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Muy emocionada, la mujer operada del corazón hace 50 años recordó su caso

Esthella Gómez se reunió con el hijo de uno de los médicos que participaron de la cirugía en 1970, después de la nota publicada por Puntal. Fue la primera intervención en la que se usó una bomba corazón-pulmón artificial

Esthella Mary Gómez, la mujer que hace 50 años fue la primera persona operada de corazón en Río Cuarto a partir de la utilización de una bomba corazón-pulmón artificial, se encontró con el doctor Guillermo Amuchástegui, hijo de uno de los médicos que llevaron adelante la intervención en 1970 en la Clínica Regional del Sud (Francisco Amuchástegui, Juan Carlos Suizer y Roberto Cagnolatti).

La reunión fue consecuencia de la nota que Puntal publicó en su edición del domingo pasado, en la que se recordó la cirugía que representó un hito que marcó el inicio de la cirugía cardiovascular en la ciudad.

En ese sentido, cabe recordar que la bomba corazón-pulmón artificial reemplazó el trabajo del corazón (lo paró) de Esthella Gómez, que por entonces era una niña de 10 años que vivía en La Punilla, durante alrededor de media hora, mientras se le suturó la perforación ventricular (soplo) que padecía de manera congénita.

Hoy, a cinco décadas de la intervención, la mujer dijo a Puntal que se encuentra muy bien de salud y que pudo desarrollar una vida normal.

-La nota del pasado domingo no citó su nombre, ¿cómo se dio cuenta de que usted era la niña de la que se hablaba?

-Una vecina vio el diario y me llamó para preguntarme si era yo. Fui a ver, y sí, era yo. Me di cuenta por lo que decía la nota. Me emocioné mucho. Yo tengo los diarios de esa época y nunca los puedo terminar de leer porque es muy fuerte para mí. Cuando vi el diario del domingo sentí un nudo en el pecho.

-¿Se acordaba de que se cumplen 50 años?

-Sí, me acordaba, lo tenía presente. Sabía que son 50 años. Yo me acuerdo de todo, como si hubiera sido la semana pasada.

-Y sintió la necesidad de buscar a los médicos que dieron la nota (Guillermo Amuchástegui y Roberto Cagnolatti)…

-La misma vecina que me comentó de la nota tenía turno en la clínica al día siguiente. Cuando fue a atenderse, vio al doctor Amuchástegui y le contó de mí y él le dijo que fuera a verlo. Así que eso fue lo que hice. Fue una alegría grande encontrarme con él.

-Usted tenía 10 años al momento de operarse, ¿se acuerda de que se habló mucho en ese tiempo?

-Sí, se habló mucho. Fue la primera operación de este tipo en Río Cuarto. Mis padres y mis tíos me comentaron todo.

-La operación fue fundamental para que usted tuviera una vida normal…

-Sí, mi mamá me dijo que me agitaba mucho, me cansaba y que, tras una recomendación, me llevaron al cardiólogo. Ahí fue cuando decidieron operarme. Por suerte salió todo bien. Gracias a la operación pude hacer una vida normal. Siempre me hice controles, pero todo fue bien. Tengo tres hijos y una nieta.

-¿Cuánto tiempo hace que vive en Río Cuarto?

-Hace 35 años que vivo en Río Cuarto, pero soy de La Punilla.

-¿Sus hijos conocían la historia?

-Mis hijos sabían que soy operada del corazón, pero recién ahora se enteraron de cómo fue todo y se dieron cuenta de lo que fue. Recuerdo que en aquel tiempo la operación se transmitió por circuito cerrado de televisión para que la pudieran seguir otros médicos. Algunos de mis familiares también la vieron.

Médicos

En la nota que publicó Puntal el último domingo, los médicos entrevistados señalaron la importancia que tuvo la intervención.

“Fue un procedimiento trascendental porque se implementó la circulación extracorpórea. Es decir, se detuvo el corazón de la niña y su sangre no oxigenada se pasó por la bomba para ser oxigenada. Una vez cumplido ese proceso, la sangre volvió a ingresar al cuerpo de la paciente. Si bien hoy hay muchas técnicas, en aquel momento se marcó el inicio de la cirugía cardiovascular en Río Cuarto”, dijo Guillermo Amuchástegui.

“La operación y el uso de la bomba se hicieron en una época en la que nos vimos empujados científicamente por la figura de René Favaloro. Fue una epopeya. Había que estar en una sala quirúrgica con una criatura de 10 años y pararle el corazón para curarla”, recordó Roberto Cagnolatti.