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Dos mensajes con un tono anticomunista y sin ninguna referencia al Mercosur

Por otro lado, en una frase que encenderá la polémica con grupos feministas, Bolsonaro anticipó que luchará “contra la ideología de género”

El hombre que promete dar un viraje hacia la extrema derecha con nuevas prioridades en la composición de los intereses de Brasil lloró durante toda la ceremonia de asunción al lado de su esposa, Michele, traductora de lenguaje de señas, y del vicepredente, general retirado Hamilton Mourao.

Como lo había hecho durante la campaña y sus 28 años de parlamentario, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, mantuvo su tono anticomunista al hablar ante sus seguidores en el Palacio del Planalto, tras recibir la banda de su antecesor, Michel Temer.

No más socialismo

"Hoy Brasil comenzó a liberarse del socialismo, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto; las elecciones les dieron voz a personas que no eran escuchadas", dijo Bolsonaro ante la multitud que coreaba "Mito" y "El capitán llegó".

Bolsonaro también le dio un mensaje al derrotado Partido de los Trabajadores (PT), del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción: "Nuestra bandera jamás será roja, sólo será roja si es necesario defenderla con nuestra sangre", precisó.

Sin grandes definiciones económicas, Bolsonaro trazó el rumbo que preparó durante la transición con su superministro, el financista Paulo Guedes, que busca aprobar en el Congreso una reforma del sistema jubilatorio y como apuesta máxima crear un sistema de capitalización como el chileno.

Bolsonaro ofreció dos discursos. El primero, en el Congreso, adonde llegó emocionado a bordo de un Rolls Royce de 1952 vivado por sus seguidores en la Explanada de los Ministerios.

No es prioridad

En ninguno de los dos nombró al Mercosur, por lo que es el primer presidente que omite al bloque sudamericano desde 1994.

En el ámbito económico, señaló que promoverá "reformas estructurales que serán importantes para la sustentabilidad de las cuentas públicas".

El excapitán agregó que, para sanear las cuentas, su Gobierno no gastará más de lo que recauda, pero, aun así, cumplirá todos los contratos.

Bolsonaro afirmó que el ajuste fiscal para sanear las cuentas públicas es necesario para estabilizar la economía e impulsar su crecimiento.

"Necesitamos crear un círculo virtuoso en economía que genere confianza y estimule no sólo nuestro mercado, sino también el comercio internacional con todos los países y sin amarras ideológicas", añadió.

También recalcó que el sector agropecuario, responsable de la mayoría de las exportaciones brasileñas, tendrá un papel decisivo en su Gobierno.

Campo y ambiente

Al respecto, aclaró que apoyará a los productores rurales, pero "en consonancia con la preservación ambiental".

En el plano social, el nuevo mandatario, que tuvo un fuerte respaldo de las iglesias evangélicas y posturas muy conservadoras sobre temas como el aborto, entre otros, dijo tras jurar que en su Gobierno se respetarán todas las religiones, "pero se mantendrá la tradición judeo-cristiana".

Y, en un párrafo destinado a la polémica con los sectores feministas, aseguró que luchará "contra la ideología de género". 

Su Gobierno, agregó, pondrá fin a "prácticas nefastas" que condujeron a Brasil a la mayor crisis ética y moral de su historia.

"Esa irresponsabilidad nos condujo a la mayor crisis ética, moral y política de nuestra historia", afirmó Bolsonaro al ratificar su compromiso con el combate a la corrupción, que fue uno de los ejes de su campaña presidencial.

Por ello, uno de sus ministros estrella es Sérgio Moro, el juez que condenó a Lula en el marco de la la Operación Lava Jato y que estará a cargo de Justicia y Seguridad.

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