"Me siento responsable de no haber podido conseguir los tres puntos. De haber convertido el penal hubiéramos logrado una diferencia que nos hubiese dado tranquilidad para manejar lo que quedaba del partido", asimiló el astro a la salida del estadio del Spartak Moscú.
El futbolista de Barcelona aceptó que su error "fue un momento doloroso" y contó que decidió "en el momento" la manera de ejecutar el penal tapado por Hannes Halldorsson.
"Quise pegarle fuerte al palo y me salió a media altura. Ese penal hubiera cambiado el partido", lamentó Messi, antes de repasar otros aspectos del debut argentino.
"Creo que hicimos cosas buenas pero nos costó mucho en el segundo tiempo porque no le pudimos entrar. Islandia es un equipo que se cierra bien atrás y con un pelotazo te genera una situación de gol", explicó.
"Sabíamos que no nos iban a regalar nada. Nos faltó poder encontrar los espacios entre líneas. Tuvimos la pelota casi siempre, la manejamos con mucha tranquilidad, la hicimos circular de un lado al otro, lo intentamos, pero no alcanzó", dijo.
Messi pidió "no volverse locos" con este resultado inesperado, que le impidió al seleccionado comenzar con una victoria mundialista por primera vez desde Italia 1990 cuando cayó con Camerún (1-0).
"Ahora hay que mirar hacia adelante y pensar lo que viene. Queríamos empezar ganando para afrontar todo de otro manera, pero la idea es la misma: ganar los partidos que vienen", aclaró.
"Tenemos que estar tranquilos, descansar en estos días que tendremos por delante y pensar en Croacia, que será igual de difícil", concluyó.
Argentina afrontará su segundo partido del Grupo D el jueves próximo desde las 15 de Buenos Aires en la ciudad de Nizhny Novgorod, situada unos 400 kilómetros al este de Moscú.
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