ya se avizora que el desafío va a ser doble y, por ende, demandará de mayor ingenio para poder atender cada nuevo requerimiento.
Ejemplo de ello puede constituirse la experiencia de los profesionales que integran el estudio local “Aguilar-Grosso arquitectos”, quienes se encomendaron al desarrollo del proyecto de una vivienda unifamiliar sobre un lote irregular de un barrio privado de la ciudad.
El terreno tiene forma de cuña: 31 metros de frente y 45 de fondo, pero que en forma de cono se va haciendo cada vez más angosto hasta cerrar el perímetro con 15 metros de ancho. Otro condicionante: el frente mira al sur y ofrece una agradable panorámica hacia el parquizado del lugar, por lo que no debía ser desaprovechada.
El arquitecto Marcelo Grosso explica a Puntal ADC que, junto con su socia Cecilia Aguilar, buscaron aprovechar al máximo el ancho del frente del lote, respetando los retiros correspondientes.
“Buscamos aventanar y orientar al máximo hacia el norte, que es la parte más íntima de la casa, por eso la mayor cantidad de locales y de aventanamientos grandes tiene esa orientación. El frente que da hacia el sur tiene visuales importantes que el cliente quiso destacar, pero se implementaron ventanas más chicas, tipo ‘rajas horizontales’, que posibilitan la visualización panorámica”, describe Grosso.
Requisitos
La vivienda fue requerida para una familia tipo compuesta por un matrimonio y sus dos hijos y en la charla con el cliente se acordó que la suite solicitada se construyera en la planta baja. En tanto, dos dormitorios con un respectivo baño compartido se plantearon en la parte alta de la vivienda con una circulación desde donde se puede visualizar una agradable panorámica natural.
Un estar-comedor generoso, una habitación complementaria que puede convertirse en escritorio de trabajo, una amplia cocina con un lavadero contiguo y una gran cochera con baulera complementan la planta baja, que se vincula con una escalera estratégicamente ubicada a la parte superior.
Continuidad visual
La forma de cuña del terreno marca una directriz central hacia el fondo del lote, lo que genera una continuidad visual hacia un remate donde fue ubicada la pileta. Si bien el cortinado del estar-comedor permite interrumpir la visibilidad para dar más intimidad al espacio exterior de la casa, la pileta puede visualizarse desde el momento en que ingresamos a la vivienda.
“De noche, y con el sistema de iluminación con el que fue equipada, la pileta adquiere un gran protagonismo estético”, señala Grosso.
Una galería, equipada con asador y horno, hace las veces de quincho y se convierte en espacio de transición entre el interior de la casa y el patio.
La casa cuenta con una superficie de 358 metros cuadrados, incluyendo galería e ingreso semicubierto, y fue materializada a partir de un sistema constructivo tradicional-racionalizado, según se precisó. Toda la envolvente vertical que recorre el exterior de la casa fue construida en doble muro aislante de ladrillo cerámico portante revocado y terminado con revestimiento plástico al exterior. Las aberturas son de aluminio de alta prestación con doble vidriado hermético.
Morfología
“En cuanto a lo morfológico, juegan distintos volúmenes de diferentes alturas y tamaños. Se juega con eso para darle movimiento y con los colores para destacar ciertos puntos. También las texturas, como por ejemplo la implementación de piedras, diferencian distintos espacios”, comenta Grosso.
La iluminación es otro factor clave en el diseño de esta vivienda, al punto de que permite percibir una morfología totalmente diferente a la que entrega la luz diurna.
“Desde el momento en que hacemos el proyecto, diseñamos la parte eléctrica con la correspondiente disposición de las luminarias. La casa se ve de una manera de día y de noche te da otra sensación”, añade el arquitecto.
Tanto Grosso como Aguilar se muestran muy conformes con el funcionamiento de la casa, ya habitada, y comparten con este medio la experiencia que se inscribe en un sinnúmero de proyectos materializados en sus 25 años de trayectoria profesional.
Si bien han promovido otras tipologías, tales como edificios en altura, admiten que la mayoría de los clientes que requieren de sus servicios profesionales se orientan a la construcción de viviendas unifamiliares.
Por Javier Borghi
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