El equipo aterrizó en el aeropuerto de Fráncfort y los protagonistas dieron sus primeras impresiones sobre lo ocurrido.
"Lleva un tiempo digerir todo. El equipo no ha mostrado lo que puede hacer normalmente y yo, como entrenador, soy el responsable. Tengo que preguntarme evidentemente por qué no hemos triunfado", declaró el entrenador Joachim Löw, sin desvelar si continuará en el cargo.
El presidente de su Federación (DFB), Reinhard Grindel, habló de la necesidad de "cambios profundos" y dio de plazo hasta la próxima semana para que Löw manifieste sus planes de futuro. "Nosotros, los jugadores, estamos en la primera línea" de este fracaso, afirmó el arquero Manuel Neuer. "Esto no tiene nada que ver con el entrenador", apuntó.
"Seguimos muy afectados", declaró por su parte el mánager general de Alemania, Oliver Bierhoff.
"¡Eliminados!", era el titular más repetido en la prensa alemana, que se debatía entre la desolación y la incredulidad, sin reconocer a la selección que hace apenas cuatro años fue campeona del Mundial en Brasil.
"¡Sin palabras!", titula Bild, con una fotografía del mediocampista Toni Kroos muy decepcionado. El diario popular más leído de Alemania opta por la ironía, ya que había publicado por el mismo titular hace cuatro años tras la victoria 7-1 sobre Brasil en semifinales del Mundial-2014, con una foto del mismo jugador, entonces eufórico.
En las páginas del diario se habla de la "Vergüenza de Kazán".
"La pesadilla se hizo realidad: el campeón del mundo de 2014 debe volver de Rusia después de apenas diez días. Reducido a cenizas y escombros" tras la derrota del miércoles por 2-0 ante Corea del Sur, que le condenó incluso al puesto de colista del Grupo F.
El excapitán de la selección Lothar Matthäus, campeón mundial en 1990, reprochó al equipo su "falta de unidad" y su "exceso de suficiencia".
Para la revista Kicker, Alemania sufrió "una derrota colectiva" porque "no hubo un equipo de verdad en Rusia".
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