La “Reserva Natural Autóctona” de Villa Nueva presenta un importante estado de abandono, mientras la basura se acumula entre los árboles y plantas del extenso espacio verde ubicado en la ribera del Ctalamochita, y que pasa por varios barrios de la ciudad, entre lo que es el predio del Club Náutico y el puente Andino.
El espacio fue catalogado como “reserva” por parte de las autoridades del Concejo Deliberante de la vecina ciudad en marzo pasado, cuando, por unanimidad, se aprobó la designación de la zona ubicada en la ribera del río, ubicada entre calle González Camarero y el mencionado puente carretero; pero desde aquella fecha hasta la actualidad no se realizaron en ningún momento las obras prometidas, ni se designó gente para el resguardo del espacio verde, que de a poco se ha vuelto un lugar que muchos vecinos desaprensivos utilizan para arrojar sus desechos.
Basura y abandono
Un cartel colocado por la Policía Ambiental de la provincia, en un cesto de residuos que se encuentra al tope de su capacidad, quizás sea la mejor postal para ilustrar el mal estado en que se encuentra el espacio verde junto al río.
El cartel marca la prohibición de la continuidad de la tira de residuos y las prácticas que dañan el medioambiente, en ese sector de Villa Nueva.
Durante 2018 el Municipio había concretado la limpieza e incluso la apertura de calles en el sector, con el fin de revalorizar la zona ribereña, pero la crisis económica que afecta a todo el país hizo que las obras públicas se detengan. En tanto, a la acumulación de basura la generaron los propios vecinos y su falta de conciencia ambiental.
Restos de poda, bolsas con residuos, pero también pedazos de un viejo televisor se ven a simple vista en el acceso a lo que el Deliberante definió como una “Reserva Natural Autóctona”.
Una postal de abandono, que preocupa, en una zona que cada verano es muy utilizada por la gente para descansar junto al río Ctalamochita.
La Reserva Autóctona
La llamada “Reserva Natural Autóctona” de Villa Nueva fue creada formalmente a comienzos de este año por parte del Concejo Deliberante de la ciudad.
La Ordenanza en cuestión es la 2880/19, en donde se deja expresamente asentado que el espacio que ocupará esta zona protegida es el que va desde la calle González Camarero, en barrio Prado Español, hasta el Puente Andino, siempre en la ribera del río Ctalamochita.
En la misma ordenanza, se detalla que el objetivo será: “La protección a largo plazo del paisaje, la flora, la fauna, y los suelos del lugar, en la condición más similar a la original que sea posible”.
De la misma manera, se detalla que se buscaría el uso público por parte de la comunidad en general y los visitantes a Villa Nueva. Así como también su utilización con fines ambientales e históricos, y para la recreación y el turismo, “con impacto ambiental mínimo”.
Entre las prohibiciones para dicho espacio aparecen: la iniciación de fuego, la caza de animales autóctonos, la introducción de especies exóticas de flora y fauna, la tala de árboles; así como también la práctica de actividades agropecuarias, la realización de construcciones y la pesca.
En todo el extenso recorrido de la “Reserva Natural Autóctona”, el único permiso de construcción es para senderos, colocación de lucres, puentes peatonales y la instalación de mesas y sillas. Cuestiones que, desde marzo a la fecha no se han hecho.
De la misma manera, la normativa aprobada por los concejales de la ciudad contempla varios puntos sobre los que no se avanzó todavía, a saber: señalización del sitio con cartelería informativa, destinar personal capacitado para el cuidado y mantenimiento del espacio, así como también el generar partidas presupuestarias específicas y articular el trabajo con organizaciones civiles con conocimiento en la materia.
Juan Drovandi. Redacción Puntal
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Basura y abandono
Un cartel colocado por la Policía Ambiental de la provincia, en un cesto de residuos que se encuentra al tope de su capacidad, quizás sea la mejor postal para ilustrar el mal estado en que se encuentra el espacio verde junto al río.
El cartel marca la prohibición de la continuidad de la tira de residuos y las prácticas que dañan el medioambiente, en ese sector de Villa Nueva.
Durante 2018 el Municipio había concretado la limpieza e incluso la apertura de calles en el sector, con el fin de revalorizar la zona ribereña, pero la crisis económica que afecta a todo el país hizo que las obras públicas se detengan. En tanto, a la acumulación de basura la generaron los propios vecinos y su falta de conciencia ambiental.
Restos de poda, bolsas con residuos, pero también pedazos de un viejo televisor se ven a simple vista en el acceso a lo que el Deliberante definió como una “Reserva Natural Autóctona”.
Una postal de abandono, que preocupa, en una zona que cada verano es muy utilizada por la gente para descansar junto al río Ctalamochita.
La Reserva Autóctona
La llamada “Reserva Natural Autóctona” de Villa Nueva fue creada formalmente a comienzos de este año por parte del Concejo Deliberante de la ciudad.
La Ordenanza en cuestión es la 2880/19, en donde se deja expresamente asentado que el espacio que ocupará esta zona protegida es el que va desde la calle González Camarero, en barrio Prado Español, hasta el Puente Andino, siempre en la ribera del río Ctalamochita.
En la misma ordenanza, se detalla que el objetivo será: “La protección a largo plazo del paisaje, la flora, la fauna, y los suelos del lugar, en la condición más similar a la original que sea posible”.
De la misma manera, se detalla que se buscaría el uso público por parte de la comunidad en general y los visitantes a Villa Nueva. Así como también su utilización con fines ambientales e históricos, y para la recreación y el turismo, “con impacto ambiental mínimo”.
Entre las prohibiciones para dicho espacio aparecen: la iniciación de fuego, la caza de animales autóctonos, la introducción de especies exóticas de flora y fauna, la tala de árboles; así como también la práctica de actividades agropecuarias, la realización de construcciones y la pesca.
En todo el extenso recorrido de la “Reserva Natural Autóctona”, el único permiso de construcción es para senderos, colocación de lucres, puentes peatonales y la instalación de mesas y sillas. Cuestiones que, desde marzo a la fecha no se han hecho.
De la misma manera, la normativa aprobada por los concejales de la ciudad contempla varios puntos sobre los que no se avanzó todavía, a saber: señalización del sitio con cartelería informativa, destinar personal capacitado para el cuidado y mantenimiento del espacio, así como también el generar partidas presupuestarias específicas y articular el trabajo con organizaciones civiles con conocimiento en la materia.
Juan Drovandi. Redacción Puntal