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Un camionero cordobés unió a todo su pueblo en una movida solidaria

Es Eduardo Ceratti, quien desde hace 45 años traslada cargas al norte argentino. Sensibilizado por la realidad de los comunidades de esa zona, organizó un festival y juntaron un camión con acoplado con donaciones

Desde hace 45 años Eduardo Ceratti trabaja de camionero, y tiene cientos de miles de viajes realizados al norte argentino, recorriendo parajes donde los habitantes viven con lo justo, o menos.

Oriundo de Alejo Ledesma, este trabajador que hoy transita una difícil situación de salud peleando contra una enfermedad, decidió hacer realidad un sueño que desde chico tenía, cual era ayudar a estas comunidades postergadas. Y lo logró hace pocas horas, más precisamente el jueves llegó a Santiago del Estero con una de las cargas que pudo trasladar en su vida: un camión y un acoplado repleto de  alimentos y distintas donaciones que entregó a la Fundación Dignamente para que ésta se encargue de distribuirlas. Ese anhelo de Eduardo se hizo posible con la colaboración de la familia, vecinos y amigos que lo acompañaron y ayudaron a hacer una peña, donde la entrada era un alimento no perecedero.

La convocatoria fue el pasado 1° de diciembre y fue masiva. El Club “Los Andes” de Alejo Ledesma cedió las instalaciones, y el lugar se colmó de vecinos, que se llegaron a disfrutar con Eduardo de los espectáculos y entregaron alimentos y ropa. 

Ayer Eduardo se encontraba en Weisburd, un pequeño poblado cercano a Quimilí (Santiago del Estero). Pero en esta ocasión no trabajando, sino que él era el agasajado por la gente de la Fundación Dignamente y los pobladores, quienes le agradecían por su gesto.

Emocionado, Eduardo habló con Puntal y contó cómo surgió el festival solidario. “Desde muy chico acompañaba a mi papá, y veía de la necesidad de la gente. Acá viven con casi nada. Siempre me quedó en la cabeza la idea de algún día poder llegar con ayuda. Uno ve tantas necesidades acá en el norte, que se sensibiliza”, asume.

“Se me dio por hacer algo, y lo comenté en una junta en el bar con amigos, y todos se prendieron. Estoy casado y tengo hijos. Ellos estaban más entusiasmados que yo”, dice.

A partir de ese momento toda los habitantes de Alejo Ledesma le brindaron su apoyo. “Es un pueblo chiquito el mío, pero la verdad se portaron todos muy bien. Hicimos la fiesta el 1 de diciembre; arrancamos a las 6 de la tarde y estuvimos como hasta las dos de la mañana. Juntamos un camión y un acoplado lleno de donaciones”, cuenta orgulloso.

También hubo colaboraciones de firmas molineras de Alejo Ledesma y Arias que donaron harina, un producto esencial en la alimentación de estas comunidades. 

Eduardo viajó esta semana a Santiago del Estero acompañado por un sobrino. Debido a su problema de salud, dice que no se animó a viajar solo. Pero el amor y agradecimiento recibido calmaron cualquier dolencia o preocupación.

Destacado

Consultado sobre su sueño cumplido, destaca una y otra vez  el apoyo de toda la comunidad de Alejo Ledesma. “Esto solo no se puede hacer, se logró porque toda la gente se comprometió. Se siente mucha emoción. Estoy tan satisfecho”, reitera. Al tiempo que no descarta embarcarse en una nueva cruzada solidaria.

Casado y con tres hijos, dice que su familia lo apoya incondicionalmente. “Estuvieron más entusiasmados que yo. Y vamos a seguir”, sentencia.

Este trabajador del volante conoce cada rincón del norte argentino: Quimilí, Weisburd, Campo Gallo y Tintina, son algunos de los pueblos que recorre con su camión.

Desde la Fundación Dignamente, que es la depositaria de las donaciones, e institución dirigida por el riocuartense Heriberto Roccia y la sampachense Soledad Scheurer,  agradecieron y destacaron la colaboración recibida de Eduardo Ceratti y toda la comunidad de Alejo Ledesma.

Además de alimentos, llevaron ropa, colchones, y $70 mil en leche para la primera infancia. “Estamos muy emocionados y no queremos dejar de agradecerles a Eduardo y sus amigos con este gesto tan hermoso”, señalaron desde la Fundación.

Por su parte, Eduardo disfruta de haber cumplido su sueño. “Hoy ya me estoy retirando”, admite refiriéndose a su trabajo como camionero. Pero  su huella quedará por siempre con este gesto solidario  hacia comunidades postergadas.



Patricia Rossia.  Redacción Puntal

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