Y fundamentalmente eran grandes atletas en cada deporte de los Juegos Olímpicos, siempre muy arriba en el medallero.
El fútbol de la URSS, cuya camiseta tenía las letras en su idioma CCCP (“Curru cu cú paloma”, decíamos irreverentes, que significaba la sigla) con Lev Yashín, la Araña Negra como estandarte y los mundiales.
Ahora que estamos a las puertas del Mundial de Rusia, sola, sin los demás soviéticos, uno recuerda con gran vivencia la actuación soviética en el Mundial de Inglaterra 66 y en la Eurocopa 88.
Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, Kazán, Nizhni, Samara, Volgogrado, Sochi, Saransk, Rostov y Ekaterimburgo serán en Rusia las ciudades que cobijarán la Copa y que por un mes y algo se nos harán nombres familiares, aunque hasta hoy varios de ellos nos son extraños.
La Unión Soviética jugó como tal, los mundiales desde el de 1958. En el del 30 no participó y en los demás, hasta llegar a Suecia, no logró pasar la etapa clasificatoria.
Fue en Inglaterra 1966 cuando llegó a semifinales y fue por lejos la mejor actuación en su historia. Integró y ganó el Grupo 4, en el que participaban Corea del Norte, Italia y Chile.
Debutó en Middlesbrough derrotando a los coreanos tres a cero, luego venció en Sunderland a Italia, uno a cero, y cerró con perfección el grupo batiendo a Chile, dos a uno, también en Sunderland.
El golpe del grupo lo había dado Corea sacando a Italia, por lo que los asiáticos y los soviéticos pasaron a cuartos de final.
En Sunderland, ya ciudad fetiche para los “rojos”, la Unión Soviética venció a un duro equipo húngaro, dos a uno, y pasó a semifinales.
Mundiales más cortos y para mi gusto mejores, atractivos y sin tanta extensión en el tiempo. Claro, la TV no había entrado en escena.
El 25 de julio de 1966 los soviéticos cayeron en Liverpool ante Alemania Occidental en una de las semifinales, dos a uno. Haller y un tal Beckenbauer le hicieron los goles al mítico Yashín, y descontó sobre el final Porkuyan. Inglaterra le ganaría al otro día en Wembley al Portugal de Eusebio por el mismo marcador.
Por el tercer puesto, con goles de Eusebio de penal y Torres a falta de un minuto, Portugal venció a los “rusos” en Wembley, con el empate transitorio de Malofeyev. El técnico soviético en su mejor mundial era Nikolai Morozov.
La Unión Soviética empezó a ser Rusia solita en el Mundial del 94 en EE.UU. y quedó también como buen recuerdo aquel encuentro de octavos de final de 1986 en México. El 15 de julio en León, Bélgica le ganó un memorable partido a la Unión Soviética, cuatro a tres, con al menos un par de goles mal anulados a los soviéticos. El arbitraje del sueco Fredriksson no fue muy bueno que digamos, y menos sus jueces de línea, el español Sánchez y el estadounidense Socha. Los 90 terminaron dos a dos, con tantos de Igor Belanov dos veces y Scifo y Ceulemans para los belgas.
En el tiempo suplementario sentenciaron Demol y Claesen, y descontó el propio Belanov. Partidazo; pero los soviéticos, perjudicados. Lo fueron también en Italia 90 en el partido ante Argentina (aquella mano de Maradona).
En la Eurocopa los soviéticos tienen el honor de haber ganado la primera. En Francia 1960 derrotaron en la final a Yugoslavia (dos países que como tales ya no existen). Fue dos a uno con tantos de Galíc para los yugoslavos, empate de Metreveli y gol en el alargue de Ivanov, en el Parque de los Príncipes de París.
Fue luego subcampeón de Europa en España 64, cayó ante el local en el Bernabeu y también salió segundo en Bélgica, perdió en Bruselas, en la final, frente a Alemania Federal tres a cero.
Y la nombrada Euro del 88, cuando no pudieron en la final ante Holanda con los goles de Gullit y el bombazo de Van Basten, en Múnich.
Ya como Rusia, nada importante. El aporte, fundamentalmente de jugadores ucranianos, los debilitó mucho. Sólo aquella llegada a las semifinales de la Euro 2008, cuando como Rusia perdió tres a cero ante el que sería campeón: España.
Así es la historia de los “rusos” de antes y los rusos de ahora en el fútbol, en el que han tenido actuaciones destacadas mucho más como soviéticos.
Deportistas de élite por lo general, serán anfitriones el mes que viene de la Copa del Mundo, sin mucha más aspiración que pasar la primera ronda, en la que tendrá como rivales a Uruguay, Arabia Saudita y Egipto, abriendo la competencia el 14 de junio en Moscú ante los árabes.
Cuando jugaban los soviéticos les decíamos rusos, erróneamente. Ahora sí, son los rusos, solitos. Y no tan poderosos.
Osvaldo Alfredo Wehbe Comentá esta nota Noticias Relacionadas