Villa María | Caritas Felices |

Caritas Felices: menos donaciones, subsidios que no alcanzan y costos fijos impagables

Marisa Sánchez, responsable del centro comunitario de calle Juárez Celman, reconoció que son tiempos difíciles para el comedor, donde diariamente dan de comer a más de 90 niños y niñas. Pese al contexto, avisó que la semana que viene habrá cena especial en el marco de un nuevo aniversario del espacio

El comedor Caritas Felices transita un presente preocupante, situación que llena de incertidumbre a quienes todos los días se ponen al hombro la alimentación de más de 90 niños y niñas.

En diálogo con este medio, la coordinadora del centro comunitario de barrio La Calera, Marisa Sánchez, indicó que son varias las cuestiones por las que se siente “dolida”.

Sin embargo, toma fuerza y sostiene que pese a todas las complicaciones la fiesta para los chicos por el cumpleaños del comedor se va a realizar sí o sí.

En ese marco, cuenta que ya tiene pensado un menú para la noche del viernes 2 de junio, jornada en la que festejarán a lo grande, aUn cuando el contexto no apremie.

Según dijo, con la ayuda de vecinos, vecinas y empresas, organizarán para la semana que viene una fiesta en la que se les darán hamburguesas, snacks y gaseosa a los más chicos, coronando la noche con sorpresitas y la infaltable torta de cumpleaños (el espacio festejará 11 años ininterrumpidos de ayuda social).

Para esa jornada manifestó que todavía hacen falta golosinas y algunas bolsas más de snacks, a lo que agregó que cualquier colaboración que quiera acercar la gente será bien recibida.

Complejo presente

Acto seguido, Sánchez afirmó que en los últimos meses notó un descenso en la ayuda que recibe de la comunidad. “Si bien la gente sigue colaborando, no es como antes. Uno entiende que la situación no está bien. Hay dos empresas que colaboran por mes, y con todo eso a veces no llego. La Municipalidad nos otorga 30 mil pesos por mes y lo agradezco. Si no fuera por ese subsidio, no podríamos pagar los impuestos y ya hubiésemos cerrado”, mencionó la coordinadora del comedor.

En esa línea, sostuvo que en noviembre, cuando presentaron la carta al Municipio para seguir recibiendo el subsidio, solicitaron un incremento de 10 mil pesos, en el marco de un contexto que se observaba cada vez más complejo. Y agregó: “Todavía no nos dieron el incremento”.

Sánchez enumeró los costos fijos que no le permiten llegar con aire a fin de mes. “Por día, estoy comprando dos kilos de pan. Conseguí un lugar que me vende el kilo a 250 pesos, por ende, el gasto diario de pan es de 500 pesos. De lunes a viernes son 2.500 pesos y del 1 al 30 de cada mes son 10.000”, evidenció.

Y sumó: “De luz estamos pagando 18 mil pesos, de gas son 5 mil pesos y de agua, 2.500. Lo que sobra, que son monedas, lo dejo para comprar el pan hasta donde alcance y cuando no nos alcanza nos aportan colaboradores o juntamos entre todas las que cocinamos”.

La mujer dio a conocer que ayer se acercó al Municipio para solicitarle una reunión a Martín Gill, con quien mantiene una estrecha relación desde hace años. Espera plantearle la compleja situación que atraviesa el comedor y, en ese marco, solicitarle que refuerce el subsidio.

“Gracias a Dios, no nos falta nunca la carne, son muchos los colaboradores que aportan en ese sentido”, hizo saber Sánchez.

“Hay necesidades en el comedor. El otro día se rompió una canilla y el que lo arregla no lo hace gratis. Son todas cosas que hay que manejar y para las cuales no hay fondos. Esperamos una respuesta positiva y que podamos llegar a un acuerdo”, concluyó.

Por último, precisó que diariamente reciben a 86 niños en las instalaciones de calle Juárez Celman. A esos pequeños se les suman un menor con discapacidad y unos 4 niños que viven lejos del comedor. A todos ellos se les hace llegar una vianda.