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Por corromper a niños de 5 años, juzgarán a una maestra jardinera

La acusada cubría suplencias y habría aprovechado los días en que la directora se ausentaba del centro educativo para fotografiar y filmar a sus alumnos, a los que hacía quitarse la ropa. El juicio se hará en Río Cuarto.

Era la maestra suplente del jardín de infantes Domingo Faustino Sarmiento, de Viamonte. Sin embargo, los días lunes, miércoles y viernes, cuando la directora se ausentaba del jardín, la mujer delgada y de baja estatura fijaba sus propias reglas entre los niños de 5 y 6 años: los hacía desnudar y los alentaba a que bailaran o desfilaran sin ropas, mientras les tomaba fotografías o los filmaba con un teléfono celular.

La espeluznante acusación judicial contra la docente -cuyas iniciales son M.G.R.- señala que la rutina se repitió varias veces entre los meses de marzo y noviembre de 2018, hasta que la Justicia finalmente la descubrió y la detuvo.

Cuando el escándalo salió a la luz, puso en boca de todo el país a la localidad ubicada a 167 kilómetros de Río Cuarto. Hoy la docente quedó acusada de una larga lista de delitos que incluye abuso sexual agravado, exhibiciones obscenas agravadas y producción de imágenes de pornografía infantil en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada.

La causa ahora fue elevada a la Cámara Segunda del Crimen y podría ser juzgada en el curso de este año, en los Tribunales locales.

De qué se la acusa

Según la acusación de Daniel Vaudagna, que entonces era fiscal de instrucción de La Carlota, la maestra suplente registraba material pornográfico entre niños de 5 y 6 años que asistían al jardín de infantes, y lo hacía en el horario de dos a seis de la tarde, cuando la directora del establecimiento no se encontraba allí.

“La acusada conducía a sus alumnas de sexo femenino a la habitación donde funciona la dirección y al patio de dicho establecimiento educativo –dejando a los niños varones en el aula-, y previo hacerles sacar el guardapolvo, las zapatillas, el pantalón, y en algunas ocasiones la bombacha y desatarles el cabello, las hacía desfilar, algunas veces con zapatos con taco de diferentes colores que ella misma les proporcionaba”, describió el fiscal.

Agregó que, con la promesa de que les regalaría chocolates, las hacía colocarse juntas en poses de contenido sexual y otras veces las hacía bailar reggaetón, incitándolas a hacer movimientos pélvicos.

Para eso, les mostraba cómo debían moverse y luego les pedía a las niñas que la imitaran.

Mientras eso sucedía, recalcó la Fiscalía de instrucción de La Carlota, la docente les tomaba fotografías y filmaciones con dos teléfonos celulares.

¿Otro partícipe?

Los celulares fueron descriptos por la investigación como un Motorola que tenía la pantalla trizada, y otro aparato Motorola G5, color ocre, con un protector rojo que tenía la inscripción “23 JORDAN”.

Jordan sería el nombre de la persona a la que iban dirigidas las filmaciones y las imágenes que la mujer tomaba en el jardín de infantes. “M.G.R hacía mantener a las menores comunicaciones telefónicas mediante llamadas o mensajes de voz de WhatsApp con una persona de nombre Jordan, aun no identificada por la instrucción, al que presentaba como su novio, quien posiblemente vive en la ciudad de La Plata y trabaja como stripper, aseguró la fiscalía, aunque no logró dar con esa persona.

Las pruebas que obtuvo la Justicia indican que los alumnos varones también habrían sido víctimas de las prácticas delictivas de la mujer.

“Los hacía despojar de sus ropas y les hacía exhibir sus cuerpos desnudos mientras ella les tomaba fotografías y los filmaba con los teléfonos celulares”, describió el fiscal y concluyó: “Todos los actos sexuales referidos resultan idóneos para torcer el normal desarrollo de la sexualidad de la totalidad de los niños por ser prematuros y reiterados en el tiempo”.

Estos graves hechos se conocieron a fines de 2018. El 15 de noviembre de ese año, la Policía detuvo a la docente y allanó su domicilio en la localidad de Viamonte. Allí encontraron los telefónos celulares y una computadora que la incriminarían.

Por su parte, varios de los niños que concurrían al jardín de infantes pudieron dar sus testimonios bajo la modalidad de Cámara Gesell, es decir, frente a especialistas de la salud, mientras en otra dependencia sus dichos eran seguidos por los investigadores.