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Comedores desbordados: la crisis económica dispara la demanda de asistencia

La referente del merendero "Niños Felices" de barrio Nicolás Avellaneda indicó que se quedó sin materia prima para elaborar más de 75 viandas que entrega de lunes a jueves. "Este año empezó muy complejo y la necesidad se siente mucho más que antes"

La crisis económica golpea con dureza a los sectores más vulnerables de la sociedad.

En el merendero "Niños Felices", ubicado en barrio Nicolás Avellaneda (Jujuy 2675 ), la demanda de asistencia alimentaria se ha incrementado en los últimos días y la falta de materia prima para la elaboración de las comidas complejiza el normal funcionamiento del espacio que tiene más de 25 años de existencia.

En diálogo con este medio, Mirta Martínez, la persona que está a cargo del espacio, aseguró que todos los días se anotan nuevas familias y de distintos barrios de la ciudad. “Tengo chicos desde que empiezan a comer, muy chiquitos, hasta los doce años. Pero hay comedores que no anotan a los menores de 14 años, por eso llegan a mi merendero, me duele porque los chicos que estudian tienen que tener su plato de comida para poder hacerlo bien”, indicó.

La mujer aseguró que una de las exigencias que pone a la hora de entregar el alimento es que los niños asistan a la escuela con regularidad. “No me importa la edad que tengan, pero tienen que ir a la escuela y ocupar su tiempo en la educación. Además les pido a las mamás que no tengan a los chicos durmiendo en la casa”, afirmó.

El merendero que en sus inicios solo entregaba alimentos los sábados y domingos, actualmente reparte viandas de lunes a jueves.

“Quiero seguir luchando por el espacio que hace 25 años que lo tengo, pero me esta costando”, dijo con visible angustia en sus ojos.

“Me falta salsa, arroz, fideos. Todo lo que venga es bienvenido, pero mucho más la verdura, que a veces tengo y otras muchas veces no”, declaró.

El hambre no espera

Días atrás, la mujer recorrió los pasillos del Concejo Deliberante, donde junto a su esposo solicitaron una audiencia con el presidente del cuerpo legislativo. Mirta explicó que la necesidad es cada vez mayor y por eso decidió recurrir al Estado.

“Este año es más complejo que otros. Lo siento mucho, pero todo está tan caro que ya no se puede comprar nada”, dijo.

Aclaró que años anteriores recibía bolsones de alimentos para la realización de las viandas y espera en este período seguir contando con el apoyo de la gestión.

Las madres que retiran los alimentos le manifiestan su crítica situación familiar, que se acrecentó por el contexto.

“Me dicen que hay días que tienen para comer y otros días que no. El que trabaja, lo poco que cobra recién lo tiene el fin de semana, por eso doy de lunes a jueves, para que el fin de semana se encargue el papá o la mamá de darle de comer a sus hijos”, expresó.

Al cierre de esta edición, Mirta aseguró que tiene 75 chicos anotados (lleva una lista con nombre, apellido, datos personales y barrio, para poder estar en contacto con las familias).

“Había familias que estaban el año pasado y tras el corte que hice por las vacaciones volvieron. Por ejemplo, ayer fue una mamá con siete niños”, puntualizó.

Solidaridad para combatir la crisis

En relación a los elementos que necesitan para continuar con la elaboración de las viandas, Martínez dijo que ante la falta recurre al pedido y la solidaridad de los vecinos.

“Hay una cuota de socio para ver si podemos recaudar, pero a veces sale de mi bolsillo y cuando cobro la jubilación invierto en carne y verdura”, manifestó y añadió:“Lo hago porque me gusta ayudar a la gente y porque hay mucha necesidad”.

Para las personas que deseen colaborar con el espacio solidario, Mirta dejó su número de contacto:3534598667 o bien llegarse a la dirección mencionada anteriormente donde se ubica la cocina del merendero y se hacen las entregas.

Mirta no se olvidó de los duros meses de pandemia, período en el que tuvo que redoblar los esfuerzos. “Llegué a dar 150 porciones por día, de lunes a viernes. Así estuvimos toda la pandemia. Teníamos que terminar la comida antes de las 17, porque una hora más tarde ya no se podía circular”, rememoró.

Agradeció a las cocineras solidarias que colaboran con el espacio, “una tiene 17 años y la mamá la mandó ayudarnos”, cerró.