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Especialista demanda mayor atención de padres a las conductas de los chicos

"Hoy en día los padres trabajan los dos, entonces los chicos están un tiempo en la escuela y la mayoría del tiempo están solos, con el riesgo que eso implica de tener contextos desfavorables", sostuvo el psicólogo Nicolás Ampoli

Para el psicólogo Nicolás Ampoli (MP 10.841) se percibe en la actualidad una patologización de la infancia, con docentes que detectan problemas de conducta en los alumnos y demandan su atención psicológica, pero en realidad lo que refleja ese accionar del niño es una problemática familiar. Y ante ello entiende que es necesario que los adultos presten atención a las conductas de los chicos.

“Una cosa es el malestar que puede tener un chico, o una familia, y otra es hablar de patología, son cosas diferentes y lo que está ocurriendo es que se patologiza todo”, explicó Ampoli, quien ve la situación con cierto grado de preocupación, principalmente lo vinculado a la falta de atención de los padres hacia sus hijos. Consultado sobre el impacto que puede generar en las conductas la pandemia, principalmente en período de restricciones que impedían la circulación de manera normal, entendió que “el encierro y demás generan situaciones; es esperable que uno se sienta mal ante un divorcio, falta de trabajo, el encierro, pero eso no quiere decir que uno esté loco o tenga una patología”.

Con cuatro años en la parte pública e integrando gabinete interdisciplinario, Ampoli observa principalmente en niños que los docentes, “y no es culparlas porque tampoco es su función diagnosticar ya que están absolutamente desbordadas, ante un chico inquieto o que sale de la norma con pequeños problemas de conducta, lo envían al psicólogo. Está bien que haga una consulta para ver si el chico tiene afección o patología, pero en el 95% de los casos o más siempre hay un problema familiar”.

Consultado sobre cómo asimila el niño esa problemática de su entorno cotidiano, indicó que “el chico es el síntoma emergente de un sistema familiar que está funcionando mal, sea por negligencia de los padres u otras cuestiones”. Ante ello, amplió: “Se ve mucho que los padres no les prestan atención, muchos fueron padres siendo adolescentes y no toman consecuencias de lo que es tener un hijo; fallan en la contención de los chicos, en prestarle atención, falta diálogo, juegos, entonces eso el niño lo expresa en malas conductas en la escuela”.

En cierto modo, al alumno inquieto se lo califica de hiperactivo, y Ampoli consideró que ese diagnóstico “lo estigmatiza para toda la vida, porque dejás de ser una persona para ser una patología, más grave aún en la cabeza de un chico. Y en realidad el chico está aburrido, porque nació en un mundo donde la tecnología está a flor de piel pero sin embargo se dan clases como hace 40 años atrás. Entonces termina siendo normal que un chico se aburra”.

Fue más allá al explicar que el ser humano “tiene entre 20 y 30 minutos de atención y después nos dispersamos, imaginate un niño que esté cuatro horas sentado sin que hable, ni se porte mal. Es imposible mantener los paradigmas de hace 40 años con los chicos de ahora”. Entendió además que los docentes, y principalmente el nivel de capacitación y formación, es clave para abordar la realidad actual: “Hay muchos docentes que hace años se recibieron y no se capacitaron, entonces termina siendo un inconveniente. Pasa lo mismo con la ESI, que tiene 15 años de vigencia y todavía no se da en la mayoría de la escuela”.

El rol de los padres

En la charla con este medio, Ampoli abordó además el rol que cumple la familia ante esta situación, reconoció que es necesario que los padres “presten atención a las conductas de los chicos, y no solamente cubrirles las necesidades materiales sino que ellos también tienen necesidades afectivas y sentimientos a los que no se le están prestando atención”.

Y ante ello, dijo que en la actualidad “los chicos están muy solos. Hoy en día los padres trabajan los dos, entonces los chicos están un tiempo en la escuela y la mayoría del tiempo están solos, con el riesgo que eso implica de tener contextos desfavorables, de acceso a cuestiones que no las tienen que tener por su edad. Hay una falta de registro del hijo, de las necesidades de los chicos”.

Y volvió a repetir que esta realidad “se percibe, y la pandemia puede haber agravado cuestiones de ansiedad o incertidumbre, pero esto se ve desde antes” de iniciado el período Covid.

Sobre el rol que cumplen los profesionales médicos y especialistas ante este panorama, Ampoli consideró que el sistema de salud está “tan saturado que funciona mal, entonces se atiende al paciente 30 o 40 minutos y lo terminás despachando. Y ni hablar si vas a un médico clínico y te medica algo que no corresponde, como un psicofármaco. Por cualquier problema de ansiedad te dan un clonazepan o rivotril; hay chicos mal diagnosticados y con psicofármacos que generan una consecuencia terrible”.