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"Perón y los judíos": tras el velo de una relación plagada de mitos y verdades

El periodista y director Sergio Shlomo Slutzky cuenta de la película en la que se adentra en la relación que tuvieron Perón y Evita con la comunidad judía argentina y el Estado de Israel y que hoy se estrena por Cine.ar

El periodista y director Sergio Shlomo Slutzky se adentra en la relación que tuvieron Perón y Evita con la comunidad judía argentina y el Estado de Israel, en una investigación que va desde los judíos profundamente peronistas hasta opositores que lo tildaban de "dictador" y que es el punto de partida para un documental sanguíneo, pero con rigor histórico, que se podrá ver esta noche a las 22 por Cine.ar y a partir de mañana en Cine.ar Play.

"Está película comenzó con la palabra 'GORILA!' como un insulto a alguien por ser reaccionario, algo que ninguno de mis amigos puede lanzar contra mí, pero que osaron lanzar contra mi viejo fallecido en 1983, aduciendo que él, como tantos jóvenes judíos de los 40 y 50, eran 'gorilas'", dijo a Télam quien fuera corresponsal para Clarín en Medio Oriente durante años.

Del filme se desprende que tanto Perón como Evita hicieron lo imposible por ganarse a la comunidad, con hechos que van desde la elección de candidatos de la colectividad hasta el envío de frazadas, en nombre de la Fundación Evita, para los fríos inviernos israelíes.

Sin embargo, los judíos, en su mayoría, se oponían al peronismo; al comienzo fue por la inmigración nazi al país de muchos de los exfuncionarios del régimen hitleriano que recalaban en distintos países del mundo luego de la Segunda Guerra Mundial.

"Perón fue un líder popular que impuso derechos sociales que le estaban negados hasta entonces a los trabajadores, a las mujeres, a los más carenciados. Pero para los judíos, Perón aparecía también como quien llegó mediante el Golpe Militar del GOU y como ministro de un gobierno que no rompió con el eje nazi, que en esos días asesinaba a las familias de los argentinos judíos que habían quedado en Europa", agregó.

Está película comenzó con la palabra 'GORILA!' como un insulto a alguien por ser reaccionario, algo que ninguno de mis amigos puede lanzar contra mí, pero que osaron lanzar contra mi viejo fallecido en 1983, aduciendo que él, como tantos jóvenes judíos de los 40 y 50, eran 'gorilas' Está película comenzó con la palabra 'GORILA!' como un insulto a alguien por ser reaccionario, algo que ninguno de mis amigos puede lanzar contra mí, pero que osaron lanzar contra mi viejo fallecido en 1983, aduciendo que él, como tantos jóvenes judíos de los 40 y 50, eran 'gorilas'

La familia del exembajador en Israel Pablo Mangel es una síntesis de lo que sucedía con Perón. Mientras el padre y dos de sus hijos eran peronistas furibundos, el hermano de ellos, Alberto (el exdirector de la Biblioteca Nacional) se oponía tajantemente.

Así, se puede ver a lo largo del filme a reconocidos intelectuales que se paran de un lado y del otro de la vereda, mostrando sus razones para apoyar o criticar al peronismo, según sean sus escalas de valores.

"Pero para implementar nuestros ideales, hay que tener una medida de pragmatismo. Una medida no es un parámetro exacto y hay quienes exageran para un lado o para el otro, a veces haciendo pasos pragmáticos que finalmente les hacen olvidar el origen idealista que en algún momento los motivara", señaló Slutzky.

Así, el exembajador Mangel utilizaba su cercanía a Perón para conseguir acuerdos que favorecían a Israel, mientras el mandatario argentino impulsaba la Organización Israelita Argentina (OIA), una organización de "acomodaticios", según sus detractores, que se oponía a la DAIA, opositora al Casa Rosada.

"'Perón y los judíos' es una película de investigación, pero fundamentalmente de pasión", sostuvo el realizador no solo en referencia a esa necesidad de sacarle el mote a su padre de "gorila", sino, también, a las fervorosas defensas y ataques que rodean a la figura de Perón.

Estreno CINEAR: "Perón y los judíos" jueves 22 hs.

-¿Cómo fue la investigación en este tema, tan visceral?

-La película me permitió llegar a investigadores de primera línea como el historiador Raanan Rein que demostraron en cartas y documentos que Perón y Evita hicieron grandes esfuerzos por acercarse a los judíos y a Israel, aunque estas pruebas hayan sido ocultadas con la caída y exilio de Perón en 1955. Entrevisté a testigos de la época en Argentina e Israel, traté de llegar a datos, pero no menos que eso a las sensaciones que invadían a mis personajes.

-¿A qué conclusión llegaste?

-A la de que no podemos basarnos en sensaciones sin tener en cuenta los hechos. Pero tampoco podemos considerar que los hechos en sí, los datos y los documentos que profesores como Raanan Rein descubren en los archivos, que esos objetos son más reales que las sensaciones, los miedos, las esperanzas y los desaires que eran el contexto de esos mismos hechos. Los investigadores como el Profesor Raanan Rein pueden demostrar que Perón fue pragmático y no actuó diferente de otros gobernantes de la época, pero los judíos veían entrar al país a nazis, además de la promoción de la inmigración de cientos de miles de italianos y españoles, mientras que la judía era a cuentagotas.

-¿El trato de Perón a la comunidad judía argentina difería del que tenía con otras comunidades de la sociedad?

-Creo que una política de Estado de Perón fue la de aceptar y hasta promover las identidades particulares de diferentes comunidades de inmigrantes, la relación especial con su país de origen, sus tradiciones y costumbres, posibilitando una argentinidad pluralista, en la que Perón podía afirmar que un buen judío argentino debía apoyar a Israel, como un inmigrante italiano puede tener una relación especial con su Madre Patria. En esta política de Estado pluralista no estaba ausente tampoco en su consideración, que las buenas relaciones con los judíos argentinos y con el Estado de Israel abrirían las puertas a Estados Unidos, cuyas llaves, imaginaba Perón, estaban en manos de los judíos norteamericanos.