Campeonato Metropolitano, 23 de julio de 1967. Ese año se jugaría el primer Nacional. Se estaba terminando el torneo que ganaría Estudiantes de La Plata, el primer “chico” en hacerlo, la primera vez que no era uno de los cinco de siempre.
Vélez recibía a Boca, ambos con alguna expectativa de arrimarse a los dos primeros lugares de la zona “A”, en donde estaban Racing y Estudiantes, que serían nomás los clasificados. Era la penúltima fecha. Y fue esa la jornada del debut en Primera de uno de los más grandes goleadores argentinos: Carlos Bianchi. Tenía 18 años.
Empataron uno a uno con goles de Wehbe para los fortineros y el Tano Novello para Boca. En la primera vez de Carlos Bianchi, Vélez fue con el Gato Marín; Gallo, Lejona, Canosa y Atela; Ríos y Solórzano; Wehbe, Jorge Pérez, Bianchi y Carone. Boca con Roma; Suñé, Magdalena, Zarich y Marzolini; Alberto González, Madurga y Novello; Luna, Alfredo Rojas y Pianetti. En el Nacional de ese año jugó muy poco. El campeón fue el Independiente de Brandao.
En la decimonovena fecha del Metro 68 que obtendría San Lorenzo, Bianchi marcó el primero de sus 206 goles con la casaca de Vélez Sarsfield. Era 7 de julio. Se lo hizo a Argentinos Juniors en cancha de Atlanta. Ganó el Fortín cuatro a dos, y marcaron dos veces Pérez y uno Luna y él. Plá y Catalano, los del Bicho. El arquero del equipo de La Paternal era Luis Gerónimo López, cordobés, luego nacionalizado colombiano, que jugó para la selección colombiana las eliminatorias al Mundial 78. A la siguiente fecha, Bianchi le marcó a Amadeo Carrizo, en el empate ante River uno a uno, gol de Daniel Onega para los millonarios.
Carlos Bianchi fue, desde siempre, canillita, ayudando a su padre en un puesto de diarios. No pensaba mientras vendía periódicos que en algunos años sería el “Virrey” de Liniers. Integró el plantel de Vélez que ganó su primer título, el Nacional del 68, de la mano del Colorado Manuel Giúdice en el banco y Daniel Willington en la cancha. Se consagró máximo goleador del campeonato dos veces con el Fortín. En el torneo Nacional 70 con 18 goles, seguido de Onnis de Gimnasia con 16 y el Metropolitano 71, con 36 tantos, con el Mono Obberti, de Ñuls, con 28, detrás. Un torneo que Vélez perdió increíblemente en la última fecha.
En 1973 emigró a Francia, fichó para el Stade de Reims. Allí demostró su capacidad goleadora al marcar 107 goles en 4 temporadas y fue el máximo artillero del campeonato francés en el 74, 76 y 77 al anotar 30, 34 y 28 goles, respectivamente.
En 1977 fichó por el Paris Saint-Germain, con el que volvió a ser el máximo goleador de la Liga en las dos temporadas que permaneció en el club: campañas 77-78 y 78-79.
En la temporada 79-80 jugó para el Racing Club de Estrasburgo; sin mayor éxito, sólo 8 goles anotó.
En total hizo 179 goles en el país galo. En 1980 volvió a Vélez para jugar cinco temporadas más, destacándose la del Nacional 81, en la que fue nuevamente goleador de AFA con 15 tantos. En el 84 volvió al Stade de Reims, club en el que finalmente se retiró.
Carlos Bianchi fue jugador de la selección argentina.
Lo hizo debutar Juan José Pizutti el 22 de octubre del 70, en un amistoso ante Paraguay, empate uno a uno, gol de Brindisi. Fue en el Estadio Puerto Sajonia y Argentina formó con Santoro; Malbernat (Carrascosa), Perfumo, Laraignée y Rosl; Brindisi, Raimondo y Willington (Bianchi); Marcos, Yazalde y Verón. Entre el 70 y 72, jugó 14 partidos y marcó 7 goles.
En 1984 se inició como director técnico en el Stade de Reims y asumió el cargo por cuatro temporadas. Dirigió al Nice 89-90 y al Paris Saint-Germain 90-91.
La carrera desde 1993 en adelante como director técnico fue soñada. Cuando retornó a la Argentina, comenzó a trabajar en su equipo de toda la vida, Vélez Sarsfield, y llevó al conjunto de la V azulada a ganar todo. Tres torneos locales y otros tantos internacionales. Clausura 93, Libertadores 94, Intercontinental 94, Apertura 95, Interamericana 96 y Clausura 96. El 1ro de diciembre del 94 junto a Chilavert; Almandoz, Trotta, Sotomayor y Cardozo; Basualdo, Gómez, Bassedas y Pompei; Flores y Asad; logró la Intercontinental ante el Milan, de Fabio Capello. Fue en el Nacional de Tokio y fueron Trotta de penal y Asad quienes marcaron la diferencia.
