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Los mitos y teorías en torno de la llegada del hombre a la Luna

Desde el momento en que la Apolo 11 pisó la superficie lunar, comenzaron a surgir teorías conspirativas que siguen hasta hoy.

Con la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, no sólo se inició una nueva etapa de avance tecnológico nunca antes visto, sino que comenzó a difundirse, casi al mismo tiempo, la teoría de que, en realidad, todo había sido un enorme engaño perpetrado por la NASA, la agencia espacial estadounidense. Estas teorías conspirativas componen lo que en inglés se llama el Moon hoax. Sus defensores, diseminados hoy por toda la web, basan sus afirmaciones en sospechas técnicas, que son fácilmente refutables por la ciencia.

Rafael Clemente, ingeniero industrial y ex director del Museo de Ciencia de Barcelona, publicó un artículo en el diario español El País, donde cuenta que el primero en explotar comercialmente el fraude lunar fue William Kaysing, quien trabajó siete años en Rocketdyne, la empresa fabricante de motores cohete para los primeros misiles, donde fue ex redactor y responsable de ediciones técnicas. Dejó su empleo en 1963, pero asegura que cuando vio el despegue del Apolo 11 (que llevó a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins por primera vez a la Luna) tuvo una "instintiva sospecha sobre la viabilidad de la aventura". Era tan enorme su intuición que en 1976 publicó su obra más conocida: Nunca fuimos a la Luna: la estafa de 30.000 millones de dólares. 

En ese libro aparecían por primera vez los cuestionamientos que luego se repetirían, infinidad de veces, hasta nuestros días. Y con los años, Kaysing fue teniendo decenas de imitadores. Cada uno aportaba más y más pruebas de la conspiración. En febrero de 2001, la cadena de televisión estadounidense Fox emitió un reportaje titulado: La teoría de la conspiración. ¿Aterrizamos en la Luna?.  Según cuenta Clemente, Fox se limitaba a repetir los argumentos de Kaysing, contando con el apoyo de una serie de "expertos" cuya "ignorancia sobre el programa lunar sólo era compatible con su osadía". 

Ahí comenzó un derrotero de dudas y sospechas sobre el primer vuelo a la Luna. A 50 años del pie de Armstrong pisando la polvorienta superficie lunar, todavía hay quienes creen que todo fue una farsa. Lo curioso --dice Mariano Ribas, coordinador de divulgación científica del Planetario porteño-- es que "pocos saben que hubo seis viajes tripulados a la Luna, pero sólo se acuerdan del primero". 

Otro dato poco divulgado es que la epopeya lunar llevó más de una década de desarrollo, el trabajo de cientos de miles de personas. Y no sólo de la NASA: participaron otros organismos oficiales y empresas privadas. "¿Cómo puede ser que nadie, en 50 años, contó la verdad sobre el supuesto fraude?", pregunta Beatriz García, astrónoma e investigadora del Conicet. "De hecho, los soviéticos, que tenían razones para desconfiar de Estados Unidos, nunca denunciaron ningún fraude. Es más, reconocieron que los norteamericanos llegaron a la Luna", agrega. 

A pesar del enorme material disponible de la NASA sobre las seis misiones tripuladas a la Luna (existen archivos con miles de fotos y cientos de horas de grabación), los teólogos de la conspiración señalan la supuesta inviabilidad del viaje lunar y se respaldan, por ejemplo, en distintas irregularidades fotográficas que evidenciarían el supuesto montaje.

Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins



"Es increíble que no crean en el viaje a la Luna. Aldrin y Armstrong colocaron, sobre el Mar de la Tranquilidad, el lugar donde alunizaron, varios espejos retro-reflectores cúbicos en la superficie, que se usan para medir la distancia Tierra-Luna de forma muy precisa, por medio de un láser", comenta Ribas. 

Por su lado, García, recuerda que los astronautas trajeron cientos de kilogramos de rocas, que repartieron en centros de investigación de todo el mundo. "Las rocas son especiales, porque se formaron en condiciones diferentes a las que existen en la Tierra", apunta. 

Sin embargo, los mitos sobre la llegada del hombre a la Luna siguen y siguen circulando por la web, alentados en el último tiempo por el movimiento terraplanista. Estos son los diez mitos más populares. Y su refutación científica. 

La bandera estadounidense flamea, pero en la Luna no hay viento

Es uno de los argumentos más extendidos. Ribas explica que en las fotografías se puede observar que la bandera tenía un mástil superior para que permaneciera extendida. Los astronautas movían la bandera al colocarla, y tenía arrugas y ondulaciones por haber estado replegada durante el viaje hacia la Luna, lo que le daba en las fotografías una apariencia que puede confundirse con la de una bandera ondeando.

