El precio de la carne vacuna cerró diciembre 2023 a $4.800 promedio por kilo nivel consumidor (tomando a los 18 cortes que monitorea el IPCVA), con un aumento del 305% nominal y del 30% real respecto a diciembre 2022.
Así, la carne recuperó poder de compra respecto a otros bienes de la economía el año pasado y los valores de diciembre se ubicaron 14% por encima en términos reales de la media del período 2010-2023 ($4.197).
Se observó que, desde comienzos del año 2023, los precios mostraron tendencia a la suba en términos reales, aunque el recorrido no fue lineal y en algunos meses sufrieron bajas.
Pero a pesar de esos antecedentes, un trabajo publicado ayer por el economista Franco Artusso del Ieral de la Fundación Mediterránea, muestra que los valores actualmente estarían dentro de los rangos históricos tras un enero en el que el precio de la carne se movió bien por debajo del IPC.
“A partir de lo sucedido con los precios de la hacienda, y considerando tanto la relación histórica entre insumo y producto terminado como el contexto económico general, se entiende que los precios de la carne bovina habrían aumentado entre un 2% - 8% en enero, claramente por debajo de la tasa general de inflación (más cercana al 20%). Lo anterior implica que la carne habría ayudado a la desaceleración de la inflación de enero, luego de haber contribuido en la dirección contraria en el mes de diciembre del 2023”, explica el informe.
Respecto del nivel al que habrían quedado los precios, “la perspectiva histórica muestra que se encontrarían bastante en línea con los valores promedio (en términos reales), es decir el precio de la carne no estaría atrasado ni tampoco adelantado respecto de lo que ha sido su valor medio de convergencia en los últimos 12/13 años. De todos modos, otro indicador que se monitorea, el de participación de la hacienda en el precio final de la carne, aparece levemente por encima de su relación histórica, diferencia que podría cerrarse en próximas semanas, ya sea con reducción de precios de hacienda y/o subas de precios de carne (con una corrección de 6/7% alcanzaría)”, detalla el trabajo de Artusso.
Por el lado de la demanda interna no parece haber fuerzas como para que los precios se ubiquen mucho más arriba de lo que ya están. Tampoco en el frente externo hay factores de demanda con potencia para presionar los valores; los precios internacionales se encuentran en niveles bajos y la hacienda local está, medida en dólares, por encima de los competidores de la región.
Las dos variables que hoy podrían romper el equilibrio del mercado, presionando los precios al alza, son el tipo de cambio (un salto cambiario, una aceleración importante de la tasa diaria de devaluación) y un cambio fuerte en el ciclo ganadero (de liquidación a retención).
El primer factor no parece ser una amenaza en el corto plazo, y en cuanto al segundo, no está claro todavía qué rumbo tomarán los productores, si seguirán jugando al achique como en el 2023 (liquidando vientres) o si, por el contrario, volverán a apostar e invertir fuerte en la actividad.