Rivadavia, el actual campeón, cedió la corona al perder su único partido en el torneo Apertura. Eso grafica lo gran campeón que fue.
También eso aumenta más la dimensión de un pasaje heroico y hasta con matices de hazaña del “lobo”, que ayer se impuso 2-1, logrando igualar una serie que era adversa (perdió 1-0 en Arroyo Cabral), y se hizo más cuesta arriba.
Ganó porque volvió a creer en su fútbol. En Cabral, Rivadavia creyó y le ganó con el tiro del final una batalla. Pero el “lobo” se levantó en su casa, donde creyó en su fútbol sagrado, jugó, y lo ganó con confianza ciega en sus fuerzas.
Arriesgó hasta los ahorros. Pareció un milagro, pero no fue casualidad. Pareció suerte, pero habrá que aprender la diferencia entre el juego y el azar. Nada fue un error.
Como la letra de esa canción, el error grosero que pareció cometer Christian Romero fue: no llevar arquero suplente. Nada fue un error.
Ese error pareció sentenciar la serie cuando a los 8’ Ranco salió afuera del área y ganó, pero dejó el balón en juego y cuando impactó con su pierna extendida sobre Gayoso, que llegó primero al balón, el árbitro lo expulsó correctamente.
Sin embargo, el fútbol es esencialmente un juego, y generalmente gana el que más juega. Por eso ganó Argentino, porque jugó mucho y bien. Superó a un Rivadavia que estaba invicto y parecía experto en finales. Pero no hizo pie.
El campeón tambaleó cuando debía imponer su chapa. No jugó. Sólo llegó cuando a los 10’ Fabián Martínez ejecutó ese tiro libre (por falta de Ronco a Gayoso) y dejó temblando el travesaño del arco defendido por Matías Piovano, quien se puso los guantes, recordó su pasado como arquero de baby fútbol, y se transformó en héroe.
Era sólo una cuestión de tiempo: El “verde” tenía 80’ para patear al arco y ser finalista. Pero Argentino no lo dejó. Lo superó en el juego, en temple, en creer, en desear, en presionar, y con 10 fue más que 11.
Díaz apareció cuando más lo necesitó su equipo. Se hizo dueño del balón, distribuyó, quitó y mandó. Jugó e hizo jugar. A los 13’ envió un tiro libre (especie de córner corto) al primer palo, rasante, donde Matías Rojas anticipó a todos, definió de taquito, y tras pegar en un rival el balón se introdujo contra la base del palo derecho de Berardo. 1-0.
La serie 1-1. En un desarrollo normal, Rivadavia seguía teniendo todo a su favor: un hombre más, y un rival con arquero improvisado.
Pero Argentino jugó un montón, y Rivadavia no estuvo en su nivel.
Fuente jugó un partido fenomenal, y Díaz se encargó de hacerlo participar para que aguante el balón, y lo ceda a los costados, donde Moreno y Carrera se corrieron un pueblo, y Rosales confundió al ser más “10” que el “10”, porque Díaz se puso el overol y al lado de “Pulpo” Ñáñez le complicaron la vida a un engripado “Peto” Villagra, que igual corrió y recuperó mucho, pero no pareció tener compañías con lucidez para aprovechar que el rival jugaba con 10, y arriesgando mano a mano en defensa, donde Molina, Jacobi y Rojas formaron una muralla.
Es que Santoni adelantó a Pedernera para formar un tridente con Gayoso y Albiero, pero el “verde” perdía el balón en el medio, y no le pateó nunca a Piovano.
En cambio, Berardo se transformó en figura, porque Argentino jugó mucho, y llegó más. Rosales desvió frente al marco (20’); Molina desvió un frentazo tras centro de Díaz (24’); el “1” voló y envió al córner un misil de Moreno desde el borde del área (32’); luego le tapó un frentazo a Molina (33’); y aunque no retuvo un tiro libre de Díaz, obligó a Rosales a definir desviado al achicarle el arco (36’).
El 1-0 resultó un buen precio para Rivadavia, que sólo forzó a Piovano a actuar cuando Pedernera le ganó a Ñáñez en un largo pelotazo, y el improvisado arquero tapó con la mano (afuera del área pudo ser falta y expulsión) a los 25’.
