Emotivo, de principio a fin. Con muestras de afecto por el reencuentro, no sólo entre los miembros de la comunidad educativa, sino por ese aroma a inclusión que despiden las paredes del edificio de calle Santiago del Estero. Por el olor a esfuerzo que se refleja en los escalones de sus amplias escaleras ubicadas en el patio interno. Por el perfume a sentimiento que se desprende de cada corbata roja. Así fue el acto aniversario por las bodas de diamante del Ipem 275, una combinación de sensaciones que incluyó risas, llanto y aplausos en el glorioso Colegio Nacional.
“No llamemos despedida a esta locura que vamos a recordar toda la vida”, reza una de las banderas de la promo 2018, que con orgullo luce su campera con diamantes que combinan los colores rojo, azul y blanco. 75 años de educación pública, que fueron celebrados con Benjamín Calabrés como figura principal. Se trata del primer abanderado del Nacional, que lució espléndidamente sus 94 abriles y se animó a levantar los brazos cuando el público lo arengó en momentos en que el pabellón celeste y blanco reposó sobre su hombro derecho.
“Glorioso y querido Colegio Nacional. Como ex alumno me dio educación, pero también valores, principios y amigos, que son los de toda la vida”, sostuvo Héctor Muñoz, jefe de Gabinete. “Me hizo feliz, muy feliz”, sentenció en su breve mensaje, en el que resaltó el compromiso del municipio con la educación, considerándola “la herramienta para transformar a la comunidad”.
La inspectora Silvia Ballarino tuvo críticas palabras, principalmente para aquellos que “dicen cosas que la escuela no se merece”, o cuando “nos quedamos con lo que fue sin mirar lo que tiene hoy, y lo que es hoy”. Recordó “lo que nos costó poner el nombre Nacional”, y valoró con énfasis el rol de un establecimiento educativo que “representa un signo de identidad, oportunidad para el desarrollo y fuente de formación y ayuda para mejorar a la sociedad”.
Insistió en que son 75 años “de historia, voluntad, visión y grandeza. Es difícil resumir logros cuando hay tanta riqueza”; y destacó el compromiso de los docentes, a quienes instó a “compartir la premisa de que los estudiantes son sujetos de posibilidades, esa es nuestra tarea”.
Hizo un apartado especial al admitir que “hoy no es una escuela selectiva, sino inclusiva, abierta a la diversidad y comprometida con cada programa que se presenta. Asume responsabilidades, y sostiene escenarios que garantizan igualdad de oportunidades porque todos pueden aprender”.
Ballarino recalcó además que el Nacional “nunca dejó de proponer proyectos de trabajo, y no se detuvo a pesar de las cosas que se dicen”.
El mensaje de cierre, previo a la entrega de distinciones, estuvo a cargo de la directora del establecimiento, Lilian O’Dwyer.
Tras recordar los inicios, allá por el año 1943, interpretó que el desafío de la escuela “supone generar nuevos sentidos en la educación”, lo que termina cambiando el papel “de docentes y alumnos, con estudiantes con un rol más activo y con trabajos en equipo; y docentes dispuestos a producir propuestas para ellos. La innovación es un proceso de construcción”.
Entendió además que en la educación actual, “los desafíos conforman escenarios de mayor complejidad”, por lo que es necesario un trabajo docente “comprometido con los estudiantes. El nuestro es hacer una posibilidad para todos los que nos elijen”.
Durante el acto fueron reconocidos los abanderados que tuvo el establecimiento desde sus inicios. El primero de ellos es Benjamín Calabrés, de la promoción 1943.
Posteriormente se descubrió una placa con motivo de los 75 años, para luego hacer lo propio con otra placa en reconocimiento a Calabrés, que fue ubicada en el mástil interno. La promoción 1998 también dejó en las paredes otro recordatorio de su paso por el colegio.
Posteriormente, la biblioteca del establecimiento fue designada con el nombre del docente Arsenio Carranza Llanos, quien falleció en el año 2013; y tras la lectura de salutaciones actuó el coro de la institución, para dar paso al cierre de los festejos con una propuesta coreográfica realizada por la promoción 2018, frente al establecimiento.
Comentá esta nota
“Glorioso y querido Colegio Nacional. Como ex alumno me dio educación, pero también valores, principios y amigos, que son los de toda la vida”, sostuvo Héctor Muñoz, jefe de Gabinete. “Me hizo feliz, muy feliz”, sentenció en su breve mensaje, en el que resaltó el compromiso del municipio con la educación, considerándola “la herramienta para transformar a la comunidad”.
La inspectora Silvia Ballarino tuvo críticas palabras, principalmente para aquellos que “dicen cosas que la escuela no se merece”, o cuando “nos quedamos con lo que fue sin mirar lo que tiene hoy, y lo que es hoy”. Recordó “lo que nos costó poner el nombre Nacional”, y valoró con énfasis el rol de un establecimiento educativo que “representa un signo de identidad, oportunidad para el desarrollo y fuente de formación y ayuda para mejorar a la sociedad”.
Insistió en que son 75 años “de historia, voluntad, visión y grandeza. Es difícil resumir logros cuando hay tanta riqueza”; y destacó el compromiso de los docentes, a quienes instó a “compartir la premisa de que los estudiantes son sujetos de posibilidades, esa es nuestra tarea”.
Hizo un apartado especial al admitir que “hoy no es una escuela selectiva, sino inclusiva, abierta a la diversidad y comprometida con cada programa que se presenta. Asume responsabilidades, y sostiene escenarios que garantizan igualdad de oportunidades porque todos pueden aprender”.
Ballarino recalcó además que el Nacional “nunca dejó de proponer proyectos de trabajo, y no se detuvo a pesar de las cosas que se dicen”.
El mensaje de cierre, previo a la entrega de distinciones, estuvo a cargo de la directora del establecimiento, Lilian O’Dwyer.
Tras recordar los inicios, allá por el año 1943, interpretó que el desafío de la escuela “supone generar nuevos sentidos en la educación”, lo que termina cambiando el papel “de docentes y alumnos, con estudiantes con un rol más activo y con trabajos en equipo; y docentes dispuestos a producir propuestas para ellos. La innovación es un proceso de construcción”.
Entendió además que en la educación actual, “los desafíos conforman escenarios de mayor complejidad”, por lo que es necesario un trabajo docente “comprometido con los estudiantes. El nuestro es hacer una posibilidad para todos los que nos elijen”.
Durante el acto fueron reconocidos los abanderados que tuvo el establecimiento desde sus inicios. El primero de ellos es Benjamín Calabrés, de la promoción 1943.
Posteriormente se descubrió una placa con motivo de los 75 años, para luego hacer lo propio con otra placa en reconocimiento a Calabrés, que fue ubicada en el mástil interno. La promoción 1998 también dejó en las paredes otro recordatorio de su paso por el colegio.
Posteriormente, la biblioteca del establecimiento fue designada con el nombre del docente Arsenio Carranza Llanos, quien falleció en el año 2013; y tras la lectura de salutaciones actuó el coro de la institución, para dar paso al cierre de los festejos con una propuesta coreográfica realizada por la promoción 2018, frente al establecimiento.
Noticias Relacionadas
Lo que se lee ahora
Villa María