Buenos Aires y Alvear. Sobre la histórica parcela que abarcaba un cuarto de manzana de lo que fue la primera plaza pública de la Villa de la Concepción, allí se refuncionalizó el antiguo edificio del Hotel Victoria -que con el paso de los años fue mutando según los diferentes usos- para convertirse hoy en el Banco de La Pampa.
(De)volver al futuro
La refuncionalización del edificio donde desembarcó el Banco de La Pampa implicó la reconstrucción de la fachada del antiguo Gran Hotel Argentino (u Hotel Victoria) y la preservación del hall de ingreso, como una manera de recuperar parte de la historia de la ciudad. A la vez, ofrecer un espacio de vanguardia para la actividad financiera. ¿Cómo fue resuelta?
¿El desafío? Recuperar al máximo la impronta de su fachada original y preservar el histórico hall de ingreso, que era lo único que se mantenía intacto en el interior de aquel icónico inmueble.
Además, obtener una planta libre para distribuir sobre ella las distintas áreas de trabajo y de atención al cliente que la actividad bancaria suscita, lo que demandó un minucioso análisis previo para aprovechar al máximo los casi 400 metros cuadrados cubiertos que contempló la intervención.
“La idea del estudio fue mantener y recuperar al máximo posible lo que era la fachada del hotel y el hall de ingreso”.
Las arquitectas Pilar Castro Peña y Florencia Gregotti, del estudio Estivill Arquitectos, fueron las responsables -junto con el director, el arquitecto Juan Ignacio Estivill- del desarrollo del proyecto y la dirección técnica de la obra.
En diálogo con Puntal ADC, cuentan que a los fines de cumplir con los objetivos planteados por la entidad bancaria, contrataron los servicios de expertos en distintas áreas tales como de ingeniería eléctrica, civil y termomecánica.
Para la ejecución del mismo se realizó una licitación privada y de las tres empresas que se presentaron, se adjudicó la obra la firma Lunardi.
Al respecto, el arquitecto Ricardo Lunardi, representante técnico de la empresa, consideró que significó un verdadero desafío llevar a cabo la obra en pleno centro de la ciudad y en un plazo de solo 90 días.
La ejecución se concretaba en tiempo y forma hasta que con casi el 95 por ciento de la obra construida, se declaró la pandemia en marzo del 2020 y con la cuarentena obligatoria, todo se dilató luego durante casi un año.
Asimismo, la sucursal Río Cuarto del Banco de La Pampa trabaja hoy en su máximo esplendor y tanto comitentes, empleados como el mismo equipo de arquitectos, quedaron impresionados con los resultados obtenidos.
Los requerimientos
“La idea del estudio fue mantener y recuperar al máximo posible lo que era la fachada del hotel y el hall de ingreso”, señala Castro Peña. A lo que Gregotti añade: “Con el hall de ingreso quisimos mantener un poco de historia dentro del edificio y hoy la gente puede entrar a ver ese espacio como si fuera una sala de exposición cultural, ya sean o no clientes del banco”.
Por su parte, el arquitecto Lunardi agrega que se fabricó una puerta nueva de madera para el ingreso de la ochava imitando las líneas del estilo de la entrada de calle Buenos Aires.
“La historia indica que en esa manzana estaba antiguamente la plaza de la Villa de la Concepción y en 1786 la trasladan adonde está actualmente la Plaza Roca. Así, aquella primera manzana la dividieron en cuatro parcelas y sobre finales del 1700, ese cuarto de manzana fue adquirido por Alejandro Roca -hermano de Julio Argentino, en ese momento presidente de los argentinos- con la idea de hacer un hotel para que su hermano viniera a Río Cuarto, algo que nunca llegó a concretarse”, señala la arquitecta Castro Peña.
“Con el hall de ingreso quisimos mantener un poco de historia dentro del edificio y hoy la gente puede entrar a ver ese espacio como si fuera una sala de exposición cultural, ya sean o no clientes del banco”.
Aquel hotel disponía de 21 habitaciones, espacios que con el paso de los años se fueron cerrando y con ello subdividieron al edificio en distintos locales comerciales. A la vez, cada comerciante fue haciendo cambios en su fachada de manera independiente sin tener en cuenta el estilo uniforme de la edificación.
“Nosotros trabajamos para recuperar la fachada original, sobre las dos calles, debido a que se trata de un edificio que fue declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad”, admiten las arquitectas.
Planta libre
Por la misma funcionalidad bancaria, el interior se resolvió sobre una gran planta libre en la que se sectorizaron distintas áreas. Así, se destinó un espacio al área de bancarización electrónica, otro a la línea de cajas y su correspondiente espacio de espera, y en una zona más privada se ubica la Gerencia y una sala de reuniones.
Se requirió de maquinarias de gran porte -como grúas- para instalar equipos evitando tocar la fachada, tales como el Roof Top y el generador de energía. Todo ello se complementó con las instalaciones específicas que la actividad demanda.
“Miramos mucha bibliografía para conocer qué se hacía en otras partes del mundo y cuál era la tendencia en los bancos, a qué apuntaban, con el fin de ofrecer una propuesta moderna”, explica Gregotti.
Así, se recurrió a revestimientos de madera, terminaciones en colores e iluminación de última tecnología. También se implementaron aberturas de PVC, se adquirió mobiliario y equipamiento adecuado, y se diseñaron los revestimientos en vidrio para los cajeros automáticos y la cartelería del espacio exterior.
Lunardi comenta que debió realizarse un tratamiento antihumedad a los muros con inyecciones químicas porque la construcción no contaba con capa aisladora.
“Nosotros trabajamos para recuperar la fachada original, sobre las dos calles, debido a que se trata de un edificio que fue declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad”.
Además, todo el piso fue recubierto con grandes placas de Neolith, lo que constituyó un desafío primero para su implementación y luego para su instalación.
“Se contrató personal especializado para su colocación y tuvimos que hacer una carpeta perfectamente nivelada, previamente”, precisó Lunardi.
Con todo ello, se intentó cumplir con el objetivo de recuperar una fachada que tuvo su esplendor en la historia como así también de contar con lo último en materia de modernización bancaria, como una manera de “devolverle al futuro” lo que en el pasado tuvo su auge.
Por Javier Borghi