No es un dato menor que sea este evento amistoso la primera presentación de un combinado nacional a la salida del Mundial, que nos dejó muy vacíos de cuerpo y alma. Y mucho menos que Pablo César Aimar sea uno de los integrantes del cuerpo técnico.
Junto a Lionel Scaloni, Pablo compone una dupla técnica que, en horas en las cuales la AFA comenzará a delinear el futuro de sus selecciones, pretende mostrarse como el camino que debe seguirse, fundamentalmente en las categorías menores. Se trata de "arrimar" a aquellos buenos viejos tiempos de Pekerman-Tocalli al frente de los conjuntos juveniles de nuestro fútbol. Se arrancó el domingo con goleada cuatro a cero ante Venezuela y hoy a las 18.15 se enfrentará a la selección de Murcia.
Dos clasificados por grupo y semifinales y final entre lunes y miércoles próximo. Un torneo del cual Argentina fue campeón en el 2012, dirigido por Marcelo Trobbiani, derrotando en la final a España, dos a cero, con tantos de Alan Ruíz y Lucas Rodríguez, siendo Mauro Icardi el goleador del torneo. Benítez; Beloso, Magallán, Valle y Villalba; Cavallaro, Fernández, Kranevitter y Rodríguez; Alan Ruiz e Icardi fueron los protagonistas de la final. Además, ingresaron Fragapane, Vega y Andrada. Como se ve, un campeonato que permite pintar cartas a futuro, que se juega desde 1989 y que tiene cierto paralelo al de las Esperanzas de Toulon, aquel que sirvió en los setenta de primera plataforma a los combinados dirigidos por Menotti.
En el 2016 Argentina salió segundo al caer en la final ante España, tres a uno, marcando su gol a través de Lautaro Martínez, que fue elegido la figura del certamen. Hace dos años, al equipo lo dirigía Ariel Paolorossi y la delantera era Brian Mansilla, Lautaro Martínez y Guido Vadalá.
Hoy, el equipo muestra valores más que interesantes. Un poco por lo que se conocía de ellos en lo cotidiano y algo más por lo visto ante Venezuela.
Un arquero sobrio, Jerónimo Pourtau de Estudiantes de La Plata, que entró de última por la lesión de Durso -de Gimnasia- y una defensa de la cual es bandera el central de Boca Leonardo Balerdi. Si del Xeneize hablamos, la "experiencia" y el juego lo aportan Almendra y Maroni, con juego esporádico, pero importante, en la primera del equipo del Mellizo. Gonzalo Maroni, con un pie en Talleres.
Sorprendieron la altura y la capacidad ofensiva de Adolfo Gaich, delantero de San Lorenzo, de 1,90 de altura, un enorme ariete que, además, se nota sabe con la pelota. Y si se trata de "cuervos", entró en el segundo tiempo Matías Palacios, de apenas 16 años. Dicen, la debilidad de Pablo Aimar. Admirador de Juan Román Riquelme y de Andrés Iniesta (toda una declaración de principios que hasta lo define como futbolista), este organizador de juego nació el 10 de mayo de 2002 en General Pico, La Pampa, y ya jugó en la reserva del Ciclón.
Al primer gol lo marcó de penal Facundo Colidio, formado en Boca y vendido hace un tiempo al Inter de Milán en 8 millones de dólares sin llegar a la primera xeneize. Y uno de los tantos (el más bonito) lo hizo Francesco Lo Celso, jugador de Rosario Central y hermano de Giovanni.
Algunos datos y nombres de los chicos que pretenden jugar con la pelota por el piso y "a los pases", dirían los viejos cronistas.
No es fácil en el césped sintético de las canchas de Alcudia.
Y lo que no es sencillo es verlos por TV. La angurria del sistema de televisación de la Superliga se quedó también con este "pequeño" y lindo torneo y sólo se lo puede ver en el pack del Fútbol Premium a través de TNT Sports. Sin calificativos. Una lástima. La AFA es la que negocia y lo permite.
Y ahí está Aimar. Nuestro querido Pablo. Para seguir haciendo historia en el fútbol nacional, ahora como técnico. Cerquita de la ciudad en la que lo aman tanto.
Esta tarde ante Murcia, entonces, nueva cita de los pibes. Ojalá sea el comienzo de algo lindo, como fue aquel Toulon de 1975 en el que la base era con Ferrero, Van Tuyne, José Luis Pavoni, Passarella, Tarantini, Trobbiani, Gallego (Armando Quinteros), José Valencia, Salas (Jorge Forgués), Valdano y Rubén Giordano. El técnico era un César. Pablo lleva su segundo nombre por él. Digo nomás.
Osvaldo Alfredo Wehbe Comentá esta nota Noticias Relacionadas