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El cambio del precio del bioetanol pone en jaque a empresas del sector

En marzo el gobierno nacional dio de baja la fórmula para calcular el valor del producto. Según las industrias, el precio que fija unilateralmente la Nación compromete seriamente la rentabilidad

Aunque es una industria joven, que no llega a los 10 años de existencia, el sector del bioetanol siempre estuvo marcado por cambios que impactaron en la planificación de las empresas. Durante el anterior gobierno nacional se modificaron sucesivamente las disposiciones en torno a la fórmula utilizada para fijar el precio del producto, situación que se repitió con la actual administración. Luego de configurar un nuevo procedimiento en mayo del año pasado para establecer el valor del bioetanol -conformado por cinco componentes- en los primeros meses de 2019 se decidió eliminarlo sin presentar una alternativa para el cálculo. En consiguiente, la definición sobre el precio queda en manos solamente de la Subsecretaría de Hidrocarburos y Combustibles.  

Según indicó Santiago Acquaroli, gerente de ACA Bio, está comprometida la rentabilidad de todas las industrias del complejo que, en el caso de planta ubicada en Villa María, podría afectar las obras de ampliación que se están desarrollando (ver nota en página 13).  

El directivo destacó que el precio actual del biocombustible favorece a las compañías petroleras que lo utilizan para el corte con las naftas.

“Nos han cambiado las reglas de juego varias veces; siempre fue para peor, aunque teníamos  un marco de referencia para debatir. A partir de marzo de este año se dio de baja una fórmula y no se sustituyó por ninguna otra, con lo cual ya no sabemos qué rigen los aumentos de precios del etanol. Cómo no hay una fórmula es muy difícil discutir. En la actualidad estamos con un precio muy bajo, incluso de la paridad de importación de Brasil, que tiene una industria desarrollada desde hace más de 50 años. El litro en el puerto de San Pablo hoy sale mucho más caro que el que pagan las petroleras. El precio actual del etanol está a $ 22,50; compárelo con la nafta”, comenzó diciendo Acquaroli. 

Siguiendo con la explicación, afirmó: “Es muy simple demostrar. Las petroleras que toman etanol para cortar con la nafta están ganando por ese litro más que los productores. Frente a esa realidad no hay mucho más para decir. La rentabilidad del sector está muy comprometida. Estamos hablando con las autoridades para saber si esto es una cuestión de coyuntura o se trata de la nueva política de combustibles que tiene este gobierno”.

Precisó que la rentabilidad de la empresa se encuentra al límite “con todo lo que se hace en la planta, es decir, recuperación de dióxido de carbono, autogeneración de energía, recuperación de aceite y siendo muy eficientes en la combinación burlanda (subproducto húmedo del proceso industrial utilizado para nutrición animal) y DDGS (subproducto seco) para ahorrar gas”. 

Como se trata de un sector que siempre tuvo precios regulados, las empresas mantuvieron desde sus inicios relaciones muy estrechas con las áreas gubernamentales. Pero en la actualidad, aunque tuvieron varias reuniones, no lograron avanzar en una definición del tema. 

“Este es un sector dialoguista. La Cámara de Bioetanol de Maíz está compuesta por 5 empresas; se trata de una cámara joven y abierta. Hemos tenido reuniones con las máximas autoridades de la Secretaría de Energía, prometieron resolver el problema con una nueva fórmula, pero desde marzo hasta julio no hubo novedades y estamos con un valor que le quita rentabilidad al sector. Debemos recordar que se invirtieron más de 500 millones de dólares entre las 5 plantas”. 

Agregó que los anteriores responsables del área, Juan José Aranguren y Javier Iguacel, “sostenían que iban a fomentar el aumento del corte, lo que nos motivó también a analizar la ampliación de la planta industrial. Ahora vemos que la fórmula de precios acordada hace poco tiempo no se respeta y a su vez a nosotros no quitan volumen, con lo que el combo se torna muy complicado”, disparó.

En ese sentido, sostuvo que la reducción del cupo de participación para la firma representa una merma de procesamiento de unas 75 mil toneladas de maíz en el año.

Burlanda

El directivo expresó que los problemas que se plantean en torno a la producción de bioetanol no se trasladan a los subproductos del proceso.  

“La burlanda sigue dándonos satisfacciones. La lechería se está recuperando; esperamos que se mantenga. Es un sector dinámico, que con buenos precios reacciona rápidamente. Llama la atención la velocidad que tiene para volver a creer e invertir. El feedlot, que es otra actividad que abastecemos, sigue muy bien. La pérdida de cupo representa unas 65 mil toneladas anuales de burlanda, que en realidad es menos producto que va a clientes que ya tenemos desarrollados y que la habían incorporado en sus dietas.  Por su precio estamos en un buen momento, por lo que sería realmente deseable contar con más producto; pero por supuesto el etanol es el que define el abastecimiento”.

También se le consultó al gerente de la empresa acerca de la exportación de DDGS, teniendo en cuenta que por sus características y durabilidad (se mantiene mucho tiempo que la burlanda) cuenta con demanda externa. 

“No estamos exportando. En primer lugar porque el mercado interno tracciona; y aunque  quisiéramos, competir con las retenciones de $ 3 por dólar nos saca de mercado. Podríamos exportar al sudeste asiático, pero el DDGS norteamericano no tiene esa retención, que no es baja, por lo tanto es más competitivo. Por suerte la lechería se está recuperando y podemos colocar todo el producto acá”.

Añadió: “Esa situación nos sigue quitando competitividad con respecto al resto del mundo. Es entendible la cuestión coyuntural, pero a largo plazo habrá que replantearse si queremos aumentar las exportaciones. Este tipo de retenciones, al menos en los productos de valor agregado, realmente complica mucho”.



Pablo Correa.  Redacción Puntal Villa María

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