La invicta púgil del Gimnasio Evita sumó su undécima victoria en el campo rentado (6 por nocaut más un empate) superando en el estadio de la FAB a la boliviana radicada en Puerto Madryn, Lisbeth Crespo (15-10-0), por puntos, en fallo unánime de los jurados.
Ante una boxeadora con mucho oficio y experiencia, “Dinamita” realizó con éxito su primera defensa del título sudamericano, que ganó este año al noquear a los 10 segundos en el Salón de los Deportes a la hasta entonces invicta colombiana Johen Paola González.
María Ferreyra se quedó con el título sudamericano con autoridad, mostrando decisión desde el primer round, haciendo respetar con su jab de izquierda la distancia y mostrando más potencia y una gama de golpes y combinaciones de alto vuelo boxístico.
Tras dos rounds en los que parecía que el nocaut sería cuestión de tiempo, Crespo reaccionó y mostró los motivos por los que fue campeona sudamericana y argentina en las dos siguientes vueltas, en las que Ferreyra continuó pegando más y mejor, pero “tuvo rival”.
Debió volver a las fuentes, reunió paciencia, levantó la guardia, se prendió menos en la refriega y, sin perder determinación, no le dio más opción a una Crespo que aguantó con oficio y guapeza su artillería de golpes con mucha pólvora.
María Ferreyra intentó noquear hasta en el décimo round, con la pelea resuelta, y por esa ambición descargó su furia hasta vaciar el cargador, pero recibió un descuento de puntos por aplicarle un golpe en la nuca.
Igual, la púgil radicada en Villa María, dirigida por su marido Federico Díaz, derrotó por amplio margen de puntos en decisión unánime a la boliviana: 99-91; 98-91 y 97-92.
Cuatro triunfos en 2024, mantenerse invicta y con la faja sudamericana, impulsa a Ferreyra a buscar el título nacional (primera en el ranking) y lanzarse al plano internacional en 2025.
Ratificó pergaminos en Castro Barros 75, y en Buenos Aires se habla de la “Dinamita de Villa María”, que en el semifondo se mostró muy precisa y efectiva en ofensiva, combinando el castigo en ambos planos. Sólida en defensa, con reflejos propios de su talento y piernas que respondieron ante una adversaria complicada, que no logró huir. Impuso su jerarquía, más allá de algún pecado de juventud (27 años) que la impulsó a ir por más, y le costó una quita de 1 punto.