Los frigoríficos nucleados en Fifra, que reúne a los establecimientos de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, anunciaron anoche que no recibirán hacienda a partir de lunes y no habrá actividad de faena o distribución de carne desde el 1 de noviembre en virtud de la vigencia de la normativa relativa al troceo y la falta de autorización para la utilización de medios mecánicos para su descarga.
En un escueto comunicado de cinco líneas, los frigoríficos lanzaron una medida de fuerza en reclamo de una prórroga de 6 meses para la entrada en vigencia, con la intención de que en ese plazo no se cambie el esquema de media res, sino que se siga sosteniendo pero con un sistema de descarga mecánica que evite el riesgo para la salud de los trabajadores.
Esta propuesta, que fue llevada a la mesa de negociación con las autoridades en más de una oportunidad, no fue tenida en cuenta por la Secretaría de Agricultura y Ganadería que conduce Juan José Bahillo, quien ratificó la modificación. El funcionario dio esta confirmación a este diario durante la doble jornada del Congreso Internacional de Maíz realizado la semana pasada. Allí, cuando Puntal le consultó si iba a avanzar en el troceo a pesar de la oposición de gran parte de la cadena, Bahillo lanzó un escueto “sí”.
Ya para entonces, la gran mayoría de los actores de la cadena se habían mostrado en contra de implementar la medida tal como estaba prevista, desde el 1° de noviembre. Rápidamente, quienes se oponen al fin de la media res, explican que están a favor de implementar un nuevo sistema de descarga que cumpla con cuidar a los trabajadores, algo que llegó como recomendación de la OIT. Sin embargo, proponen implementar un esquema mecánico que, aseguran, no implicaría un costo excesivo.
En la práctica y a esta altura, implementar el cambio de la media res resulta imposible. Los frigoríficos aseguran que deberían crear cuadrillas nuevas dentro de los frigoríficos para avanzar en un eslabón más de fragmentación de la media res, establecer nuevos espacios con nuevas herramientas y hasta modificar la infraestructura interna de los camiones refrigerados que están montados con sistemas de gancheras, que tendrían que retirarse y establecer tres niveles de estantes en cada unidad de traslado. Eso, además de la inversión pertinente, demandaría mucho tiempo. Además, apuntaron contra una debilidad sanitaria que tendría el nuevo sistema: al dividir la media res en tres, se ampliaría la superficie de carne en contacto con el ambiente, multiplicando la posibilidad de contaminación, advirtieron. Luego, en el plano comercial, alertaron que podría darse la posibilidad de que las carnicerías prefieran ciertos trozos de carne y no otros, lo que derivaría en un sobre stock de determinadas partes de la media res en los frigoríficos.
Por ese cúmulo de razones, además, aseguran que la medida impulsada por el Gobierno, con el respaldo de los grandes frigoríficos exportadores nucleados en el poderoso Consorcio ABC, terminaría con un alza en los precios de la carne en góndola.
Sin acuerdo a la vista y con la ratificación del Gobierno de avanzar en el troceo, los frigoríficos nucleados en Fifra decidieron paralizar las plantas desde el martes y sin fecha de vencimiento, por lo cual se anunció una protesta por tiempo indeterminado, lo que claramente redundaría en faltante de carne en las góndolas, y antes posiblemente suba en los precios.
Frente a esta situación, el Gobierno apura reuniones para el lunes intentando destrabar el conflicto, que en las últimas semanas sólo fue escalando sin medias instancias de negociación nuevas que puedan cambiar el rumbo.