Prefectura Naval Argentina sigue encabezando la búsqueda del cordobes Alejandro Buchieri (35), en la zona de Río Grande, Tierra del Fuego, mientras se desdibujan las esperanzas de encontrarlo con vida. Buchieri fue visto por última vez el miércoles 5 de este mes en Cabo Domingo, al norte de Río Grande, donde se aventuró al mar supuestamente para poner a prueba un bote inflable que había comprado. Para dar con su paradero, se han involucrado fuerzas de los tres niveles del Estado, pero hasta el momento, después de haber rastrillado más de 600 millas náuticas, los resultados fueron negativos. Por su parte, el padre del joven desaparecido manifestó sus dudas respecto de la suerte que pudo correr su hijo.
"Nosotros nos manejamos con manuales internacionales, estipulan un cierto límite de supervivencia de una persona que podría estar adentrada en el mar en condiciones óptimas. La realidad indica que ese tiempo de supervivencia ya estaría superado, pero nada quita que se pueda seguir buscando”, indicó el responsable de Prefectura Naval en la isla, Juan Carlos Debailleux, a la FM Fuego local.
"No hemos hallado ningún vestigio, no se puede dar una causa cierta de lo que puede haber pasado, pudieron haber pasado muchas cosas, no se puede hacer una predicción certera, un chaleco mal colocado se pierde en la inmensidad del mar, un gomón se desinfla y se puede hundir con el peso de un cuerpo", puntualizó el funcionario de Prefectura Naval.
Al hablar de la búsqueda aérea, detalló que "el área barrida ya llega a 600 millas naúticas".
La familia y un calvario de incertidumbre
En otro plano, se conoció ayer que, durante el allanamiento a la casa de Buchieri y su novia, se secuestraron 3 celulares y 3 notebooks para ser peritadas, al tiempo que se analizaron 8 videos de cámaras de videovigilancia en la calle, que muestran el recorrido de su automóvil desde la casa hasta Cabo Domingo, tal como relató la mujer.
A todo esto, Eduardo, el padre de Alejandro Buchieri, manifestó ayer sus dudas en torno a las circunstancias que rodean a la desaparición de su hijo, e hizo un pedido público de colaboración a los vecinos de Río Grande, al igual que a las autoridades judiciales que investigan el caso.
"Como papá, no estoy convencido de que haya cometido tal imprudencia de meterse a ese mar, si alguien conoce Río Grande. Tengo el derecho de que se abran todas las líneas de investigación, para que cuanto antes se lo encuentre, y para que la paz llegue a esta familia", manifestó ayer a Telediario.
"Debe haber alguna prueba, debe haber alguien que haya visto algo. No es tan fácil que una persona, en un bote tan precario, se meta en un mar así", agregó el hombre, en un tono evidentemente desesperado.
Finalmente, se refirió al calvario que le toca atravesar a su familia, a partir de la desaparición de su hijo. "Si alguien pierde un hijo, es desesperante. Pero si, además, no sabe dónde está ni qué le pasó, es algo que no tiene nombre".
Alejandro Buchieri (35) es un docente riocuartense radicado en Río Grande, donde vive con su pareja. Con ella, el miércoles 5 de enero, fue hasta Cabo Domingo para poner a prueba un bote inflable que pensaban usar durante sus vacaciones. No se lo volvió a ver.