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El tradicional paseo de La Consolata se frustró nuevamente por la pandemia

Tal como ocurrió durante 2020, este año la mayoría de las celebraciones se difundieron a través de los canales digitales y la presencialidad fue mínima, con un aforo del 30%. No obstante, los vecinos acompañaron a su patrona

La fiesta de junio, esa que transforma a Sampacho por el clásico homenaje a la santa patrona, la Virgen de La Consolata, no se pudo vivir a pleno.

Si bien la imagen mayor pudo ser saludada frente al templo, la gran procesión de cada año no se realizó como era de esperar por las reglamentaciones vigentes.

En el presente año, no hubo manzaneras que llevaban la invitación casa por casa, tampoco se pudo contar con la presencia de algún misionero para las prédicas o de sacerdotes amigos del Santuario que venían a traer un mensaje de esperanza en años anteriores. Todo eso quedó en el recuerdo y así lo sintieron los sampachenses.

La pandemia puso límites a la gran peregrinación que habitualmente reúne a miles de fieles de todo el país, que solo se limitó a una caravana de vehículos que haciendo sonar sus bocinas desde las 15, hora donde cada año puntualmente se inicia este paseo ahora postergado, permitió el saludo a la imagen dorada de María.

"Por segundo año consecutivo, no podemos ver La Consolata en su pueblo. Esta pandemia no solo nos genera temor, también se interpone en nuestros sentimientos, pero igual acá estamos pasando frente a la Virgen", dijo con emoción una de las vecinas de Sampacho.

Este 2021 se suma a las veces en que la bella imagen no pudo ser paseada por las calles. La primera vez fue el 20 de junio de 1934 porque el pueblo estaba en ruinas tras el gran terremoto de días anteriores, en 1946 producto de una nevada, en 1955 por las prohibiciones del gobierno justicialista en aquel conflicto con la iglesia católica, en 1982 y 1992 ambos casos por lluvias copiosas. Y en el 2020 y 2021 el paseo se frustró por la pandemia de coronavirus.

Virtualidad

La novena fue distinta a la de otros años. Todo se desarrolló de manera virtual, excepto ayer que se permitió algo de presencialidad con un 30% de fieles. Se hizo la recordación del 119º aniversario de la parroquia que se cumple cada 19 de junio, y a la vez –siempre en forma virtual- se cantó el “Cumpleaños Feliz” a la patrona

Pero en la virtualidad de cada día, se advirtió de parte del párroco un toque de cierta tristeza.

Así lo dejó saber el párroco Osvaldo Leone, quien contó cómo se vivieron estos 9 días de oración en el templo mayor. "Es que añoramos lo que hemos vivido en otros años, extrañando la participación masiva en las misas, en los misioneros, la visita a los hogares, la gran concurrencia de fieles en las tres misas que históricamente se han celebrado en el Santuario. Dado esta situación de pandemia es entendible, pero con este dolor de no poder encontrarnos en las celebraciones presenciales", sostuvo.

El sacerdote destacó el rol de la tecnología, que permitió llevar las imágenes de la novena a todos. Puso énfasis en la predisposición de las familias que pudieron en cierta manera celebrar la fe y la devoción a La Consolata en sus hogares, en familia y a través de los medios de comunicación.

"Los fieles han aprovechado los momentos en que el Santuario estaba abierto para venir, para rezar, para ofrecer su rosario, para venir a expresarle con flores, sus oraciones, con su presencia, su cercanía, con distintos gestos", relató.

El padre Leone dijo que en algunos encuentros con los fieles, le manifestaron el hecho de extrañar la cercanía y la vivencia habitual. Por otra parte, explicó que en estos días, en tres horarios fue distribuida la comunión a los pies de la imagen de La Consolata para toda la gente.

"Fue un hecho valorable y se observó a la gente pidiendo con mucha profundidad en este tiempo de dolor, de angustia, de quebrantos para muchos ante la pérdida de seres queridos, o por enfermedad; entonces se va conjugando esta vida espiritual con la vida cotidiana que está golpeando fuertemente como consecuencia de esta pandemia", subrayó el religioso.

Héctor Domingo Amaya. Redacción Puntal