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Los más pequeños celebraron su día en el Parque Pereyra y Domínguez

De la bicicleteada participaron unas 80 personas. En el pulmón verde se concentraron unas 800, según indicó el integrante del grupo Ciudadanos Solidarios en Acción, Javier Pérez. Hubo sorteos y los niños tuvieron una merienda

Federico García Lorca fue un poeta y dramaturgo español. Escribió, en el libro Poeta en New York, un verso que lo dice todo: “Allí mis pequeños ojos”. Escribió lo que hace falta y, a veces, no se recuerda: la mirada inocente, sencilla. 

En 2017, el fotógrafo Guillermo Franco montó una muestra —que ya no sólo recorrió ciudades de la Argentina sino que traspasó los límites del país— en la Usina Cultural y la tituló así. Sus imágenes, en blanco y negro, eran eso. Son eso: el guiño de una realidad incesante capturada en el momento justo. Y para eso hay una herramienta: los pequeños ojos. Los de un niño que no sabe que sabe.

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A las dos de la tarde de ayer, la bicicleteada inició en avenida Perón y Paraguay. El trayecto fue así: Porfirio Seppey y Ramos Mejía; Bulevar Sarmiento y Porfirio Seppey, Mendoza y Porfirio Seppey; Buenos Aires y Porfirio Seppey; La Rioja e Intendente Maciel y Ruta 158 e Intendente Maciel. Minutos después de las tres de la tarde llegaron al punto de encuentro: el Parque Pereyra y Domínguez.

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“Al recorrido en bicicleta habrán ido unas 80 personas aproximadamente. El Parque Pereyra realmente explotó y creemos que debe haber unas 800 personas mínimo entre mayores y niños. Estamos muy contentos con la convocatoria”, le contó a PUNTAL VILLA MARÍA el integrante del grupo Ciudadanos Solidarios en Acción —que organizó la jornada—, Javier Pérez.

Ayer, el Parque Pereyra y Domínguez fue el retrato de la excepción de una tarde de invierno: el sol, ya algo desvastado por las agujas de un día longevo, cae sobre las cabezas de los niños como el roce de una noche de verano. El frío fue un trazo disipado por el ir y venir de los pequeños entre la piel de ese gran pulmón verde que respira sueños.

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Por otra parte, Pérez les agradeció a los distintos profesores de Educación Física que, solidariamente, se ofrecieron a colaborar con la organización.

En esta dirección, también destacó la ayuda del grupo Perseverancia de la Iglesia Cristo Rey, de la Policía Barrial —quienes desarrollaron una demostración con perros— y la UR8, y de todos aquellos que se comprometieron para que los chicos puedan tener una hermosa tarde.

Asimismo, expresó que a los destinatarios de la propuesta se les entregó una merienda con golosinas. Si bien a media tarde se realizó una pausa, nada pareció detenerse para los varones y mujeres que participaron de todo tipo de juegos: tatetí, carreras de bolsa, tiro al blanco, salto con soga, la mancha. Y no sólo eso, sino que también se llevó a cabo un sorteo que se llevó la atención de todos los presentes. 

De acuerdo con lo explicado por Pérez, se lograron recolectar unas siete bicicletas en “excelente estado” y juegos de mesa, entre otros, para que cada uno pueda llevarse “un presente para su casa”.

Por último es preciso decir que si bien la actividad estaba prevista hasta las seis de la tarde, la significativa concurrencia hizo que se postergue hasta aproximadamente las siete.

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Las escenas también fueron otras. Desde las primeras horas de la tarde, madres, padres y familiares acompañaron a sus hijos que, al llegar, parecían desprenderse de su mundo para ingresar a otro mucho más real. Parecían desprenderse de su mundo para ingresar a otro donde basta con que ser.

En algunos rincones, chicos y chicas jugando al básquet; en otro costado, jugando al fútbol. La mayoría, corriendo. Algunos andando en bici. Aquellos en rollers. Una gran cantidad haciendo fila para que payasos les hicieran dibujos en globos. Todos, sonriendo. Todos, siendo niños.

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Los padres y madres: apoyados contra los parapelotas, en banquetas, bajo la sombra de un árbol, con los pequeños a cococho, con el sol en la cara, tomando mates, bebiendo gaseosas, pronunciando la melodía de la música que guía. Todos, allí y por fin, mirando: con sus pequeños ojos.

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