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El costo fijo de Ecogas: creció hasta 20 veces y se puede llevar más del 50% de la factura

Hay vecinos que pagaban unos $ 1.000 y ahora recibieron la boleta con más de $ 21 mil, en viviendas en Alberdi. Crecen los reclamos

Aunque el gobierno nacional decidió en reiteradas oportunidades postergar el incremento en las facturas de los servicios públicos, que tenían como objetivo recortar subsidios y así contribuir al saneamiento de las cuentas del fisco, las boletas no dejan de sorprender a los usuarios. Es que, más allá de morigerar los incrementos en los consumos, lo que sufrió una escalada vertiginosa fue el costo fijo en el caso de la distribuidora de gas Ecogas.

El fin de semana, este diario publicó que había crecido fuerte entre noviembre y junio; es decir, en los últimos ocho meses. Eso llevó a que, en ese período, algunas facturas de gas tuvieran un incremento en ese ítem, que es invariable más allá del consumo, que lo llevó de unos $ 900 a $ 14 mil.

A medida que el invierno quede atrás, el peso del costo fijo irá ganando importancia en el valor final de la factura que deben afrontar los usuarios.

Pero el dato alertó a clientes que fueron a mirar la factura y allí llegaron nuevos datos, en este caso presentados ante la Defensoría del Pueblo, que tuvo usuario residenciales que pagaban unos $ 1.000 a fines del año pasado y que ahora recibieron un monto fijo de casi $ 22 mil. Es el nuevo piso sobre el cual pagarán el servicio de gas a partir de ahora. De todos modos, ese valor cambia de acuerdo al tipo de usuario, ya sea R3-2, R3-3 o R3-4 que son los más habituales entre los residenciales. También varía de acuerdo a la distribuidora. Pero en el caso de R3-3 el costo fijo se ubicaría en torno a los 14 mil pesos. El caso que llegó a la Defensoría es de un R3-4. Para un R3-1, el costo fijo se ubica en casi 10 mil pesos mensuales.

Un piso más alto de ingresos

Según explican en el mercado, un viejo anhelo de las distribuidoras de gas consistía en intentar aplicar un mecanismo que redujera la variabilidad de ingresos a lo largo del año, con un servicio fuertemente estacional. El incremento aplicado ahora en los costos fijos es un paso a favor de ese requerimiento que estaban persiguiendo las empresas encargadas del último segmento de la cadena de gas. Ahora habrá un piso de ingresos fijos mucho más elevado para las empresas responsables de la distribución. De hecho, los costos invariables de las facturas de los usuarios se multiplicaron por hasta 20 veces en apenas 8 meses. En principio, el incremento aprobado llegaría hasta esta última factura, pero eso ya dependerá del Enargas que es el ente encargado de la aprobación de los cuadros tarifarios y el responsable del actual nivel de tarifas, en línea con los postulados de la Secretaría de Energía de la Nación.

Cómo sigue el sendero de los incrementos

Lejos de pasar lo peor en materia de tarifas, en el horizonte cercano ya se acercan nuevos nubarrones porque de acuerdo al cronograma estipulado y difundido por el Gobierno, entre agosto y septiembre se sentirá el impacto de lleno, siempre y cuando no haya una nueva postergación en la quita de subsidios como ocurrió en junio y julio.

El ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró que el cuadro tarifario depende de las necesidades fiscales del Gobierno y las posibilidades de los usuarios. En junio y julio, el Gobierno admitió que la situación social no permitía continuar con el esquema original.

De todos modos, un informe de la consultora Economía & Energía, reveló que los incrementos tarifarios del gas natural alcanzan un 406% anual para los hogares de altos ingresos (Nivel 1), 745% para los hogares de ingresos bajos (Nivel 2) y 544% en los hogares de ingresos medios (Nivel 3).

Un usuario N1 afronta un incremento de tarifas de 922% respecto al cuadro de diciembre de 2023.

En tanto que el Observatorio de Tarifas y Subsidios en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet, estimó que desde julio un usuario N1 afronta un incremento de tarifas de 922% respecto al cuadro vigente en diciembre de 2023 y un aumento del 130% respecto de abril.

A su vez, los usuarios N2 de bajos ingresos y N3 de ingresos medios enfrentan, en promedio, facturas finales con alzas de 1.475% y 1.420% desde el inicio del nuevo gobierno y 173% mayores a las de abril, respectivamente.

Por otro lado, vale recordar que en lo inmediato hay una fecha a tener en cuenta con respecto a los sectores más vulnerables. Es que. como se recordó el último fin de semana, el 20% de los hogares de bajos recursos (N2) tienen hasta el próximo 2 de agosto para reconfirmar su pertenencia a esta categoría socioeconómica en el Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (Rase) y mantener los subsidios tanto del gas como de la luz. De no cumplir con el trámite de reempadronamiento, pasarán a abonar entre un 176% y 257% más las boletas de servicios que pagan actualmente.

Prepagas y distribuidoras

Tal vez muchos no terminaron de tomar dimensión del incremento en las boletas que iban a comenzar a llegar a los usuarios cuando se aprobaron los nuevos cuadros tarifarios para los servicios públicos. Pero la realidad golpeó de tal forma a muchos hogares medios y medios bajos que hasta el Gobierno, que llegó con ímpetu de avanzar a toda marcha en la quita de subsidios, recalculó por el impacto social de esta medida. Por eso, postergó en reiteradas oportunidades la aplicación del cronograma originalmente establecido para retirar los beneficios de las facturas en el componente de gas, por ejemplo. Pero lo que siguió hacia adelante fue el alza que tenían previsto aplicar las distribuidoras en el costo fijo que constituye un ingreso asegurado por el hecho de poner el servicio a disposición del cliente y más allá de si lo usa o no, y de cuánto lo usa.

Esto provocó que se rompiera incluso cierta relación histórica entre costo fijo y valor final de la factura. Por ejemplo, en 2020 representaba entre 20 y 25 por ciento. Ahora, en pleno invierno, puede superar el 50%. Es decir, más de la mitad del precio que paga el usuario es fijo, del que no puede escapar. Y al frenar la suba del costo del gas (lo que consume cada cliente) esa relación se fue deteriorando cada vez más.

Lo ocurrido con las distribuidoras incluso hizo recordar a muchos el caso de las prepagas de salud que, aprovechando la libertad, abusaron de los incrementos a tal punto que el Gobierno obligó a devolver al menos parte del dinero, aunque a valores históricos. Pero el de las distribuidoras de gas es un caso particular por tratarse de un mercado regulado y con un Ente (Enargas) que habilita cuadros tarifarios de acuerdo a las intenciones y el aval del Gobierno, mediante la política de la Secretaría de Energía de la Nación.