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Conflicto: Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra China

También restringirá visados a empleados de Huawei, por considerarla un brazo del PCCh

En plena escalada con China, el gobierno de Estados Unidos impuso más sanciones por la nueva ley de seguridad nacional aprobada por Pekín para Hong Kong y anunció ayer que restringirá los visados a empleados de la empresa Huawei, por considerarla como un brazo del Partido Comunista Chino.

En los últimos días China respondió a las sanciones y denuncias de Estados Unidos con promesas de penalizaciones y acusaciones propias y ayer reiteró esta táctica al anunciar que aplicará medidas contra los individuos y las entidades estadounidenses que estén relacionados con este último decreto de Trump.

Para la Cancillería china, el decreto "calumnia maliciosamente" la legislación impuesta por Pekín en Hong Kong y "viola seriamente el derecho internacional y las normas básicas en las relaciones internacionales e interfiere severamente en los asuntos internos entre China y Hong Kong".

Sin respuesta

Pekín aún no respondió a las medidas tomadas contra Huawei.

En una conferencia de prensa, el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció esta última medida en contra de uno de los símbolos del poder económico chino: sus empresas tecnológicas.

"El Departamento de Estado impondrá restricciones de visados a algunos empleados de compañías tecnológicas chinas, como Huawei, por dar apoyo material a regímenes que cometen violaciones de derechos humanos en todo el mundo", aseguró.

El funcionario no precisó cuáles serán las otras empresas chinas afectadas y argumentó que tomó esta decisión porque estas compañías dan "apoyo material" a un gobierno como el chino que, destacó, "viola los derechos humanos".

Para Pompeo, Huawei es "un brazo" del Partido Comunista Chino y depende de "un Estado de vigilancia que censura a los disidentes políticos y permite campos de internamiento masivo en Xinjiang y el trabajo forzado de su población", una de las acusaciones por las cuales la Casa Blanca impuso sanciones a dirigentes de la potencia asiática hace sólo unas semanas.

Anteayer, el presidente Donald Trump volvió a confrontar públicamente con el gobierno chino.

En una conferencia de prensa desde la Casa Blanca, lo acusó de generar la pandemia de coronavirus, de tener aspiraciones imperialistas sobre el sudeste asiático y de impulsar un comercio injusto para Estados Unidos.

Poco después firmó un decreto para imponer sanciones a China en respuesta a la ley de seguridad nacional aprobada por Pekín para Hong Kong y poner fin al trato preferencial de la isla y excolonia británica.

La nueva ley de seguridad nacional implica que China ejercerá su jurisdicción sobre casos "complicados" de Hong Kong, como los relacionados con injerencias extranjeras, cuando las autoridades locales no puedan hacer cumplir la ley o cuando la seguridad nacional del territorio esté bajo amenazas "graves o realistas", según el texto.

La norma enumera cuatro categorías de delitos: secesión, subversión, terrorismo y colusión con un país extranjero o elementos externos para poner en peligro la seguridad nacional y aplica penas máximas de cadena perpetua para algunos de estos.

En cuanto al decreto, Trump da por finalizado el trato preferencial de Hong Kong, que a partir de ahora será considerado con el mismo estatus que la China continental.

"Sin privilegios especiales, sin tratamiento económico especial y sin exportación de tecnologías sensibles", agregó.