La bandera de Syracuse es igual a la argentina; dos franjas celestes horizontales y una blanca al medio. La única diferencia (un pequeño detalle, en realidad) es que en vez de un sol bordado por las damas mendocinas hay un círculo azul y verde, una suerte de logo que representa un río entre las torres de una fábrica. Y al fondo de las chimeneas, despuntan los rayos del amanecer. Y algo de esa metáfora podría trasladarse tranquilamente al profesor Andrew Scheuer. Y es que hay que escucharlo un rato para darse cuenta que su lengua nativa no es el español. Porque a juzgar por sus características físicas y sus gestos, podría ser un argentino más, un villamariense “nyc”, no por Nueva York sino por “nacido y criado”.
Estamos en la Medioteca horas antes de que Andrew se dirija al Campus donde da clases de apoyo conversacional. Y entonces le pregunto cómo es que se decidió por especializarse en literatura española.
“Bueno, en realidad lo primero fue el idioma -comienza-. Decidí estudiar español porque quería ser profesor en los Estados Unidos. Pero cuando terminé y me llamaron para trabajar en una oficina de turismo, no me gustó. Ahí estuve dos años, siendo asistente de los agentes de viaje. Así que decidí ver las posibilidades de maestrías que había en la Syracuse University, que es la más importante de mi ciudad. Y entre esas, el Máster en Literatura en Español fue el que más me gustó y lo cursé en Madrid. No había leído mucha literatura en castellano hasta entonces, pero lo agradecí. Sobre todo al conocer cuentos de Borges y Cortázar como.
-¿Y cómo llegás a la Argentina?
-Argentina siempre fue un destino posible para mí. Cuando empecé a estudiar español, sabía que tenía que hablar con alguien nativo. Y la primera persona que encontré fue una chica argentina que estudiaba inglés. Hablábamos por internet todos los días en los dos idiomas. Ella me contaba un montón de cosas de su país y yo me decía “me gustaría ir un día”...
-Y ese día llegó...
-Sí. Porque hace dos años, justo en el período entre mi carrera y el máster en España, me dije “voy a la Argentina aunque sea por dos semanas”. Y lo hice. Pero a los pocos meses volví.
-¿Te gustó el país o había algo más?
-Además de cuánto que me gustó el país, fue por amor. Porque una amiga argentina en Estados Unidos me pasó el teléfono de una chica cordobesa que estudiaba inglés, para que tuviera alguien a quien ver. Pero cuando la llamé a Rocío y nos conocimos... Chau...
-¿Qué quiere decir “chau”?
-Que me enamoré y nos pusimos de novios. Luego tuve que viajar a Estados Unidos pero como la idea era seguir estando juntos, al tiempo volví un mes. Pero para que la pareja funcionara yo tenía que instalarme acá porque ella estaba terminando su maestría. Así que me vine y todavía estoy...
Teacher in “Maryville” town
-¿Y cómo llegan a Villa María?
-Porque en Syracuse solicité el programa de intercambio Fullbright. La beca es para fomentar el intercambio cultural entre Estados Unidos y Argentina. Yo no podía elegir ciudad pero sí provincia. Y cuando llegué acá, Villa María pidió un asistente y me mandaron a esta universidad. Y Rocío vino conmigo porque ya entregó la tesis.
-¿Cuál es tu trabajo en la UNVM?
-Soy asistente de idioma en el profesorado de Lengua Inglesa. Voy cuatro días a la semana y también en el Peuam, donde doy clases de conversación. Es una vez por semana para profesores que no quieren perder su nivel.
-¿Cómo ves el modo en que se enseña inglés acá?
-Si yo fuera estudiante, creo que me costaría mucho (risas). Prefiero mi sistema. Porque acá, en primer año, son muy exigentes. Te dan un montón de papeles y listas de palabras para aprenderte de memoria. Es complicado. Allá, en cambio, estudiar un idioma es mucho más flexible y relajado. Supongo que estas exigencias tienen que ver con que vas a ser profesor. Pero para mí, es mejor aprender de forma más lenta.
-¿Cómo ves el nivel de inglés en la Universidad?
-Muy alto. Mi primer año de español en los Estados Unidos era de un nivel pésimo. En el sur de Estados Unidos es mejor por la comunidad latina. Pero en Syracuse, casi no hay. El nivel de inglés de acá, es mucho más alto que el del español en mi país.
-¿Cuál fue tu primera impresión de la Argentina?
-La vi más parecida a España de lo que pensaba; una mezcla entre España y el Nuevo Mundo. En lo social, la gente es muy cálida y abierta y eso me hace sentir como en casa. Yo voy al kiosko y la empleada me cuenta su vida. Eso allá no existe.
-¿Y qué te preguntan?
-Lo primero es qué hago yo acá (risas). ¡No lo pueden entender! Y menos que vivamos con mi novia en Villa María pudiendo estar en Nueva York. Me preguntan qué me gusta más, si allá o acá.
-¿Y de tu país que les interesa?
