“La gran crisis que vive Argentina es creer que sólo es económica”

El doctor Carlos Daniel Lasa inicia mañana el primero de tres cursos gratuitos en la flamante Biblioteca “Alberto Caturelli”. El seminario se enfocará en el valor del pensamiento y la dimensión ético-política de la Argentina

No podría haber un mejor bautismo para una biblioteca pública de Filosofía que un curso gratuito en la materia. En este caso, se trata de tres encuentros abiertos a cargo del doctor Carlos Daniel Lasa. Y si este comienzo es ideal, no sólo se debe a los temas que abordará sino porque su disertante, además de alumno dilecto, fue amigo personal de Alberto Caturelli. Y por si esto fuera poco, la gestión de Carlos Daniel Lasa fue imprescindible para que los 20 mil libros del filósofo cordobés desembarcaran en Villa María.

“Considero que la biblioteca debe convertirse en un foco cultural para la ciudad y la región -comenta- Y por eso creo que este curso es una buena forma de iniciar las actividades”.

Sin embargo, los tres encuentros no serán los únicos programados. También habrá una conferencia sobre la actualidad de Corea del Norte y la presentación de sendos libros sobre educación y filosofía de las neurociencias. Algo así como la parte de “extensión” que plantea la Secretaría Educativa Argentina (SEA) que preside Soledad Barbero y que es la depositaria de la Biblioteca. 

Sin embargo y más allá del curso, la primera pregunta que le hago a Lasa tiene que ver con los libros.

-¿Qué me podría decir de estos veinte mil volúmenes?

-Que son libros fundamentales de la cultura occidental, y constituyen una extensión de nuestra memoria. Como decía Platón en el Gorgias, la memoria es como un tapón que permite que el alma se asemeje a un recipiente y contenga la tradición y el conocimiento. Y en este sentido estos encuentros al igual que las otras actividades programadas, tienen como finalidad cultivar esa memoria. 

Tres encuentros para pensar

-¿Cuál es la importancia del  curso?


-Considero que difundir la filosofía equivale a ayudar a los semejantes a activar el acto de pensar en sus vidas. Y utilizo el verbo activar para dar cuenta de que el filosofar es un acto, el acto de estar preguntándose permanentemente por las cosas. Algo que sólo podrá ser saciado cuando nuestra inteligencia encuentre, en plenitud, al objeto de su búsqueda. 

-¿Y cómo definiría ese acto?

-La actividad de pensar es vida del espíritu. Y en este sentido, si toda vida supone movimiento, el pensar es un acto vitalísimo. Hay hombres que desean activar en su existencia la vida propiamente humana, es decir la vida de la inteligencia y de la voluntad. Pero sin el deseo no puede existir la vida académica ni la vida filosófica. 

-La actividad filosófica en la ciudad es casi nula ¿A qué se debe?

-Son muchas los obstáculos que impiden el ejercicio de una vida filosófica plena. Pero el principal, a mi juicio, es el predominio de un tipo antropológico que sólo reconoce como real lo que puede agarrar con sus manos. Esta “barbarie espiritual” impide advertir la importancia fundamental de un acto que no produce nada pero que permite ver el sentido de todo. Eso me permite ser hombre en plenitud y no un pobre fenicio que sólo entiende de negocios. 

Sobre la barbarie instalada

-¿Qué cosas puede aportar la filosofía y estos encuentros a la hora de pensar el país?

-La gran crisis que vive Argentina es creer que sólo es económica. Si así fuese, la universidad tendría que admitir su total fracaso, ya que por el ministerio han desfilado cientos de economistas recibidos en sus claustros y sin resultado alguno. La carencia de la inteligencia para ver que la causa no es económica sino cultural, no nos permite salir de una crisis que se repite de modo recurrente. 

-¿Se refiere a la cultura masiva?

-Me refiero a que la crisis está directamente vinculada con la constitución de un tipo antropológico ajeno a toda norma objetiva en el país. Y volvemos a lo que ya dijimos: cuando una sociedad cree que el único conocimiento que vale es el que le permite agarrar algo con las manos, entonces la barbarie se instala. Y en lugar de lo humano del hombre, surge lo más bajo y primitivo.

-¿Y eso está pasando en nuestro país?

-Sí, porque los argentinos no queremos convencernos de que los grandes hombres tanto como los grandes pueblos, deben edificar su ser sobre la virtud. El alma de un pueblo que no esté fundada en la verdad y el bien, dará lugar a una acción desprendida de todo valor que terminará en la negación de todo, incluida el de la misma persona humana.

Un seminario para pensar el país y al hombre

El curso de filosofía comenzará mañana 19 a las 19.30, continuará el martes 26 y finalizará el viernes 29 a la misma hora. Los interesados pueden inscribirse en la sede de la Universidad Católica de Salta, en José Ingenieros 235 en horario comercial. Para consultas, se puede llamar al (0353) 4520647. 

Respecto a los tres módulos del curso, Lasa comenta que “serán tres cuestiones fundamentales. La primera, sobre el principio de unidad de la diversidad; la segunda quién es ese “ser” (el hombre) que se interroga por esa cuestión anterior; y la tercera se preguntará qué es lo mejor para ese hombre, tanto a nivel individual como en la vida que lleva junto a sus semejantes”



Iván Wielikosielek. Redacción Puntal Villa María

 

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