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El abrazo del oso y el año antes de tiempo

En la negociación por el Presupuesto, Schiaretti se garantizó los fondos para su plan de obras. Pero la disputa electoral podría arrancar en Río Cuarto el miércoles, con la llegada de Macri

Una vez más, como ocurrió con la reforma previsional, el peronismo de Córdoba aportó sus votos para que Mauricio Macri pueda concretar su plan de ajuste. Los cuatro diputados encolumnados con el gobernador Juan Schiaretti -Martín Llaryora, Alejandra Vigo, Paulo Cassinerio y Juan Brugge- mostraron un disciplinamiento sin fisuras y contribuyeron a redondear una victoria para Cambiemos que terminó siendo cómoda.  

Ahora, Macri está a un paso de tener el Presupuesto prometido al FMI, que contempla un recorte brutal de 475.000 millones de pesos y persigue la meta de alcanzar el déficit cero.

Por lo bajo, ahora que la primera votación ya pasó, los dirigentes del PJ cordobés aseguran que no están para nada de acuerdo con el ajuste ni sus crueldades y menos aún con los criterios del proyecto oficial.

¿Por qué el apoyo entonces? ¿Por qué no sólo lo votaron sino que además facilitaron su salida de comisión? ¿Cómo se entiende esa dualidad? La explicación de Unión por Córdoba se asienta en el pragmatismo más absoluto, en la especulación política condicionada por el calendario electoral. “Hemos asegurado nuestra gobernabilidad”, indicó un funcionario del oficialismo provincial.

El gobierno cordobés negoció un salvataje propio y se garantizó los fondos que necesita para transitar los próximos meses, cargados de incertidumbre económica y con la perspectiva del ajuste,  con una relativa tranquilidad.

En la transacción, Schiaretti consiguió avales para salir a tomar créditos en dólares, pero también fondos para viviendas, planes sociales y salud. Paralelamente se alzó con el compromiso de que la Nación cubrirá gran parte del déficit del sistema previsional, lo que redundaría en que los jubilados cordobeses cobren en tiempo y forma y no lleguen malhumorados a la fecha de la elección.

Otro aspecto relevante son los subsidios al transporte: de los 5.000 millones de pesos que el macrismo incorporó en el denominado fondo compensador, en el Panal especulan con una cifra para Córdoba de entre 1.200 y 1.600 millones. 

Cada peso, cada punto negociado con la Nación contiene un alto componente político: ya sea para obtener un rédito o para evitar un costo. La Provincia publicitará en los próximos meses que por su gestión ante el macrismo y su decisión de sumar partidas propias, el transporte, un costo clave para las familias, no subirá la enormidad que hubiera aumentado si se concretaba la advertencia de limpiar de subsidios el sistema y dejar que el boleto llegara hasta donde debiera llegar.

La actitud de los gobernadores peronistas, que negociaron cada uno por su lado, y se abalanzaron sobre el Presupuesto para llevarse a sus rincones una porción con la que alimentarse, reflejó la debilidad legislativa del gobierno de Macri pero, a la vez, expuso la atomización del justicialismo, desperdigado y sin ningún objetivo común. “En realidad, lo que pasó con el Presupuesto no empeoró la situación. Ni sumó ni restó. La división ya estaba. A los kirchneristas les es fácil hablar porque no gobiernan; nosotros tenemos responsabilidad territorial”, graficó un dirigente provincial.

En realidad, para el peronismo cordobés el poder nacional  es una cuestión de segundo orden. Su prioridad absoluta es conservar la gobernación y extender la hegemonía a casi un cuarto de siglo.

En el mar de especulaciones que rige a la política, la fecha de las elecciones en Córdoba desvela a oficialistas y opositores. Se había rumoreado que para no dejar que el rival se acomodara, Schiaretti tenía pensado reformar la ley y apurar una convocatoria para abril o mayo. En las últimas horas, esa opción fue desdibujándose. Así como la Provincia se garantizó fondos nacionales para financiar su plan de obras, desde el Panal señalan que no sólo necesitan recursos sino también tiempo. Recién a fines de abril el gobernador podría mostrar la finalización de los gasoductos, que alcanzarán a más de 200 pueblos y ciudades, y la Circunvalación de Córdoba. 

Ese piso, marcado más por el ritmo de obra que por la ley, condiciona al gobernador. Recién a partir de mayo, con las inauguraciones ya concretadas, cree que podría arrancar su campaña. En el PJ dicen que la actual ley electoral habilita a que las elecciones se hagan el 16 de junio, una fecha que les resulta tentadora. “No vamos a modificar la ley para ganar 15 días. No tiene sentido”, indicaron en el oficialismo.

La cercanía de Schiaretti con Macri siempre disparó la sospecha de un pacto entre los dos. Los términos de ese entendimiento implicarían que el gobernador aportaría legisladores y gobernabilidad y que el Presidente le allanaría el camino para la reelección.

A nivel nacional, la funcionalidad de Schiaretti pasa además por la construcción de un armado político que integraría en una alianza a actores del peronismo con el socialismo y un sector de la UCR pero que, obviamente, dejaría afuera al kirchnerismo.

Sin embargo, Unión por Córdoba no se confía en que Macri vaya a ceder alegremente un distrito que siente como propio. Primero, porque sería una señal de debilidad y decadencia política; segundo, porque implicaría un descrédito publicitario a semanas de las Paso.

“Macri va a venir a ganarnos y no nos podemos dormir”, graficaron en el Panal.

Río Cuarto podría convertirse en los próximos días en el enclave donde cada uno comenzará a desplegar su estrategia. La fallida visita que el Presidente iba a realizar el miércoles pasado se concretaría finalmente siete días después. Macri aterrizaría en la ciudad el miércoles por la noche, dormiría aquí y el jueves tendría una serie de actividades más de campaña que de gestión. Volvería a inaugurar la ampliación de la escuela Alsina y estaría en el encuentro Argentina Exporta.

Pero Schiaretti pretende no darle ventaja. Buscará ganarle el territorio un día antes: el miércoles desembarcará con el gabinete, inaugurará la Central de Monitoreo de la vía pública, entregará créditos y hasta podría hacer un anuncio de alto impacto.

Cerca del gobernador creen que Macri vendrá, sólo 45 días después de su última visita, con la estrategia del “abrazo del oso” para reafirmar a Córdoba como un capital propio.

El 2019 podría empezar, un par de meses antes, en Río Cuarto.

Marcos Jure.  Redacción Puntal.

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