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Lácteos que no son tales: piden leer las etiquetas de los alimentos

La aparición de alimentos elaborados con derivados generó preocupación y nutricionistas piden tener cuidado para evitar problemas alimentarios a futuro, principalmente en los niños

La aparición de productos alimenticios que se comercializan como lácteos pero que no lo son generó repercusiones a nivel nacional e incluso hubo empresas que debieron dejar de elaborarlos. Igualmente, se sigue alertando por la presencia de productos que pueden engañar al consumidor y provocar problemas en la alimentación.

En ese sentido se expresó la nutricionista villamariense Melisa Manzur, quien hizo especial hincapié en la necesidad de prestar atención a las etiquetas de los alimentos a fin de no tener problemas. A la vez que destacó la importancia que tiene en la alimentación diaria el consumo de poductos lácteos, principalmente en lo que respecta a los más niños.

Leer las etiquetas

Casi en paralelo a la novedad sobre la escasez de productos lácteos de primera marca en las góndolas de los supermercados, esta semana trascendió como novedad la aparición de productos lácteos que no son tales, sino que tienen ingredientes o derivados de la leche dentro de sus componentes.

Si bien dicha situación está contemplada dentro del Código Alimentario Argentino, la poca información -o las etiquetas diseñadas especialmente- pueden provocar la confusión entre los consumidores.

Precisamente, la nutricionista villamariense Melisa Manzur alertó sobre esta situación y destacó la necesidad, por parte de los consumidores, de revisar bien las etiquetas de los alimentos antes de comprarlos, para no llevarse una sorpresa de manera posterior.

“Pasa con la leche, o con el queso rallado, que en muchos casos termina siendo mayormente almidón”, explicó la profesional, quien insistió en la necesidad de que “el consumidor sea consciente, en no sólo precio o marca, sino también en el contenido de los productos que compran”.

“A nivel nutricional se da una situación compleja porque los alimentos se terminan diluyendo hasta en un 50 por ciento, y para una mamá o para un niño, que necesitan consumir una determinada cantidad de proteínas diarias, es complejo, porque se va a terminar dando una carencia nutricional en el futuro”, detalló la nutricionista.

“Siempre el consejo al consumidor es leer bien las etiquetas de lo que se compra. Así como se miran la marca y el precio, es necesario leer la letra chica de lo que se compra, porque por ahí, por ahorrarse dos pesos en una leche, a mediano o largo plazo se puede terminar dando una carencia nutricional”, explicó Manzur. 



Juan Drovandi.  Redacción Puntal Villa María

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