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El Gobierno, entre chacareros y multinacionales exportadoras

La Casa Rosada sentó a los representantes de la Cámara de Aceiteros y el Centro Exportador de Cereales en los anuncios del jueves, pero no a la Mesa de Enlace. Aprovechó una vieja grieta entre ambos y benefició con las medidas a los primeros

“Hay que tener cuidado con esto del Consejo Agroindustrial Argentino porque hay mucho lobbista ahí adentro y si bien las entidades del campo están con un pie ahí adentro, hay que dejarles en claro que no hay producción sin productores”. Hace poco más de un mes, cuando la conformación del Consejo tomó forma definitiva y comenzaron las reuniones con distintos funcionarios del gobierno nacional para acercar un proyecto que prometía multiplicar las exportaciones y los empleos de las cadenas del agro en 10 años, un experimentado dirigente agropecuario de Córdoba, que tiene su campo en el departamento Tercero Arriba, lanzó aquella frase cuando fue consultado por las expectativas que le generaban esos encuentros entre funcionarios -incluido el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Fernández de Kirchner- y empresarios de la agroindustria y el campo. Es que las discrepancias entre chacareros y exportadores no son nuevas. Incluso este mismo año sumó capítulos de un histórico encontronazo. A comienzos de año, el presidente de Ciara-Cec (Cámara de la Industria Aceitera y Centro Exportador de Cereales), Gustavo Idígoras, acusó a los productores agropecuarios de no liquidar la cosecha y hacer más lento el ingreso de dólares al país. Las chispas incluyeron estadísticas de uno y otro lado, hasta que finalmente todo pasó. Y se volvieron a ver las caras al interior de este Consejo Agroindustrial cuyo bocero es el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martins. Allí hay casi 50 cámaras adheridas de distintos eslabones vinculados al agro, desde maquinarias agrícolas, pasando por las bolsas de cereales de todo el país y por supuesto las entidades del campo y los exportadores. El humor de esa flamante estructura lo fijan estos dos últimos sectores. Y posiblemente el futuro de la organización también.

Y desde el jueves esto volvió a marcarse claramente. Los anuncios que hizo el gobierno nacional tienen dos planos de análisis en torno a esta vieja disputa. A Martín Guzmán, Matías Kulfas, Luis Basterra y Mercedes Marcó del Pont los rodeaban integrantes de la construcción, la industria (el presidente de la UIA, Miguel Acevedo) y referentes del Consejo Agroindustrial, entre ellos Martins e Idígoras. También estaba Dardo Chiesa, que algunos lo mencionaron como referente de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas, integrante de la Mesa de Enlace) pero en realidad después de dejar de presidir esa entidad pasó a jugar en la Mesa de la Carne nacional y estuvo presente por ese nuevo rol. De todos modos, en CRA su presencia tampoco cayó bien.

En los anuncios del Gobierno no hubo presencia de la Mesa de Enlace. Había tres de sus presidentes que se encontraban en Mendoza: Carlos Iannizzotto, de Coninagro; Carlos Achetoni, de Federación Agraria, y Daniel Pelegrina, de Sociedad Rural Argentina. Los dos primeros son mendocinos y estaban en sus provincias, mientras que el último estaba allí porque su esposa es oriunda de la tierra del vino. El cuarto referente es Jorge Chemes, presidente de CRA y entrerriano, que estaba en Paraná. Lejos de la Casa Rosada, los cuatro representantes del campo no asistieron al encuentro, al que de todos modos no hubieran ido aún estando en Buenos Aires, según dijeron después. Dos horas antes de la cita recibieron en sus celulares mensajes de WhatsApp invitándolos a los anuncios. Pero uno de ellos no recibió nada: fue Pelegrina, que el 9 de Julio acompañó a Alberto Fernández en lo que pareció un relanzamiento de la relación del Gobierno con empresarios y eso le valió al titular de la Sociedad Rural la abierta queja de los otros integrantes de la Mesa de Enlace. Ahora, creen que Pelegrina ya no es bien visto por los funcionarios de la Nación porque lo sindican como responsable de haber montado una reacción del campo contra las últimas medidas económicas.

En la batería de anuncios que encabezó Guzmán, el Gobierno claramente decidió en favor de los exportadores y multinacionales responsables del comercio internacional de bienes del campo y en contra de los chacareros, más allá de una nueva promesa de un fondo compensador que va por su tercera versión sin haber alcanzado nunca la materialización. Economía decidió bajar las retenciones a la soja -únicamente- y sus derivados del 33% actual al 30% durante este mes, al 31,5% en noviembre y al 32% en diciembre para retomar el porcentaje original en enero. En la práctica, los exportadores que compraron incluyendo en su ecuación el 33% ahora se encuentran con un mayor margen de rentabilidad. Y los pequeños y medianos productores vendieron en su mayoría ya su última cosecha para afrontar la de invierno y ahora la nueva campaña gruesa, por lo tanto no tendrán beneficios por ese lado. Sólo los grandes y con más espalda para retener una parte importante de su producción podrán aprovechar esa ventaja anunciada el jueves. Esto explica presencias y ausencias en la invitación del Gobierno.

Pero hay otro factor que se cruza para saber si el anuncio incentivará la venta de soja para aumentar el ingreso de dólares que en definitiva es lo que persigue el Gobierno: el precio internacional de los commodities. En carrera alcista, las cotizaciones son un contraincentivo hoy para liquidar. Las señales del mercado indican que esperar puede mejorar los ingresos de los productores, que incluso sembraron con un nivel de retenciones del 26,5%, las subieron luego al 33% y ahora les ofrecen 30%.

Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal