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El Gobierno confía en aprobar el proyecto Bases y el paquete fiscal en la Cámara de Diputados

Sin embargo, admite que pueden aparecer trabas en la votación en particular y que los números en el Senado son más ajustados

Luego de haber obtenido los dictámenes de comisión para el proyecto Bases y el paquete fiscal, el Gobierno tiene confianza y optimismo en poder darles media sanción la semana próxima.

En el horizonte, sin embargo, el oficialismo todavía tiene varios obstáculos que sortear. En la Casa Rosada reconocen que pueden aparecer disidencias en algunos artículos en la votación en particular en la Cámara Baja y que la prueba más dura estará en el Senado, donde hoy no tiene garantizados los votos.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, dijo en Radio Mitre que la “estimación” es que el oficialismo va a conseguir entre 140 y 150 votos en Diputados y que “no va a haber problema en aprobar” los proyectos. Agregó, no obstante, que “en particular hay algunos artículos que van a tener menos votos”. Es que, en los dictámenes de mayoría los libertarios solo consiguieron el apoyo total del Pro. Pero tanto el bloque de la UCR como de Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal anticiparon que plantearán disidencias en varios artículos de sendos proyectos.

Los dos temas que en la Casa Rosada ven como más conflictivos son la reforma laboral y el cambio en el impuesto a las Ganancias para incorporar la cuarta categoría. “Va a haber algunos temas que intenten agregarse en lo laboral por parte del bloque de la UCR. Plantearon que querían incorporar algunos temas más, pero eso entorpecía la negociación”, acotó Francos. La reforma laboral incorporada al proyecto Bases (ómnibus) finalmente omitió varios puntos que resultaban urticantes para la CGT.

Respecto de Ganancias, incluido en el proyecto fiscal, hay un conflicto en puerta con los gremios petroleros que podrían ejercer presión sobre los legisladores de las provincias patagónicas. El secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, Marcelo Rucci, advirtió en las últimas horas que “alrededor del 70% de los trabajadores de su gremio pagará el impuesto” y cargó contra los diputados de su provincia.

“En la votación en general vamos a estar cómodos. En particular vamos a tener estrechez en algún artículo”, dijo un colaborador de la Casa Rosada el día después de que el oficialismo obtuviera los dictámenes. “No vamos a votar inciso por inciso como la vez pasada”, agregó en alusión a la experiencia de enero, cuando Javier Milei optó por patear el tablero y llevó el proyecto ómnibus a foja cero. “Se votará en particular en función de los planteos que haya en el recinto”, cerró Francos.

En la Casa Rosada están desactivando los obstáculos de a uno y trabajan al día, a sabiendas de que el test más difícil aparecerá en el Senado. Esta semana el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, se instaló durante largas jornadas en la Cámara Baja para destrabar el dictamen. “Dimos el primer paso, ¿no? Falta el recinto (de Diputados) y falta el Senado. No quiero que suene a exitismo porque estamos en esta primera etapa”, dejó entrever Francos.

En la Cámara Alta los números están por de más ajustados y eso genera fuerte inquietud en parte del oficialismo. De los 39 senadores no peronistas que Victoria Villarruel había logrado alinear al inicio, hay varios escurridizos. Allí contabilizan a los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano; a la neuquina Lucila Crexell y a la rionegrina Mónica Silva. Descuentan que el presidente de la UCR, Martín Lousteau, votará en contra y no descartan que a él se plieguen otros radicales.

El clima en el Senado está enrarecido por los constantes ataques verbales del Presidente a los legisladores, en particular por la suba de las dietas. Lo llamativo es que, pese a ese escenario, el Gobierno finalmente no promovió un trabajo en “espejo” entre las cámaras que facilitara la sanción de los dos proyectos. La Casa Rosada tampoco terminó de zurcir un acuerdo con alguno de los gobernadores peronistas del norte del país para lograr que los senadores que les responden, de mínima, no voten en contra.

Ayer Francos viajó a Tucumán para participar del Foro Económico del NOA y para verse con el gobernador, Osvaldo Jaldo, que mostró gestos de buena voluntad con la gestión libertaria pero que no puede dar garantías totales sobre los votos de los senadores de su provincia.

El catamarqueño Raúl Jalil también había exhibido buena predisposición con la Casa Rosada, pero solamente puede garantizar influencia sobre el senador Guillermo Andrada. Por último, Francos ensayó un acercamiento a Gerardo Zamora (Santiago del Estero), dado que los tres senadores de su provincia le responden directamente. El ministro logró la foto con el cacique provincial. Pero no está claro que, a la hora de la verdad, esa gestualidad se traduzca en votos.

El otro factor crucial es el tiempo. Para el Pacto de Mayo que Milei quiere firmar en Córdoba quedan cuatro semanas (20 días hábiles), una cuenta regresiva que es muy estrecha si se tiene en cuenta que, con suerte, la semana próxima habrá media sanción en Diputados.