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Luego de la discusión, ya nada será igual

El debate sobre la legalización del aborto no sólo dejó el tema definitivamente instalado en la agenda pública, sino que además dejó fisuras tanto en el oficialismo como en el peronismo, que en el Senado se ve dividido además por el pedido de allanamiento a la expresidenta Cristina Kirchner.

En la Cámara de Diputados, a casi dos meses de la aprobación del proyecto, la relación entre los 108 legisladores que integran la bancada de Cambiemos sigue sentida por ese debate y algunas fuentes de ese bloque consultadas por NA llegaron a afirmar que están, directamente, "rotas".

La imposibilidad de una reconciliación interna puede haberse visto alimentada por el hecho de que las diputadas de ese bloque que respaldan la legalización del aborto, como Karina Banfi, Silvia Lospennato y Brenda Austin, no se quedaron quietas tras el avance en la Cámara baja sino que, por el contrario, trasladaron su ímpetu al Senado.

Allí, donde el proyecto fue rechazado, la situación de Cambiemos no es distinta: la reunión de bloque previa al debate fue tan tensa y cargada de reproches cruzados que la senadora Gladys González, una de las pocas oficialistas que respaldaron el proyecto, fue vista llorando en un pasillo tras su finalización.Hay además malestar con la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, porque su activa oposición al proyecto se tradujo en algunas disposiciones internas alejadas de la imparcialidad, como la libre circulación que se les dio a los cabilderos de grupos autodenominados "provida", a quienes se los veía entrando y saliendo de la Cámara Alta incluso por las noches.

A ello se le suma el rígido control del tiempo durante la sesión a los pocos oficialistas "verdes", lo que le fue reprochado por el jefe del interbloque oficialista, Luis Naidenoff, que terminó siendo calificado por la vicepresidenta de la misma forma que Cristina Kirchner calificaba a Oscar Parrilli, a la vista de todos. 

Tensiones por todos lados

Las tensiones por el tema del aborto también afectaron al Bloque Justicialista, al punto de que la ya tensa relación entre el presidente de esa bancada, Miguel Pichetto, defensor de la legalización, y su vice, José Mayans, detractor del proyecto, se tensó aún más. 

Durante la sesión, Pichetto se enojó con Mayans porque lo interrumpió con una chicana en momentos en que se despachaba con sus ya clásicas críticas a la Iglesia Católica, cuya doctrina es tomada por Mayans como parte de la doctrina peronista.

Las diferencias entre estos dos históricos del Senado también se manifiestan, según fuentes parlamentarias, en la discusión en torno a la autorización del Senado para allanar los domicilios de Cristina Kirchner, tema que se definirá el próximo miércoles y que también divide aguas en la bancada que encabeza Pichetto.

El rionegrino y algunos otros peronistas están de acuerdo en darle el aval al juez Claudio Bonadio, pero según supo NA hay varios, además de Mayans, que puertas adentro expresan críticas a esa medida, como los entrerrianos Pedro Guastavino y Sigrid Kunath.

La eventual autorización para los allanamientos tampoco tiene un apoyo unánime entre los peronistas de La Pampa (Daniel Lovera y Norma Durango) y Catamarca (Dalmacio Mera e Inés Blas), cuyos planteos también deben ser atendidos por Pichetto, que se ve así en una posición incómoda.

Interrogantes

¿Bajará todo el bloque al recinto el día que haya que decidir si se autorizan los allanamientos o sólo algunos? ¿Acompañarán todos o votarán divididos? Son interrogantes que por ahora nadie puede responder en el Bloque Justicialista, donde ven además un condimento extra para esa sesión: la presión mediática.

Es que la decisión de la Cámara Alta se expresará en una sesión pública que tendrá lugar sólo 48 horas después de que la senadora del Frente para la Victoria vaya a declarar ante el juez Bonadio y en el bloque estiman que ese contexto aumentará la expectativa en torno al resultado de la votación.

 Toda esa estela de relaciones quebradas y peleas en público llevan a la afirmación de que nada será igual en el Congreso luego del debate sobre el aborto, sobre Cristina Kirchner, y esto pone una cuota más de incertidumbre frente a las discusiones que vienen.

Temas como el presupuesto 2019, el nuevo Código Penal o el eventual nombramiento de Inés Weinberg de Roca como procuradora general, requieren de una unidad de criterio en cada bloque que hoy no existe.

Pablo Sieira.

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