El que persevera triunfa, y siempre hay revancha

El perdiceño describió a la perfección lo que siente un gran futbolista que festejó el título luego de “perder 4 finales”. “Comí mucha mierda, pero insistí y ahora se me dio con Ricardo Gutiérrez de la mano de Heraldo (Pereno), que me convenció para que viniera a La Palestina”.

En el medio de la cancha y en pleno festejo tras recibir la copa, fiel a su estilo, el entrenador le dijo: “Perdoname Luquitas” (seguramente refiriéndose a que lo excluyó del partido y no le gustó dejar la cancha), a lo que respondió: “Vamos a festejar, Heraldo, olvidate de todo”.

Bolatti reconoció: “Nos había costado tanto empatar este partido, después de ir ganando Rivadavia lo dio vuelta y nos pusimos muy nerviosos. Eso nos jugaba en contra y no le encontrábamos la vuelta”.

Rescató: “Sabía lo que significaba para La Palestina esta nueva final. Los comprendo perfectamente, porque me tocó salir campeón por primera vez después de perder cuatro finales. Se me dio por fin y estoy tan feliz y tan contento como todos los hinchas de Ricardo Gutiérrez y la gente de La Palestina, que tanto nos apoyó en todo el campeonato”.

Explicó sus sensaciones: “Atrás nuestro hubo un montón de gente laburando y no nos deja faltar nada. Aman a su club, a su pueblo, y a este título se lo merecen más ellos que nosotros”.

Insistió: “Heraldo (Pereno) siempre nos dijo que él jugaba con una presión aparte, porque le había prometido el título a su mujer, que es de La Palestina. Les había tocado perder la final con Alem por penales, tras 3 empates”.

Sostuvo: “No fue casualidad convertir en tiempo de descuento, porque hemos ganado un montón de partidos así y el más cercano es contra Atlético Ticino en las semifinales”.

“A nuestra manera”

Acotó: “Teníamos en claro que no podíamos renunciar nunca a ser campeones, que había que pelear siempre hasta el final. Por eso habíamos llegado sufriendo a esta final y la íbamos a ganar de esta forma”.

Finalizó destacando: “La ganamos a nuestra manera”.