-Me preguntan de política y economía. Hace poco hice una presentación de cuánto gana un trabajador en Estados Unidos. Es mucho más que acá, pero también es cierto que cuesta mucho más vivir.
-¿Tus proyectos?
-Me quedo hasta diciembre con la beca, voy a los Estados Unidos y me vuelvo a Córdoba. Nos casamos con Rocío en marzo. No es un mal plan ¿no?
Iván Wielikosielek. Redacción
Comentá esta nota
“Bueno, en realidad lo primero fue el idioma -comienza-. Decidí estudiar español porque quería ser profesor en los Estados Unidos. Pero cuando terminé y me llamaron para trabajar en una oficina de turismo, no me gustó. Ahí estuve dos años, siendo asistente de los agentes de viaje. Así que decidí ver las posibilidades de maestrías que había en la Syracuse University, que es la más importante de mi ciudad. Y entre esas, el Máster en Literatura en Español fue el que más me gustó y lo cursé en Madrid. No había leído mucha literatura en castellano hasta entonces, pero lo agradecí. Sobre todo al conocer cuentos de Borges y Cortázar como.
-¿Y cómo llegás a la Argentina?
-Argentina siempre fue un destino posible para mí. Cuando empecé a estudiar español, sabía que tenía que hablar con alguien nativo. Y la primera persona que encontré fue una chica argentina que estudiaba inglés. Hablábamos por internet todos los días en los dos idiomas. Ella me contaba un montón de cosas de su país y yo me decía “me gustaría ir un día”...
-Y ese día llegó...
-Sí. Porque hace dos años, justo en el período entre mi carrera y el máster en España, me dije “voy a la Argentina aunque sea por dos semanas”. Y lo hice. Pero a los pocos meses volví.
-¿Te gustó el país o había algo más?
-Además de cuánto que me gustó el país, fue por amor. Porque una amiga argentina en Estados Unidos me pasó el teléfono de una chica cordobesa que estudiaba inglés, para que tuviera alguien a quien ver. Pero cuando la llamé a Rocío y nos conocimos... Chau...
-¿Qué quiere decir “chau”?
-Que me enamoré y nos pusimos de novios. Luego tuve que viajar a Estados Unidos pero como la idea era seguir estando juntos, al tiempo volví un mes. Pero para que la pareja funcionara yo tenía que instalarme acá porque ella estaba terminando su maestría. Así que me vine y todavía estoy...
Teacher in “Maryville” town
-¿Y cómo llegan a Villa María?
-Porque en Syracuse solicité el programa de intercambio Fullbright. La beca es para fomentar el intercambio cultural entre Estados Unidos y Argentina. Yo no podía elegir ciudad pero sí provincia. Y cuando llegué acá, Villa María pidió un asistente y me mandaron a esta universidad. Y Rocío vino conmigo porque ya entregó la tesis.
-¿Cuál es tu trabajo en la UNVM?
-Soy asistente de idioma en el profesorado de Lengua Inglesa. Voy cuatro días a la semana y también en el Peuam, donde doy clases de conversación. Es una vez por semana para profesores que no quieren perder su nivel.
-¿Cómo ves el modo en que se enseña inglés acá?
-Si yo fuera estudiante, creo que me costaría mucho (risas). Prefiero mi sistema. Porque acá, en primer año, son muy exigentes. Te dan un montón de papeles y listas de palabras para aprenderte de memoria. Es complicado. Allá, en cambio, estudiar un idioma es mucho más flexible y relajado. Supongo que estas exigencias tienen que ver con que vas a ser profesor. Pero para mí, es mejor aprender de forma más lenta.
-¿Cómo ves el nivel de inglés en la Universidad?
-Muy alto. Mi primer año de español en los Estados Unidos era de un nivel pésimo. En el sur de Estados Unidos es mejor por la comunidad latina. Pero en Syracuse, casi no hay. El nivel de inglés de acá, es mucho más alto que el del español en mi país.
-¿Cuál fue tu primera impresión de la Argentina?
-La vi más parecida a España de lo que pensaba; una mezcla entre España y el Nuevo Mundo. En lo social, la gente es muy cálida y abierta y eso me hace sentir como en casa. Yo voy al kiosko y la empleada me cuenta su vida. Eso allá no existe.
-¿Y qué te preguntan?
-Lo primero es qué hago yo acá (risas). ¡No lo pueden entender! Y menos que vivamos con mi novia en Villa María pudiendo estar en Nueva York. Me preguntan qué me gusta más, si allá o acá.
-¿Y de tu país que les interesa?
-Me preguntan de política y economía. Hace poco hice una presentación de cuánto gana un trabajador en Estados Unidos. Es mucho más que acá, pero también es cierto que cuesta mucho más vivir.
-¿Tus proyectos?
-Me quedo hasta diciembre con la beca, voy a los Estados Unidos y me vuelvo a Córdoba. Nos casamos con Rocío en marzo. No es un mal plan ¿no?
Iván Wielikosielek. Redacción