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Dolor por la muerte del padre Coqui

Jorge Domingo Vaudagna cursó sus estudios en el Instituto La Consolata de Sampacho, su pueblo natal.

La noticia de la muerte del padre Jorge “Coqui” Vaudagna impactó con mucha fuerza en la ciudad de Vicuña Mackenna, pero también en su Sampacho natal y en toda la diócesis de Río Cuarto.

Jorge Domingo Vaudagna, próximo a cumplir 60 años, cursó sus estudios en el Instituto La Consolata de Sampacho, su pueblo natal. En esa escuela, que pertenecía a la congregación de Hermanas del Bueno y Perpetuo Socorro, se destacó como uno de los alumnos más sobresalientes en el plano de la gimnasia.

Además, fue un destacado jugador de fútbol y llegó a jugar algunos encuentros en la Liga Regional de Río Cuarto.

Luego siendo sacerdote de Sampacho Horacio Rafael Arias, ingresó en el Seminario Jesús Buen Pastor hasta su ordenación como sacerdote.

El padre Coqui hacía 12 años era el cura párroco de la parroquia San José de Vicuña Mackenna. En consecuencia pastoralmente atendía las comunidades de Tosquita, Washington, Soler y Paunero, esta última capilla muy alejada de Vicuña Mackenna, más la labor pastoral cumplida en Colonia Pueyrredón, Colonia La Argentina y Colonia La Carmencita, como así también los centros de oración de la propia ciudad de Vicuña Mackenna.

Su labor pastoral en Vicuña Mackenna fue de relevancia y uno de los mayores logros obtenidos fue la creación del Instituto Parroquial Sagrada Familia, que funciona actualmente ya en su propio edificio.

La muerte lo sorprendió minutos de haber celebrado la santa misa, que posteriormente se difunde en las redes sociales.

El padre Vaudagna era miembro de una reconocida familia de Sampacho.

El obispo de la Diócesis de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona, se mostró anoche muy conmocionado por la trágica muerte del cura.

Se trata del primer cura que es asesinado en el marco de la Diócesis de Río Cuarto.

Uriona destacó la tarea evangelizadora y su capacidad de trabajo en bien de la comunidad de Vicuña Mackenna.

“Una pérdida enorme, un golpe muy duro en el corazón”, señaló el obispo local.

“Recemos por su eterno descanso”, indicó Uriona.