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La discusión entre economistas por el desacople de precios

Lo planteó el Gobierno tras el supuesto acuerdo con la cadena del maíz por el cual dio marcha atrás con la medida. Después llegó la "teoría Vallejos" que dijo que es una "maldición" exportar alimentos.

¿Hay que avanzar en un desacople de precios para evitar que cuando suben las commodities esos valores se copien en el mercado interno y eleve el precio de los alimentos en Argentina, como plantean desde el oficialismo? ¿Por qué ese problema se daría en Argentina y no pasa en otros productores de granos como Brasil o Estados Unidos? ¿Por qué subieron los precios de los alimentos entonces cuando la soja y el maíz estaban hace un año por el suelo y en los años anteriores? ¿No están desacoplados ya los valores con los derechos de exportación y los diferentes tipo de cambio?

Sobre ese puñado de preguntas, y otras más, se abrió un nuevo debate en la Argentina que tiene como fondo al agro y que se disparó a partir del conflicto por el cierre de las exportaciones de maíz primero y el cupo después. Que en realidad se aplicó porque supuestamente faltaba cereal en el país pero luego fue el propio Ministerio de Agricultura el que reconoció que sobraba porque se reportó una existencia de casi 10 millones de toneladas al 31 de diciembre.

“Fue una medida erróneamente tomada y de hecho todos dijimos que era un argumento extraño el faltante de maíz. Veníamos de producción histórica de ese cereal, e incluso fueron dos campañas de cosechas récord”, explicó David Miazzo, economista jefe de la Fundación Fada.

“Sí se entendía la preocupación de algunos sectores consumidores de maíz por el precio, pero no por la disponibilidad de cantidades”, agregó Miazzo.

Pero el economista fue más allá y remarcó que “la medida afecta más allá del maíz porque genera temor sobre ese tipo de políticas tendientes a intervenir en mercados, a generar imprevisibilidad, tranfiriendo recursos dentro de las cadenas arbitrariamente. Ese error es el que está presente, más allá de que se retrocedió con la medida, pensando en el futuro y otros productos como trigo o carnes”, destacó.

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Luego recordó los efectos nocivos de esas medidas en el pasado reciente y además explicó que en los últimos informes de conformación de precios que elabora Fada, en un kilo de carne vacuna había un 4,7% de impacto del maíz. “Si se logra el efecto en un primer momento de baja de precio como se intentó con los ROE, que fue del 10% al principio, impactaría en el mostrador en un 0,5% menos en el kilo de carne por única vez”, dijo.

Finalmente destacó: “Desacoplar los precios de los granos no tiene mucho sentido porque tienen muy bajo impacto en los precios finales. El trigo en el pan es el 12%; si baja 10% el precio del trigo, en el pan va a significar alrededor del 1% en la panadería para el consumidor. Entonces eso es meter ruido, complicaciones, trabas y falta de previsibilidad para casi no tener efectos positivos”.

Con opinión en contrario se mostró el Centro de Economía Política Argentina (CEPA): "Hay que desacoplar los precios internacionales de los locales", dijo ayer a través de un informe.

“La suba de los precios de la carne y el maíz en el mercado internacional se tradujo en un incremento de los valores domésticos de los alimentos, que puso en evidencia la necesidad de desacoplar unos de otros para evitar que se genere un traslado inflacionario al mercado local”, sostuvo.

El reporte subrayó que “la carne vacuna manifestó una suba significativa en torno al 75% a lo largo del 2020” e indicó que “esto se explica, principalmente, por la tracción de la demanda de China, que hace tres años viene transformando el mercado, bajando el porcentaje de consumo interno de carne y aumentando la exportación”.

También puntualizó que “este hecho se combina con el aumento de uno de los insumos de la carne vacuna, el maíz, que tiene una incidencia menor en la producción bovina (8%), pero significativo en otras producciones como la porcina, la avícola y la láctea”.

En ese sentido, precisó que “en 2020 hubo una muy fuerte aceleración del precio de la tonelada de maíz, que pasó de US$ 122 promedio en junio a US$ 199 en diciembre último, es decir, un incremento de más del 63% en dólares”.