En 1996 tuvo su despedida en el Amalfitani ante 50.000 personas. Partió a la Roma, donde no hizo una buena temporada. Luego se desempeñó como comentarista deportivo en varios medios de comunicación. Con el Fortín dirigió 146 encuentros (ganó 72, empató 45 y perdió 32). Llegaba el tiempo de Boca Juniors.
Asumió en 1998 y hasta 2001, cuando terminó su contrato, ganó tres torneos locales, dos Libertadores y una Intercontinental ante el Real Madrid.
Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Traverso y Matellán; Battaglia, Serna, Basualdo y Riquelme; Delgado y Palermo, con los ingresos de Guillermo Barros Schelotto y Burdisso, fueron los que vencieron al Madrid de Del Bosque, dos a uno con sendos goles de Martín Palermo de arranque y el descuento de Roberto Carlos.
Su vuelta a Boca iba a ser en la temporada 2003-2004. En ese período ganó una Liga, una Libertadores y la Intercontinental al Milan. En 2004, luego de perder la final de la Copa Libertadores con Once Caldas, renunció a su cargo.
Dirigió un tiempo, sin éxito al Atlético Madrid y pasó nuevamente por Boca, como mánager. Entre el 2013 y 2014 se produciría su regreso como entrenador al club de la Ribera, sólo que esa vez no obtuvo buenos resultados y fue despedido en agosto del 2014.
No pocos pensaron que en algún momento Bianchi podría haber sido el DT de la selección. El argumento para que esto no ocurriera fue siempre la distancia que había entre el Virrey y Grondona. Se dijo también que, en ese tiempo, la empresa que aún sigue manejando el fútbol argentino televisado (la selección fundamentalmente) ideó un programa en el que participarían Ramón Díaz y Carlos Bianchi, técnicos de River y Boca, respectivamente. La anuencia del riojano se vio contrarrestada por el Virrey que no aceptó hacerlo, por más plata que le pusieran. Allí, según se dijo, pasó a ser “enemigo” del régimen.
La pretensión en este cumpleaños de Carlos Bianchi -que nació el 26 de abril del 49 y que en 1972 se casó con Margarita María Pilla, con quien tuvo a sus hijos, Mauro y Brenda- es resaltar, además de la conocida y más reciente carrera como técnico, su extraordinaria labor como goleador, con la camiseta que se puso.
Aquel canillita que seguramente voceaba los diarios y que después y durante mucho tiempo, abriría la boca de miles de personas para cantar sus goles.
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Empataron uno a uno con goles de Wehbe para los fortineros y el Tano Novello para Boca. En la primera vez de Carlos Bianchi, Vélez fue con el Gato Marín; Gallo, Lejona, Canosa y Atela; Ríos y Solórzano; Wehbe, Jorge Pérez, Bianchi y Carone. Boca con Roma; Suñé, Magdalena, Zarich y Marzolini; Alberto González, Madurga y Novello; Luna, Alfredo Rojas y Pianetti. En el Nacional de ese año jugó muy poco. El campeón fue el Independiente de Brandao.
En la decimonovena fecha del Metro 68 que obtendría San Lorenzo, Bianchi marcó el primero de sus 206 goles con la casaca de Vélez Sarsfield. Era 7 de julio. Se lo hizo a Argentinos Juniors en cancha de Atlanta. Ganó el Fortín cuatro a dos, y marcaron dos veces Pérez y uno Luna y él. Plá y Catalano, los del Bicho. El arquero del equipo de La Paternal era Luis Gerónimo López, cordobés, luego nacionalizado colombiano, que jugó para la selección colombiana las eliminatorias al Mundial 78. A la siguiente fecha, Bianchi le marcó a Amadeo Carrizo, en el empate ante River uno a uno, gol de Daniel Onega para los millonarios.
Carlos Bianchi fue, desde siempre, canillita, ayudando a su padre en un puesto de diarios. No pensaba mientras vendía periódicos que en algunos años sería el “Virrey” de Liniers. Integró el plantel de Vélez que ganó su primer título, el Nacional del 68, de la mano del Colorado Manuel Giúdice en el banco y Daniel Willington en la cancha. Se consagró máximo goleador del campeonato dos veces con el Fortín. En el torneo Nacional 70 con 18 goles, seguido de Onnis de Gimnasia con 16 y el Metropolitano 71, con 36 tantos, con el Mono Obberti, de Ñuls, con 28, detrás. Un torneo que Vélez perdió increíblemente en la última fecha.
