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Con resultados de Covid negativos, Estudiantes se prepara para la vuelta

Las pruebas rápidas se realizaron ayer por la mañana en el estadio de básquet del Celeste. El jueves 3 volverá la actividad en el predio Pablo César Aimar con un riguroso protocolo a cumplir por los futbolistas

Ha sido un domingo especial para el plantel y el cuerpo técnico de Estudiantes porque se llevaron a cabo en el estadio de básquet los respectivos test rápidos. Esto, pensando en el regreso a las prácticas programadas para el jueves 3 de septiembre, con un protocolo súper estricto elaborado por la Asociación del Fútbol Argentino en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación.

Días atrás, en diálogo exclusivo con Puntal, el doctor Fernando Agüero Gioda, reciente incorporación al staff médico del club, contaba el protocolo a seguir cuando se reanuden las prácticas en el predio Pablo César Aimar.

Por un lado está lo estrictamente físico, con un regreso que debe ser, antes que nada, progresivo y con mucho cuidado, trabajando en la prevención de lesiones. Se comprobó en todo el arco futbolístico europeo, cuando regresó la actividad, que el índice de lesiones musculares se disparó justamente por este motivo, por la gran inactividad, incluso superior a los tiempos de lesiones largas que conllevan cirugía. Según Agüero Gioda, cuando son operaciones de ligamento cruzado anterior, por ejemplo, en dos o tres semanas, según la evolución del deportista, ya se van realizando trabajos en gimnasio para comenzar con la rehabilitación. Si bien aquí el entrenamiento fue en los domicilios y pudieron hacer actividades un poco más exigentes, lejos están de asimilarse a la alta competencia.

Otro punto que es fundamental en esta cuestión sanitaria es la responsabilidad y seguimiento al protocolo que los futbolistas deben respetar cuando ingresan al predio. Deberán hacerlo de a pares por vehículo (no más de dos) y los trabajos serán de a seis jugadores separados, en grupos diferenciados. Tendrán que cumplir con la higiene personal con toallas y botellas individualizadas, sin utilizar los vestuarios; llegar cambiados, cinco minutos antes de empezar, y desinfectar los elementos de trabajo una vez que el turno haya terminado.

Es la nueva normalidad, simplemente eso. Así tenemos que presentarlo por lo que conlleva tanta responsabilidad grupal e individual para no lamentar contagios ni nada que altere el normal desenvolvimiento cuando los entrenamientos sean una realidad.

No obstante, y hay ejemplos de sobra en casi todos los clubes de Primera, la posibilidad de contagio es real, es alta, en la vida diaria de los futbolistas y sus familias, al margen de extremar los cuidados. Si algo nos enseña este coronavirus es eso, la velocidad con la cual se producen los contagios.

Por otra parte, y esperando que se defina cómo va a jugarse el torneo de la Primera Nacional, que tiene al Celeste muy bien posicionado y como candidato a ascender a Primera, la vuelta ya es un hecho. La mañana de ayer, a pesar de no haber acción, fue el preámbulo ideal en estos momentos para que todo eso comience a materializarse.

Parece que fue hace mucho tiempo el ya famoso 14 de marzo, cuando el equipo de Vázquez se traía un punto muy valioso tras el empate con Mitre en Santiago, sin saber que sería el último partido oficial que disputaría hasta el momento.

La ansiedad de jugadores e hinchas ya puede comenzar a dispersarse, el retorno está muy pronto a suceder.

El coronavirus en Primera

Boca, Independiente, Vélez, San Lorenzo, Racing y hasta River, con la famosa “burbuja sanitaria” que tiene el plantel de Gallardo esperando para jugar la Copa Libertadores, sufrieron contagios en sus planteles.

El propio Tigre, equipo de Primera Nacional pero que juega la Copa, estuvo viviendo situaciones de este tipo.

Son apenas algunos de los ejemplos de futbolistas de los planteles que ya volvieron al trabajo (fue el 10 de agosto) que han tenido contagios en su nómina.