Rivadavia no buscó excusa en esa jugada que pudo dejar al “lobo” con 9. Lució confundido, incluso al volver del descanso fue superado por Argentino, que siempre fue por más, como sabiendo que no le alcanzaría: “un gol iba a recibir”.
Fue insaciable el elenco de Romero. Lo llevó puesto. Moreno la rompió, y aunque desvió una volea a los 2’, tendría revancha.
Díaz era el dueño de la pelota, y tras conectarse con Ñáñez y Rosales, Carrera definió, pero Berardo volvió a impedir el 2-0 (5’). Tampoco Jacobi festejó (elevó un frentazo en el área chica a los 6’).
El “verde” necesitaba a Gozzerino, y su ingreso le otorgó empuje. Por eso Santoni apostó por Páez (por Ferreyra) para jugar con 3 puntas. Su problema estaba en el medio, donde no había conexiones para abastecer a los delanteros, y por ello ingresó Javier Demarchi, el héroe en Cabral.
Con más espacios, Argentino esperó y fue más profundo aún. A Fuente le anularon el segundo por offside (12’); y Berardo se lució en un mano a mano ante Fuente (13’); tapó un cabezazo a Rojas (14’); y un misil a Moreno (15’), que por fin lo vulneró a los 21’, cuando Fuente le bajó el balón en el bode del área, y el ex Lanús enganchó, y definió a la izquierda, con clase 2-0.
Argentino ya tenía a Vieyra para reponer energías en un mediocampo que hizo un desgaste enorme. A Piovano sólo le llegó un tiro suave de Gayoso, que se fue expulsado por agredir a Molina.
No llevar arquero al banco fue un error, pero arriesgó para ganar Argentino. Berardo le tapó dos intentos a Díaz y otro a Vieyra. El “verde” se la jugó con el corazón de campeón de Gudiño, que envió un centro al área chica, y Maximiliano Demarchi no perdonó. 2-1.
Faltaban 2’, y hubo tiempo para la expulsión de Martínez y Molina (agresión mutua). Luego Piovano le atajó el penal a Páez, y Berardo estrelló otro en el travesaño. Nada fue un error: Argentino es finalista.
Sintesis del partido
Argentino 2 (4) - Rivadavia 1 (2)Argentino: Carlos Ronco (s/c); Gastón Molina (4), Carlos Jacobi (7), Matías Piovano (8) y Matías Rojas (7); Jonathan Rosales (6), Franco Ñáñez (7) y Diego Carrera (6); Claudio Díaz (8); Agustín Moreno (8) y Mauro Fuente (8). DT: Christian Romero.
Rivadavia: Marcelo Berardo (8); Martín Ferreyra (5), Pascual Gudiño (6), Samuel Garis (5) y Maximiliano Demarchi (6); Fabián Martínez (4), José Villagra (6), Nicolás Pedernera (5) y Diego Villagra (5); Nicolás Gayoso (4) y Tadeo Albiero (5). DT: Marcelo Santoni.
Goles: PT: 13’ Matías Rojas (A). ST: 21’ Agustín Moreno (A). S.T. 42’ Maximiliano Demarchi (R).
Cambios: en el segundo tiempo: reinició Franco Gozzerino (5) por Diego Villagra (R); 5’ Maximiliano Páez (5) por Ferreyra (R) y 17’ Javier Demarchi por Albiero (R) y Alexander Vieyra por Diego Carrera (A).
Expulsados: PT 8’ Ronco (A). ST 30’ Gayoso (R); y 46’ Martínez (R) y Molina (A).
Amonestados: Díaz y Piovano (A); y José Villagra y Pedernera (R).
Definición por penales: Argentino 4 (Mauro Fuente, Jacobi, Díaz y Moreno) - Rivadavia 2 (Gozzerino y José Villagra).
Árbitro: Diego Ortega.
Asistentes: Facundo Rojo y Marcos Vilta.
Estadio: Argentino.
Edgar Scauso. Redacción Puntal Villa María
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