El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro se quedó con 128 regalos de autoridades extranjeras de gran valor comercial que deberían haber sido incluidos en el patrimonio del Gobierno Federal, según un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
El hallazgo forma parte de una auditoría de los bienes recibidos por Bolsonaro durante su mandato como presidente de la República, entre 2019 y 2022, según el informe del ministro brasileño Augusto Nardes, con el fin de investigar posibles irregularidades en el caso, aunque aún no hay una sentencia en el proceso.
La investigación del TCU sobre los regalos recibidos por el ex presidente tiene su origen en una serie de denuncias que cuestionan la supuesta apropiación indebida de joyas del Gobierno saudí.
El caso de las joyas también está siendo investigado por el Supremo Tribunal Federal (STF).
"De los 240 regalos de autoridades extranjeras incorporados al acervo privado, se identificó que 111 no tienen la característica de ser de carácter personalísimo o de consumo directo del Presidente de la República, por lo que debieron incorporarse al patrimonio de la Unión", dice el resumen de los descubrimientos".
"Además, de las 129 piezas restantes, al menos 17 tienen características que indican que son bienes de alto valor comercial, por lo que también deberían incorporarse al patrimonio de la Unión", agrega el documento al que tuvo acceso Reuters.
Los peritos del tribunal encontraron un total de 9.158 regalos de distinta procedencia recibidos por Bolsonaro durante sus cuatro años de presidencia. De esta cifra, 295 procedían de autoridades extranjeras, de los cuales 240 se incorporaron a la colección privada del expresidente y 55 a bienes federales.
Según los investigadores, no se identificaron motivos que justifiquen la distribución de los artículos entre la recaudación del Gobierno Federal y la de Bolsonaro, y también se señaló la existencia de regalos recibidos por el ex presidente que no fueron registrados.
En ocasiones anteriores, el ex mandatario y sus abogados declararon que había una especie de vacío legal que permitía a Bolsonaro mantener los regalos recibidos -sin importar su valor- durante su tiempo en el Palacio de Planalto.