Muchas de las fotos de los paisajes lunares no tienen sombras paralelas

Los negacionistas aseguran que este efecto comprobaría el "fraude", ya que este tipo de sombras sólo se pueden crear con varias fuentes de luz o con un foco cercano. Ribas explica que las fotos que se tomaron en la Luna son panorámicas de 180 grados. "Al presentarse como un rectángulo, las sombras presentan una curvatura en un plano rectangular. Entonces las sombras no quedan paralelas". Mientras, García cuenta que durante la expedición se utilizaron focos para iluminar el suelo porque "la luz es muy débil en la superficie lunar".

En las fotos no se ven las estrellas

Los teólogos de la conspiración argumentan que la ausencia de estrellas en las fotografías de la Luna es inaceptable. Esto, dicen los especialistas, se explica por un problema fotográfico. "Si uno saca una foto de noche en la Tierra, las estrellas tampoco se ven. Para que salgan en la imagen, tiene que haber una larga exposición fotográfica. Las fotos que se tomaron en la Luna estaban calibradas para el día, para que los astronautas salieran bien expuestos", cuenta Ribas.

Las huellas de los astronautas no son posibles en un ambiente seco y sin aire

Los denunciantes aseguran que las huellas no tienen explicación, ya que, según dicen ellos, éstas son el resultado del peso desplazando al aire o la humedad entre las partículas de polvo o arena. Los expertos explican que no es necesario que haya humedad para dejar huellas en un terreno. "El suelo de la Luna está hecho de regolito. Es una especie de ceniza muy gruesa, que tiene varios metros de profundidad. No hay ninguna razón por lo cual no se forme una huella", afirma García.

Al aterrizar, el módulo lunar no dejó un cráter en el suelo

Fue la primera versión en sumar la tercera ventana, anticipándose tres años a su par francés. Además, la tapa del baúl se abría de forma conjunta con lona que contenía la luneta (sistema Hayón). Este modelo se aumentó la potencia a 14 HP. Por todo esto, la "E" de Especial en su denominación .El módulo lunar pesaba entre 15 y 17 toneladas en la Tierra. Sin embargo, en la Luna la gravedad es aproximadamente seis veces menor, con lo cual allá pesaría una sexta parte de lo que pesa aquí. "Lo que hizo el módulo fue despejar el polvo de la superficie lunar. Para hacer un cráter tenés que impactar fuerte contra el suelo. La única manera de hacer esto es que se hubiera estrellado", cuenta Ribas.

El módulo lunar, por su peso y tamaño, no era capaz de escapar de la gravedad de la Luna

Beatriz García explica que el módulo "sólo tenía que ir hasta el orbitador, que estaba a pocos kilómetros de la Luna", con lo cual no necesitaba mucha fuerza para despegar. "Las distancias no son tan largas. La Estación Espacial Internacional está sólo a 500 kilómetros de la superficie de la Tierra. No se necesita mucha potencia para escapar de la gravedad de la Luna. Depende de la gravedad del planeta y la dimensión del objeto del que querés escapar. Y la Luna es la cuarta parte de la tierra en dimensión".



El viaje es falso porque nunca más se volvió a la Luna

Es uno de los argumentos más utilizados por los negacionistas para defender sus teorías conspirativas. Sin embargo, no toman en cuenta que hubo otras seis misiones tripuladas al satélite terrestre, la última en diciembre del 72. "Se terminaron porque ya no tenía sentido regresar: los viajes costaban mucho dinero, no decían nada nuevo y habían perdido el interés del público", comenta Ribas.

Aunque el espacio exterior está inundado de radiación que emana del Sol, ningún astronauta contrajo cáncer

No hay constancia de que hubiera una erupción solar importante durante los vuelos de las misiones Apolo. En su nota para El País, Clemente apunta que los astronautas no recibieron ninguna radiación extraordinaria, sino "una dosis total similar a la de una radiografía".

Las grabaciones del viaje a la Luna fueron rodadas por Stanley Kubrick en un estudio

Esta teoría no necesita una refutación científica. Surgió a partir de un falso documental francés llamado Operación Luna, que especulaba con la posibilidad de que el viaje fuera una farsa fabricada por el entonces presidente Richard Nixon, y filmada por Stanley Kubrick, quien, un año antes había filmado 2001, odisea en el espacio. Vivian, la hija del cineasta, publicó en 2016 una carta en Twitter en la que decía que no podía entender "cómo uno de los grandes defensores de la humanidad podría cometer semejante traición. Creo que las obras de mi padre son su defensa más incuestionable".