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"¡A mi lado estacionan el acusado de un delito grave y su abogado!"

El juez Andruet dijo que hay "un trato distinto" con el imputado por el crimen de Nora. Se molestó porque cada mañana el traumatólogo deja su auto en la playa que Tribunales tiene destinada a los funcionarios y jueces. "No sé quién lo autorizó, yo no lo permitiría"

Todas las mañanas, desde el 14 de marzo, le sucede lo mismo: en el lugar donde habitualmente deja su auto para ir a trabajar al despacho de la Cámara Segunda del Crimen, el juez Emilio Andruet ve estacionada la camioneta Amarok plateada del traumatólogo Marcelo Macarrón.

Primero la imagen lo sorprendió. Con el paso de los días fue asimilando el disgusto. Pero, ayer, en plena ronda de prensa, no se contuvo cuando le preguntaron si el acusado por el caso Dalmasso tenía privilegios en la Justicia riocuartense.

-Yo no digo privilegios, pero indudablemente recibe un trato distinto. No sólo lo veo yo, ustedes también lo ven a diario, ¿o no?.

Andruet, un funcionario con 37 años en la Justicia y 12 como camarista en Río Cuarto, siente que tiene el derecho a decir en voz alta lo que piensa. Ayer, con su oficina rodeada de periodistas, no fue la excepción.

-Cada vez que dejo el auto en la cochera de Tribunales, a mi lado estaciona el suyo una persona a la que se le atribuye uno de los delitos más graves del Código Penal, y también está estacionado el auto de su abogado. No sé si es un privilegio, pero que es distinto, es distinto -exclamó el juez.

Desconoce quién autorizó el estacionamiento vip del acusado, pero Andruet aclaró que no les permitiría lo mismo a las personas a las que él juzga, sea cual fuere su clase social.

Como ejemplo, confió a los periodistas que en diez minutos debía juzgar a un hombre acusado de un delito contra la integridad sexual, que llega en libertad al juicio. “Obviamente, no lo autoricé a estacionar en la cochera destinada al tribunal y tampoco lo hice con el abogado, pese a que es un reconocido letrado de la ciudad”, remarcó.

Preocupado por el malhumor social en torno a un juicio que demoró 15 años en celebrarse, Andruet es consciente de que la reprobación no será selectiva. Las críticas por la errática marcha del proceso salpicarán a la Justicia riocuartense en su conjunto.

Por decir en voz alta eso, se granjeó algunas críticas. El fiscal Julio Rivero dijo que “al menos fueron imprudentes” las palabras de Andruet y le recriminó haber hablado en medio de un proceso. “Yo no lo hubiera hecho”, dijo.

Andruet aclaró que después de la polvareda que levantaron sus dichos al programa “Así son las cosas” se reunió con los tres jueces que llevan la causa Dalmasso y les pidió disculpas si su opinión les molestó. Y dijo que lo mismo hizo con el fiscal.

“Ahora, fíjense una cosa. Ayer leí que el fiscal hablaba del descreimiento de la gente sobre el juicio, ¡o sea que piensa lo mismo que yo! ¿Ven? Al final hemos coincidido en algo con el fiscal”, ironizó.

A la misma hora y sin testigos citados, en la sala de juzgamiento seguían con la extenuante lectura de la prueba documental. Al final del día llevaban leídos 32 cuerpos y restan aún 8 anexos.

Esta vez, ni la camioneta Amarok del acusado del crimen por encargo de su esposa, ni el vehículo de su defensor Marcelo Brito fueron vistos en la cochera oficial de Tribunales: ambos optaron por no estar presentes en la recta final del juicio, antes de que arribe la hora de los alegatos y el veredicto.

Alejandro Fara