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"Soy parte de una camada única"

El volante central dijo: "No hay que aflojar nunca en el fútbol. No pensé en dejar, gané 6 títulos, pero aún tengo más sueños"

“A mi edad no se puede dar ventajas”, afirma Pablo Fernández.

Sostuvo que “entrené todos los días porque a los 37 años no podés dejar de hacerlo si querés seguir. Me siento entero y con ganas. No se me cruzó nunca dejar de jugar”.

Manifestó que “ganarle a Alumni era muy motivador para empezar un campeonato. Mauricio Morales lo declaró, y nosotros sabíamos que los dirigentes apuntaban a jugar el próximo torneo Federal, y para eso había que ganar el torneo. Nos avisaron tras ganar el clásico que pararíamos los entrenamientos y pasaron casi 9 meses”.

Sostuvo que “fue todo confuso. No estuve parado tanto tiempo nunca. Quiero volver a soñar”.

Una carrera llena de gloria

Pablo Fernández estimó que “en cada entrenamiento con los pibes les hablo. Me gusta formar al jugador, y charlar con el hombre que se está formando”.

En su caso jugó “los cuatro años de baby fútbol en San Antonio. Me llevó mi abuela, y me quedaba cerca. Iba con los botines Ocelote llenos de sueño”.

Acotó que “hice todas las inferiores de Alem. Vivía a 1 cuadra de la Vieja Leonera. Me subía a la tapia a ver a las grandes glorias, y después les alcanzaba pelotas”.

Apuntó que “obtener 6 títulos con esa camada bárbara que tuvo Alem fue lo máximo”.

Fernández recordó que “dejé de jugar en inferiores, porque perdí a mi hermano. A mis 15 años, él se enfermó, y lo perdimos. Dejé 3 años, y Luciano Pereyra me invitó a jugar en Central Argentino”.

Destacó que “Carlos Bonaveri me hizo debutar en primera, y Raúl González también me dirigió. Jugué con Enrique Páez, que me aconsejó muy bien, con Marcelo y Rodrigo Santoni. Fueron 2 años muy lindos”.

Enfatizó que “volví a Alem gracias a Marcelo Alamo, y había unos monstruos adelante mío. Tuve la suerte de jugar con ‘Catoca’ Rivera, Lauricella, Pablo Suárez, los dos Agosto, Pedernera, Guzmán y tantos otros. Fue una camada muy ganadora”.

Señaló que “se armaron grupos hermosos, y Marcelo Alamo fue clave, porque nos conocía las mañas, y sabía como llegar a cada uno de nosotros”.

Señaló que “en el Provincial 2006 que ganamos, volvimos de General Deheza y fuimos todos en colectivo a saludar a la mamá de Marcelo, y luego al club. Era su promesa”.

Recalca que “la gente estalló en la cancha y en la sede. Fue un seleccionado de la Liga que se sumó al grupo que ganó otros 5 o 6 títulos. Ser parte de esa camada, es increíble. Fuimos de menor a mayor”.

Acotó que “arrancamos mal, pero tuvimos a Facundo Basualdo y a César Rodríguez en un nivel descollante. Marcelo armó un equipo que se fue consolidando, y sin lucirnos, trabajamos todos juntos, y el DT sacó el plus de cada uno”.

Explicó que “fuimos justos ganadores ante un rival de la talla de Acción Juvenil, que tenía un plantel maravilloso. Alem tenía lo suyo. Yo competía con Grande y Rivera, y terminamos los 3 de titulares”.

Resaltó que “ganar 6 títulos en Alem, con lo que significa la gente de este club, no tiene precio. No me olvido que perdimos una final de un Provincial con Villa Ascasubi y una semifinal de un torneo Federal con Juniors, y no se movía nadie de la tribuna. Eso es Alem”.

Por último dijo que “soy uno de los últimos de esa camada que ganó tanto. Compartir esos planteles fue hermoso. Nos quedó la espina de un torneo superior, por eso soñamos con Mauricio Morales de volver a jugarlos en 2021”.