En 1973 emigró a Francia, fichó para el Stade de Reims. Allí demostró su capacidad goleadora al marcar 107 goles en 4 temporadas y fue el máximo artillero del campeonato francés en el 74, 76 y 77 al anotar 30, 34 y 28 goles, respectivamente.
En 1977 fichó por el Paris Saint-Germain, con el que volvió a ser el máximo goleador de la Liga en las dos temporadas que permaneció en el club: campañas 77-78 y 78-79.
En la temporada 79-80 jugó para el Racing Club de Estrasburgo; sin mayor éxito, sólo 8 goles anotó.
En total hizo 179 goles en el país galo. En 1980 volvió a Vélez para jugar cinco temporadas más, destacándose la del Nacional 81, en la que fue nuevamente goleador de AFA con 15 tantos. En el 84 volvió al Stade de Reims, club en el que finalmente se retiró.
Carlos Bianchi fue jugador de la selección argentina.
Lo hizo debutar Juan José Pizutti el 22 de octubre del 70, en un amistoso ante Paraguay, empate uno a uno, gol de Brindisi. Fue en el Estadio Puerto Sajonia y Argentina formó con Santoro; Malbernat (Carrascosa), Perfumo, Laraignée y Rosl; Brindisi, Raimondo y Willington (Bianchi); Marcos, Yazalde y Verón. Entre el 70 y 72, jugó 14 partidos y marcó 7 goles.
En 1984 se inició como director técnico en el Stade de Reims y asumió el cargo por cuatro temporadas. Dirigió al Nice 89-90 y al Paris Saint-Germain 90-91.
La carrera desde 1993 en adelante como director técnico fue soñada. Cuando retornó a la Argentina, comenzó a trabajar en su equipo de toda la vida, Vélez Sarsfield, y llevó al conjunto de la V azulada a ganar todo. Tres torneos locales y otros tantos internacionales. Clausura 93, Libertadores 94, Intercontinental 94, Apertura 95, Interamericana 96 y Clausura 96. El 1ro de diciembre del 94 junto a Chilavert; Almandoz, Trotta, Sotomayor y Cardozo; Basualdo, Gómez, Bassedas y Pompei; Flores y Asad; logró la Intercontinental ante el Milan, de Fabio Capello. Fue en el Nacional de Tokio y fueron Trotta de penal y Asad quienes marcaron la diferencia.
En 1996 tuvo su despedida en el Amalfitani ante 50.000 personas. Partió a la Roma, donde no hizo una buena temporada. Luego se desempeñó como comentarista deportivo en varios medios de comunicación. Con el Fortín dirigió 146 encuentros (ganó 72, empató 45 y perdió 32). Llegaba el tiempo de Boca Juniors.
Asumió en 1998 y hasta 2001, cuando terminó su contrato, ganó tres torneos locales, dos Libertadores y una Intercontinental ante el Real Madrid.
Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Traverso y Matellán; Battaglia, Serna, Basualdo y Riquelme; Delgado y Palermo, con los ingresos de Guillermo Barros Schelotto y Burdisso, fueron los que vencieron al Madrid de Del Bosque, dos a uno con sendos goles de Martín Palermo de arranque y el descuento de Roberto Carlos.
Su vuelta a Boca iba a ser en la temporada 2003-2004. En ese período ganó una Liga, una Libertadores y la Intercontinental al Milan. En 2004, luego de perder la final de la Copa Libertadores con Once Caldas, renunció a su cargo.
Dirigió un tiempo, sin éxito al Atlético Madrid y pasó nuevamente por Boca, como mánager. Entre el 2013 y 2014 se produciría su regreso como entrenador al club de la Ribera, sólo que esa vez no obtuvo buenos resultados y fue despedido en agosto del 2014.
No pocos pensaron que en algún momento Bianchi podría haber sido el DT de la selección. El argumento para que esto no ocurriera fue siempre la distancia que había entre el Virrey y Grondona. Se dijo también que, en ese tiempo, la empresa que aún sigue manejando el fútbol argentino televisado (la selección fundamentalmente) ideó un programa en el que participarían Ramón Díaz y Carlos Bianchi, técnicos de River y Boca, respectivamente. La anuencia del riojano se vio contrarrestada por el Virrey que no aceptó hacerlo, por más plata que le pusieran. Allí, según se dijo, pasó a ser “enemigo” del régimen.
La pretensión en este cumpleaños de Carlos Bianchi -que nació el 26 de abril del 49 y que en 1972 se casó con Margarita María Pilla, con quien tuvo a sus hijos, Mauro y Brenda- es resaltar, además de la conocida y más reciente carrera como técnico, su extraordinaria labor como goleador, con la camiseta que se puso.
Aquel canillita que seguramente voceaba los diarios y que después y durante mucho tiempo, abriría la boca de miles de personas para cantar sus goles.