Opinión | dólares | subsidios |

Empresas, crisis y falta de dólares

El supercepo no sólo afecta a los ahorristas, que están en el centro de la escena, sino que impacta principalmente en sectores industriales que tienen insumos importados y necesitan billetes para pagar las compras en el exterior

La falta de dólares no sólo trae dolores de cabeza a Miguel Pesce, el titular del Banco Central, que ya no sabe cómo parar la sangría ni qué medidas tomar para tapar todos los huecos que siguen encontrando los billetes para salir de las reservas, sino que al mismo tiempo empezó a ser ya un motivo de preocupación para las empresas importadoras de bienes necesarios para abastecer la producción local. Muchas ramas industriales tienen insumos importados, que requieren de dólares para comprarlos en el exterior, y en los últimos meses la fluidez empezó a ser cada vez más escasa.

De hecho, en Córdoba, la Cámara de Comercio Exterior tiene un ojo puesto sobre la evolución de la situación y la dirigencia no oculta su preocupación por el curso del mercado de cambios porque ya hay empresas asociadas que alertan por demoras y complicaciones para producir.

Esa falta de dólares en la economía está levantando entonces una traba más para mejorar el magro desempeño del aparato productivo nacional que, según la última estadística del Indec (agosto), se encuentra en uso en el 58,4%. Esa cifra responde por un lado a la caída de la demanda en muchas ramas, pero después también por las complicaciones adicionales que planteó la pandemia a las industrias, en particular porque debieron reorganizarse, redistribuir trabajo y finalmente resignar capacidad de elaboración.

Un destacado empresario cordobés vinculado al comercio exterior detalla que “hay muchísimos problemas para importar. En el caso de bienes de capital, hay fábricas en Córdoba terminadas que están esperando los dólares para traer las máquinas y comenzar a funcionar. Productos finales no se puede importar casi nada y entonces por ahí algún fabricante de maquinaria agrícola no tiene cubiertas para entregar la cosechadora y le pide al comprador que traiga las cubiertas viejas. Aunque hasta la semana pasada, los insumos específicos para la parte productiva estaban saliendo. Con el Ministerio de Producción se puede dialogar, pero la situación general y el marco general determina que se pueda hacer muy poco”.

Es que muchas veces la lupa se queda en la superficie de los 200 dólares ahorro que ya casi no se pueden adquirir, pero más al fondo, la escasez de divisas está empezando a atentar contra la muy tenue reacción del aparato productivo. La economía está en una delicada situación por la que corregir en un lugar lleva a descalibrar otros varios. Y lo que puede representar una mejora sectorial termina siendo un perjuicio grave para otros.

El ministro Martín Guzmán parece haber consolidado la centralidad del gabinete económico que está estructurado sobre una base difusa, similar a la que organizó en su momento el expresidente Mauricio Macri. De tal forma que la articulación de medidas no siempre parece natural. La recuperación, por ejemplo, de la Secretaría de Energía bajo la órbita de Guzmán, y no ya de Matías Kulfas, el ministro de Desarrollo Productivo, fue una movida en ese sentido. Energía tiene, entre otros temas, el voluminoso paquete de subsidios que representa casi el 3,5% del PBI y que Guzmán quiere recortar. Eso implica que se vendrá un aumento de tarifas de electricidad y gas. Hay que ver cuál es el plan que tiene el Gobierno para actualizar las boletas y cuál será el criterio. Como la mayoría de los subsidios, los energéticos siguen concentrados en Capital Federal y el Conurbano bonaerense y en menor medida en el interior. Sigue existiendo una brecha significativa entre lo que paga un hogar cercano al Obelisco y otro en una localidad cordobesa, entrerriana o misionera por el gas y la luz.

Parte de esa discusión aún se está dando en la Cámara de Diputados, que tiene el proyecto de presupuesto para tratar entre esta semana y la próxima. Según la agenda del oficialismo, mañana la Comisión de Presupuesto y Hacienda daría el dictamen para que la próxima semana se avance en la aprobación que estaría garantizada por el acompañamiento que el Frente de Todos tendrá al menos del Interbloque Federal que integran los diputados schiarettistas. Sin embargo hay un punto aquí que está en la negociación y que tiene que ver con el transporte, otro de los destinos importantes de los subsidios y cuya cartera nacional tiene fuerte presencia de cordobeses, como es el caso de Walter Saieg. Lo cierto es que los diputados schiarettistas, junto a otros del interbloque, buscan aumentar los fondos de subsidios para los colectivos. Según trascendió, quieren que la partida de $ 13.000 millones que figura en el proyecto para el interior supere los $ 17.000 millones asignados para este año. Y agregan además que en el caso de AMBA los fondos alcanzan los $ 65.000 millones.

Los legisladores cordobeses saben además la situación que atraviesa el sistema de transporte en la provincia. En las últimas horas, el representante legal de Fetap, Alejandro Ugalde, advirtió que “posiblemente a la salida de la pandemia no todas las empresas puedan ponerse en marcha en Córdoba y algunas quedarán en el camino. Eso implica también perder fuentes de trabajo”, alertó el representante de los empresarios. En ese contexto, el ajuste previsto para el interior en el presupuesto no es una buena noticia para Córdoba.

Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal