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Hábitos de pandemia que invitan a repensar la iluminación interior

Desde el primer confinamiento hasta nuestros días, la tarea cotidiana se ha visto modificada con una constante: pasar más tiempo en casa. Y las actividades puertas adentro merecen una atención especial desde el diseño lumínico consciente.

-¿Se puede repensar el diseño lumínico de una casa ya construida?

-Sí, totalmente. Siempre se puede realizar y es importante que sea a partir de un diseño lumínico consciente.

La respuesta de la arquitecta Mariana Enríquez, especialista en Medioambiente Visual e Iluminación Eficiente y diplomada en Desarrollo Ambiental Regional Sustentable, nos abre la puerta y brinda esperanzas en un mundo muchas veces ignorado o invisibilizado, pero de gran relevancia: la importancia de pensar una iluminación acorde a las actividades que se realizan y a la incidencia biológica que ello puede traer aparejado.

Sin dudas la pandemia modificó nuestra labor cotidiana y puso a los primeros confinamientos como momentos “bisagra” para pasar a tener mayor cantidad de horas en el hogar, como un denominador común de la mayoría de las personas. Así, empezamos a amigarnos con el home office, clases virtuales y mayores actividades en casa, sin pensar si realmente la iluminación estaba en sintonía con cada acción realizada.

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En función de ello es que la arquitecta Enríquez destaca la importancia de pensar en un diseño lumínico en interiores domésticos de manera consciente. “Con la pandemia hemos vuelto a pasar más tiempo en nuestros hogares. Y empezamos a encontrarnos en estos espacios domésticos interiores de una manera diferente, constante, usando los espacios de otras maneras”, considera la especialista.

La arquitecta habla de la necesidad de registrar de manera consciente cómo incide la iluminación en las actividades hogareñas, al menos notar qué y cómo nos sentimos, para que el próximo paso pueda ser su replanteo junto con el asesoramiento de un profesional.

“Un diseño de iluminación doméstica interior consciente apunta directamente a estar presente en el momento y el lugar, tratando de darnos cuenta qué es lo que se está viviendo con comodidad o incomodidad. Muchas veces nos adaptamos inconscientemente a situaciones que ya venían siendo incómodas ‘porque la iluminación ya era así’, pero es importante es saber que se puede ser activo y ser parte de una dinámica, porque los espacios deben acompañar los cambios de uno y de las circunstancias”, resaltó.

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-¿Qué importancia tiene definir la iluminación según el uso?

-Hay espacios sociales, otros de intimidad, de trabajo, de ocio, etcétera. Dentro de cada espacio se suceden distintas escenas que deberían estar vinculadas con escenas de iluminación. Se puede tener una iluminación general y, a su vez, algo de destaque o un sector de relax. No es lo mismo iluminar la mesada de la cocina, que es el lugar de elaboración de alimentos, que a lo mejor un sector de destaque del ambiente cocina. Hay dormitorios con espacio de escritorio que requieren dos tipos de iluminación diferentes. Por eso es importante que seamos conscientes de que somos partícipes activos, es decir, que todo lo que estamos viviendo lo podemos decidir vivir y podemos acompañar nuestras costumbres, necesidades, intenciones y vivencias con la iluminación.

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-¿Cómo influye la iluminación en el estado emocional de las personas?

-Siempre hay que tener en cuenta que en una vivienda estamos hablando de un usuario personalizado, particular y único. No es lo mismo pensar la iluminación de un bloque de oficinas que para el uso doméstico. Podemos tener criterios generales, por ejemplo, hay iluminación de bajos niveles con temperaturas de color que viran hacia los cálidos que generan un estado más calmo, lento o de reposo, que se usa en espacios que tengan por fin ese uso: espacios de lectura a su vez iluminados con el correspondiente uso. Una iluminación de alto nivel lumínico con una temperatura de color más bien fría tiende a alterar, activar y acelerar el estado de ánimo de las personas. Por ejemplo, en la mesada de las cocinas que requiere también seguridad visual porque hace a la seguridad física y el cocinar es una actividad que requiere una atención plena. La luz guía y genera comportamientos, y a su vez influye en las emociones.

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Salud e iluminación

En otro pasaje de la entrevista, la arquitecta Enríquez destaca la importancia del vínculo entre la iluminación y la salud de los seres vivos, refiriéndose en este caso, a la salud de las personas.

“Biológicamente, respondemos a un ciclo circadiano de 24 horas que tiene períodos vigilia y de oscuridad, es decir, de luz y noche. Y por eso es muy importante tener la luz natural incorporada en nuestros espacios y tener control lumínico en esos espacios con dispositivos tales como cortinas, vegetación, persianas, entre otros. Siempre se debe tener incorporado en la mente el paso del tiempo del ciclo diario como referente, ya que estamos ligados y la iluminación va activando o desactivando ciertas cuestiones hormonales que van de la mano con nuestro descanso y salud”, plantea.

Además, pone especial hincapié en la importancia de atender el contacto con pantallas, algo que también se ha acentuado con la pandemia y recomienda el uso de lentes que controlan la nocividad de esas fuentes de iluminación. “Un primer paso es tomar conocimiento de que el tema existe. Por eso es importante saber que ciertas luces más frías deben ser evitadas en horarios de descanso”, señala Enríquez.

Para finalizar: “La luz hace a nuestra salud, no sólo visual sino biológica. El sol nos da vida e interrumpir su ciclo y ese equilibrio pueden también dañar nuestra salud”.