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En Maizar, Córdoba se destacó por el desarrollo de su cadena de valor

El ministro Busso participó del primer panel y destacó el vínculo público-privado en la provincia. Domínguez mencionó el desarrolllo que tiene Córdoba en Buenas Prácticas. Expusieron referentes de AGD, Arcor, Bio4 y ACABio, entre otros

Córdoba cerrará el ciclo productivo del maíz con poco más de 20 millones de toneladas, aunque todavía le resta cosechar la mitad de la superficie implantada. Y aunque el volumen final será menor al del año anterior, como ocurrirá también a nivel nacional, le alcanzará igual para ratificar que es la tierra del maíz.

Y eso se volvió a reflejar ayer durante el Congreso Maizar realizado en el complejo Goldencenter, de Parque Norte, en Buenos Aires. Y no sólo porque el encuentro organizado por todos los eslabones de la cadena de ese cereal estuvo repleto de voces cordobesas y experiencias desarrolladas en la provincia, sino porque además hubo un amplio reconocimiento a lo que el maíz implica para la provincia y a todo lo que a partir de ese grano se produce.

A Mariano Bosch, CEO de Adecoagro, una empresa santafesina que siembra 200 mil hectáreas que luego transforma en leche y que en 10 años se consolidó como un actor fuerte del sector, admitió que “Córdoba es inspiradora en la transformación del maíz”. Y agregó: “Cuando vas a Córdoba te quedás enamorado de todo lo que hacen con el maíz”.

Le tocó compartir panel con representantes de las dos alimenticias más grandes de la provincia: Arcor y AGD. Modesto Magadán, gerente general de Agronegocios Arcor, destacó todo lo que la empresa nacida en Arroyito hace a partir del maíz. Hoy, esa industria es la principal procesadora de maíz en el mercado interno con 1,35 millón de toneladas anuales. Y ese cereal se encuentra desde los lugares más obvios, como la polenta que fabrican, las latas de choclo, pasando por chocolates, galletitas, y el adhesivo del cartón corrugado. Para el directivo de la firma de Arroyito que acaba de abrir una planta en Angola, “la agroindustria tiene un futuro grande en el país y la cadena del maíz más aún”.

A su lado, Roberto Urquía, titular de AGD, remarcó que Argentina vende mucho maíz en grano, sin más valor agregado, y planteó la necesidad de que los funcionarios “entiendan” la necesidad de avanzar en un mayor procesamiento para generar agregado de valor, empleo y desarrollo en el interior. Admitió el empresario de General Deheza que “no son momentos fáciles para la actividad ni para el país” y “sé que convencer a la gente que le toca tomar decisiones por ahí no es fácil, pero hay que entender que exportar maíz en grano es algo a cambiar”.

En la apertura del Congreso, que estuvo presidido por el cordobés Víctor Accastello, subgerente general de ACA, titular de AcaBio y presidente de la Cámara de Etanol de Maíz, estuvo el ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, Julián Domínguez, que llevó un discurso cercano para el sector y hasta destacó la relación con el exministro y titular de la Comisión de Agricultura en Diputados, el radical Ricardo Buryaile, sentado en primera fila. Domínguez reiteró que su principal tarea es tender puentes y lograr entendimientos con otros espacios políticos y con todo el sector agropecuario. También participó otro representante de Córdoba: Manuel Ron, de Bio4, en el panel de bioeconomía.

Luego, Sergio Busso, ministro de Agricultura de Córdoba, remarcó la necesidad de generar confianza en los productores como llave para el crecimiento. “Escuchando los distintos paneles y a nuestro ministro Domínguez estamos todos de acuerdo sobre el camino necesario para salir de este pantano. La pregunta entonces es por qué no lo hacemos”, se preguntó Busso.

Y agregó: “No se pueden generar buenas políticas públicas si se desconoce la realidad, en este caso, productiva del país”, indicó.

Gonzalo Dal Bianco