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Bolsonaro evitó condenar el asesinato político de un opositor

A menos de tres meses de las elecciones, Bolsonaro responsabilizó a la izquierda por el crimen de un dirigente cercano a Lula Da Silva que conmocionó al país

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, evitó ayer condenar el homicidio perpetrado por uno de sus seguidores contra un dirigente del opositor Partido de los Trabajadores y dijo que la izquierda es la culpable de la violencia en el país, cuando restan menos de tres meses para las elecciones presidenciales del 2 de octubre.

"Dispensamos cualquier tipo de apoyo a quien practica violencia contra opositores. A este tipo de gente pido que por coherencia cambie de lado y apoye a la izquierda, que acumula un historial innegable de episodios violentos", dijo el ultraderechista en Twitter.

Esta fue la primera reacción del jefe del Estado sobre el asesinato del tesorero del Partido de los Trabajadores -partido del candidato opositor y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva-, Marcelo Arruda, de 50 años, por parte del policía penitenciario federal Jorge Guaranho en Foz de Iguazú, estado sureño de Paraná en la triple frontera que comparten Brasil, Paraguay y Argentina.

Guaranho, un ultraderechista, invadió la fiesta que se realizaba en el salón de un club social por los 50 años de Arruda. Al ver que la decoración era con pósteres de Lula y del Partido de los Trabajadores y al grito de "aquí es Bolsonaro" y "los voy a matar a todos", comenzó a disparar contra el homenajeado hasta matarlo de tres tiros.

Arruda, guardia municipal de seguridad, usó su arma reglamentaria para responder la agresión y el policía bolsonarista resultó gravemente herido, permaneciendo esa noche en una sala de terapia intensiva, detenido bajo custodia.

El asesino mostraba en sus redes una foto con Eduardo Bolsonaro, hijo diputado del Presidente.

En el mensaje enviado por Twitter en la noche del domingo, el presidente Bolsonaro minimizó las interpretaciones de sus declaraciones sobre la violencia.

"Decir frases fuera de contexto que incentiven la violencia es atentar contra la inteligencia de las personas. Ni la peor fuerza utilizada de expresión será más grave que los hechos concretos y reiterados", dijo el Presidente, quien el sábado había convocado a los evangélicos durante la Marcha por Jesús en San Pablo a entablar una "guerra del bien contra el mal" en la campaña electoral.

Carlos Bolsonaro, hijo del Presidente que es concejal de Río de Janeiro y asesor de su padre en temas digitales, escribió una serie de mensajes en Twitter en la que acusa a Lula de haber dejado al país al borde de una guerra civil, aunque no cita el homicidio del dirigente Arruda.